Confesiones de una cazadora

Capítulo 109.

Petaluma, California.

Scott estaba en su cuarto sobre su cama tratando de tocar su guitarra para aminorar los constantes pensamientos que surgían de la preocupación por Injae y su paradero.

— ¡Esto es una porquería! —Exclamó y arrojó la guitarra al otro lado de la cama—. ¿A quién quiero engañar? Llevo años sin tocar… o quizá necesite cuerdas nuevas.

Resopló fastidiado y se tiró a la cama mirando al techo; su celular sonó a un lado y lo tomó para revisarlo viendo que un nuevo mensaje de “Injae” había entrado, se levantó de golpe al abrir el chat y luego reprodujo un video.

Después de que Scott lo viera fue con sus amigos al instituto para enseñarles el video. Los tres cazadores y Killian estaban atrás de Scott viendo un video donde Injae bailaba con un vestido negro y detalles dorados con Kalisman que usaba un traje con los mismos detalles; era un baile de salón muy elegante y posiblemente de epoca vieja por la música poco común de fondo, la pareja estaba bailando sola en la pista con todos viendo y murmurando, Kalisman parecía no tener problema con invadir el poco espacio personal que le quedaba a Injae por el baile y estaba decidido a mantenerla lo más cerca de él que fuera posible sin caer en lo vulgar para no arruinar el baile.

Los espectadores del video tenían reacciones diferentes: Yurim estaba con el ceño arrugado sin creer lo que veía y al mismo tiempo disgustada; Félix se veía impresionado por el baile y por eso ladeaba su cabeza varias veces de un lado a otro doblando sus labios hacia abajo; Killian estaba confundido, no entendía lo que hacían y por las reacciones diversas del resto tampoco sabía si era bueno o no; Scott era el único molesto de todos, apretó sus dientes cuando vio que Kalisman pegó a Injae por enfrente a él, bajó sus manos hasta las caderas de ella para sentarla en su rodilla levantada y que más adelante la hizo bajar casi hasta el piso sosteniéndola para tener a su alcance el cuello de la chica; Marco mantuvo una sonrisa pícara y de aprobación durante el video.

— ¿Tú puedes bailar así? —Se burló el moreno de Scott.

—Vete al carajo, Marco. —Guardó el celular y se levantó abrupto—. Injae sigue con vida, debemos buscarla.

—Lo estamos haciendo…

— ¡Pues háganlo más rápido! —Le gritó a su hermana. Todos dieron un paso atrás y los espectadores se quedaron viéndolos—. Lo siento, Yurim. No quise… lo siento.

Se dio vuelta y recargó sus manos en la mesa con la cabeza agachada; Yurim suspiró, se acercó a ponerle su mano sobre el hombro para consolarlo y luego él respiró más tranquilo viendo pensativo a la mesa.

— ¿Por qué un baile? No es la forma en que me imaginé un cautiverio.

—Un baile… —murmuró Scott—. ¿No fue en un baile donde mató al viejo líder VK?

Scott no esperó una respuesta, se encaminó a buscar contactos con aquel grupo antes mencionado para solicitar información; Félix se acercó a preguntarle su plan mientras el resto estaba expectante viéndolo.

—Debió tener un lugar donde organizar su baile o donde vivir cerca del instituto viejo VK para que ellos pudieran asistir. Quizá esté cerca de ese mismo lugar o incluso sea el mismo…

— ¿Cómo podría estar allí?

— ¡Es una suposición! En este lado del país no está, quizá del otro sí.

Félix le quitó despacio el teléfono del instituto y le asintió para darle su apoyo.

—Yo llamaré a los VK. Que alguien llame a Stella y a Yohan para que nos ayuden acercándose a las fronteras rumbo al noreste.

Unos pocos días después del baile de Kalisman.

—No entiendo por qué debes cambiar a tus hombres todo el tiempo —alegó irritada en el comedor—. Debo aprenderme nuevas caras a cada rato en caso de que quieran matarme, excepto por Julia… ella me agrada, no parece una psicópata como tú y el resto.

Un tipo lobo llegó a la mesa y se acercó a susurrarle algo a Kalisman, luego este dejó el lugar y se fue al recibidor donde se encontró con un tipo moreno de cabello negro rapado a quien llamó por el nombre de Marcel.

—Encontré lo que me pediste investigar sobre la posible relación entre Miranda Väcker y Jace Barrow. —Le entregó un sobre con una documentación y fotos.

—Bien, hablemos en la sala.

Kalisman sirvió dos copas de tequila y se sentó frente al vampiro moreno para abrir el sobre y ver lo que contenía.

— ¿Es una copia del registro de adopción de Annie Barrow? Me impresionas, Marcel. —Sonrió perverso al leer la hoja—. La descripción de la niña coincide con la que dio el cazador sobre Miranda Väcker, ya me imagino como lo convenciste. ¿Te dijo algo más?

—Ya lo sabes, para que seguimos jugando a las adivinanzas. Mejor dime, ¿qué hace una humana desayunando en tu comedor?

—No es cualquier humana… —Susurró y sonrió—. ¿Quieres hacer apuestas de caballos? Si gano, me ayudarás con algo en Virginia y si ganas tú, puedes retomar tus vacaciones por Europa.

Kalisman y Marcel salieron a la parte trasera de la casa de ladrillos rojos para tomar asiento en compañía de una copas de vodka mientras alistaban los únicos dos caballos que había en la casa que Kalisman pidió traer para mantener entretenida a Injae.

—Uno de tus acompañantes correrá contra mi jinete y su caballo —comentó Kalisman confiado.

El rubio se acercó a la chica sobre el caballo para advertirle.

—Tengo personal por todo el camino del bosque que recorrerás por si intentas escapar.

Injae lo vio irritada, jaló la rienda del caballo para darse vuelta y lo llevó a la marca de salida donde Julia estaba en el medio de los competidores con un pañuelo para dar inicio a la carrera. Luego de un breve rato de espera, Injae llegó primero a la línea de meta improvisada cerca de la casa.

—Creo que te veré de nuevo en Virginia, Marcel.

—Todavía no entiendo para que la quieres aquí —expresó fastidiado—. ¿La llevarás a Virginia contigo?




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