Confesiones de una cazadora

Capítulo 78.

ADVERTENCIA.

Este capítulo contiene escenas de sangre y violencia fuerte o moderada qué podrían herir la sensibilidad de algunos lectores.

 

—El trámite fue rápido —mencionó Verónica—, volveré para cremar los cuerpos y traeré las urnas. ¿Has pensando en donde esparcirlas?

Injae estaba comiendo despacio sin mucha expresión en su cara mientras la oía hablar.

—No, aún no… ¿debemos esparcirlas de inmediato?

—Podemos esperar, si es lo que quieres.

La chica fue a casa de Gerard para bajar al instituto, allí se enteró que había llegado una carta del Orkunato notificando que el juicio de Gerard sería dentro tres días y que se exigía la presencia de ciertos miembros de La orden para testificar.

Instituto Sølvbyen.

—Inquisidora, nunca ningún líder ha liderado dos grupos al mismo tiempo.

—Según La clave, cada líder determinará a un sucesor antes de su muerte o de su retiro, yo no veo nada sobre no poder liderar dos grupos —comentó a la ligera—. Gerard Gastrell no dejó un sucesor hasta donde sabemos y me parece imprudente dejar a La orden sin un líder, pero es más imprudente que más de ochenta personas quieran decidir quien tomará el poder.

Los miembros la miraron inseguros, por sus expresiones parecían estar de acuerdo en sus comentarios y al mismo tiempo dudar de que era correcta su forma de remediarlo.

—Por eso decidí asumir el liderazgo en La orden de la sombra y El círculo azul —espetó recargándose en su silla—. Cada inquisidor desde ahora podrá contar con sus propios cazadores para más independencia al actuar y estos serán los míos. ¿Alguna otra objeción?

Las personas se vieron entre sí, esperando que quizá alguien se atreviera a contradecir a Hermione, pero en vista de que nadie lo hizo, solo negaron con sus cabezas.

—Si usted liderará ambos grupos y será la inquisidora, ¿cómo estará en tres lugares al mismo tiempo?

Hermione entrecerró sus ojos al ver a Marshall y se inclinó hacia la mesa.

—Nombraré a dos cazadores de mi absoluta confianza para ser los directores en cada instituto cuando yo esté aquí y ellos me rendirán cuentas de lo que suceda allá —explicó seria y un tanto engreída—. También habrá cambios en Sølvbyen, uno de ellos será la implementación de portales hacia las ciudades donde esté el punto de reunión de una sección de grupos.

Las personas en la mesa empezaron a cuchichear entre ellos ante la sugerencia de la inquisidora.

— ¿Habla de usar magia, inquisidora? —Preguntó impactada la francesa.

—Hablo de usar artefactos rúnicos que nos faciliten la transportación de un instituto a Sølvbyen y viceversa, claro que con la autorización de La clave.

Nadie más dijo otra cosa sobre ese tema y lo apuntaron en sus listas de pendientes.

—También se eliminará la luz en la noche, es irritante salir en los pasillos con ella a medianoche —se quejó molesta.

— ¿Pero y los vampiros? Es una de las salvaguardas más importantes…

—Reemplácenla —ordenó irritada.

— ¿Qué hay de Gerard Gastrell? —Intervino otro inquieto.

—Su juicio será el seis de febrero, el veredicto debe darse el siete y según lo que se dictamine… el ocho de febrero cumplirá su castigo —contestó tajante—. ¿Hay alguna otra cosa o ya puedo acabar la reunión?

El resto negó cabizbajo y entonces Hermione terminó la reunión para que pudieran retirarse.

Más tarde, Hermione dejó Sølvbyen sin llevarse una escolta y condujo hasta el hotel en Dallas que visitó hacía unos días para reunirse con el líder de los Redentors.

Alguien tocó a su puerta y al abrir, vio a aquellos mismos vampiros que la llevaron la primera vez; le vendaron los ojos y se la llevaron.

—Lindo comedor —comentó la mujer al entrar—, ¿por qué todo es tan oscuro?, ¿es por qué tú también eres oscuro y siniestro?

Se burló sarcástica recargando sus brazos en el respaldo de la silla.

—Siéntate, tenemos un invitado más.

— ¿Alguien más que haya desaparecido del radar y este oculto en las sombras?

—Buenas noches, Hermione Francis —dijo una voz gruesa detrás de ella—, o debería decir… inquisidora Francis.

Hermione volteó hacia la entrada y vio a un hombre de tez pálida y cabellera negra larga que vestía un traje negro, elegante de epoca medieval.

—Arkain —masculló sorprendida.

El vampiro ancestral más conocido y temido estaba frente a ella sonriendo. Todos se sentaron y fueron servidos para cenar; durante la cena, el líder de los Redentors mencionó el plan de Hermione para tener bajo su control a los cazadores.

—Me gusta su plan —expresó sin mucha emoción—. Debido a que perdí una invasora muy importante hace un tiempo, he estado reuniendo más y como comprenderá, son muy escasas así que no quiero perderlas por un plan fallido a menos que sea mío, ya que en todo caso… no me importa derramar un poco de sangre. ¿Comprende, inquisidora?

La mujer sonrió hipócrita para responder.

—Si este plan falla y pierdo a mis brujas, que son muy valiosas para mí, dé por sentado que eso no me hará muy feliz. —Bebió la sangre en su copa y se limpió—. Creo que debe saber bien cuál es mi principal objetivo, ¿no?

—La creación de un hibrido, mitad vampiro y mitad lobo —respondió alzando una ceja—. Por lo que veo, eso no ha ido bien sino La clave estaría vuelta loca por el drama de La triada.

—Mis objetivos se han visto obstruidos y atrasados por circunstancias que originó Liam Hale, un pequeño lobo adolescente y su grupo de amiguitos lobos… la ex manada de John.

Hermione lo vio sin entender y miró hacia el líder redentor como si él fuese a explicarle algo, pero no lo hizo.

— ¿Se supone que debo conocer esos nombres?

—La manada de John está en Virginia, ¿no tienes una cazadora que vino de allí? —Mencionó el líder—. La manada ahora está a cargo del nuevo alfa, Mason Barrow.




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