Confesiones de una cazadora

Capítulo 62.

— ¿A qué se debe tu presencia?

Gerard se sentó en su escritorio con pocas ganas de atender a la mujer.

—El cambio de inquisidor está cerca e imagino qué sabes que los veteranos votarán por ti, ¿no? —Cruzó sus brazos y se recargó en su silla.

—No veo por qué eso sería un motivo para que estés aquí. —Entrecerró sus ojos—. Mejor ve al grano.

— ¿Y sin nada que beber? ¿Qué tal un té y un panecillo?

Gerard resopló malhumorado y se levantó para ir por el té mientras tanto, Hermione buscó con la mirada el bastón del hombre que estaba recargado detrás de la puerta.

Por otro lado, Injae estaba en su cuarto tratando de recuperar la calma hasta que Scott tocó a su puerta y entró.

— ¿Estás bien? —Cuestionó extrañado—. Lo que sucedió con Gerard…

—No vengas a decirme que cierre la boca también.

— ¿Por qué le das tanta importancia a este asunto?

Injae lo miró ofendida con su frente fruncida.

—Porque es lo correcto, que sean sobrenaturales no los hace menos como para tratarlos de esa manera —expresó seria—, merecen el mismo respeto y trato que cualquier humano o cazador.

— ¿Estás defendiéndolos? —Extendió sus brazos ofendido—. Son los mismos seres que trataron de matarte.

—No todos son así —alegó molesta—. Ser sobrenatural no es ser un monstruo, no todos son malos y no es justo para ellos.

La chica se cruzó de brazos con su rostro duro, de pie frente al pelirrojo que lucía igual de serio.

— ¿Quieres saber por qué le doy tanta importancia? ¡Porque tengo amigos sobrenaturales!

Scott reviró sus ojos y soltó un resoplo desganado.

— ¿Esto es por Yohan?

—Sí —contestó tajante—. Por él, por Stella y Mireya… por Jace y…

— ¿Y por tu exnovio lobo? —Juntó sus cejas indignado.

La chica tardó un poco en responder y cuando lo hizo, lo hizo con total honestidad.

—Sí, por él y toda la manada a la que pertenece, porque fueron mis amigos y me protegieron —afirmó sin vacilar en nada—. Creí que tú más que nadie entendería esto, tu exnovia era una bruja y murió por salvarnos.

Scott apretó sus dientes antes de responder.

—Porque fueron sobrenaturales quienes la mataron.

Injae apretó sus labios y asintió irónica, desvió su vista del chico para respirar hondo y volvió a mirarlo.

—No puedo creer que pienses igual que Gerard, pero no debería sorprenderme si Stella lo dijo antes… solo eres la perra de Gerard Gastrell.

La chica tomó su chaqueta de la cama y se salió del cuarto caminando por a lado de Scott sin verlo.

La reunión de Hermione con Gerard estaba finalizando, pero esta se estaba ofreciendo a levantar las tazas, aunque él no quisiera.

—Hermione, puedo hacerlo yo.

—Permíteme, Gerard. —Insistió sonriendo—. No es tan dificil.

En su disputa por la charola terminaron tirando todo, provocando que las tazas con sus platos y la tetera se rompieran.

—Oh, no. Discúlpame…

—Está bien, lo levanto.

—No, espera…

Ambos se agacharon para levantar los trozos y el cuchillo con el que cortaron el pan; Gerard estaba más irritado que de costumbre por lo que no quería que Hermione permaneciera más tiempo allí, así que quería acabar con la reunión rápido y por ello no prestaba atención a lo que hacía; Hermione estaba inusualmente servicial con el anciano y quería ayudarlo con los trozos a pesar de que este no le dejaba meter sus manos, de modo que aprovechó a levantar el cuchillo para ayudar.

— ¡Cielo santo! —Exclamó asustada—. Gerard, toma.

El cuchillo cortó la palma del hombre cuando ella lo levantó mientras él recogía los trozos y para que se limpiara la mano, Hermione le dio su pañuelo.

—Lo siento, tanto. Reemplazaré el juego de té, lo prometo.

—Ah… descuida, fue culpa mía andar distraído —contestó irritado.

—Será mejor que vayas a tratarte la herida, yo levantaré y me iré.

—Claro, gracias.

Gerard se marchó apretando su herida con el pañuelo mientras Hermione lo veía por atrás esperando a que saliera del estudio; al quedarse sola Hermione, sacó de su bolso un frasco pequeño de cristal donde escurrió la sangre derramada en el cuchillo y con otro pañuelo limpió el cubierto, además de guardarse el pañuelo y la sangre, también se llevó los trozos que también contenían sangre. Después de guardar todo y de levantar la charola, se alistó para irse y antes de salir, tomó el bastón.

Al bajar a la entrada, le dio la charola a uno de los cazadores de allí y se fue con su escolta hacia su camioneta, pero vio caminando a Injae así que le entregó sus cosas a su cazador para que la esperaran mientras ella iba con la chica.

— ¡Señorita Injae! —Llamó en voz alta—. ¡Injae!

Injae se detuvo de mala gana y al mirarla se tensó.

—Señora Francis…

Hermione le sonrió.

—Vi lo que ocurrió con Gerard por la bruja que trajeron… —mencionó cautelosa—. No sabes cuanto siento que no consideren tu opinión, yo creo que tienes razón.

— ¿Habla en serio? No se ofenda, pero no lo creo teniendo en cuenta que permitió que trataran así a su mejor cazador.

—Sé lo que piensas, pero no tenía otra opción… Gerard lo dijo, son las reglas. —Encogió sus brazos abatida—. Y tú lo dijiste, el sistema está roto, pero si es en serio que quieres cambiarlo, yo te apoyaré.

— ¿Por qué haría eso? —La vio desconfiada.

—Porque estoy de tu lado. —Levantó más su rostro y la vio fijo—. Creo que todos tienen derecho a un mejor trato sin importar su condición, pero Gerard al parecer no piensa igual y eso que él es sobrenatural.

Injae arrugó su frente confundida por la insinuación de la mujer.

— ¿Si sabes sobre…?

—Su ADN licántropo, lo sé —replicó a secas—. Gerard solo tiene el ADN, pero no su maldición activada.

— ¿Cómo lo sabes? —Entrecerró sus ojos—. ¿Qué tanto lo conoces?, ¿qué tanto lo conocen todos en realidad? Intenté venir en otras ocasiones, pero siempre estaba ocupado en una reunión… fuera del instituto, ¿sabes a donde fue esas veces?




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