Confesiones de una cazadora

Capítulo 118. [Canción]

[Canción recomendada para finalizar: The Alcott - The National ft. Taylor Swift]

Yurim llegó avisándoles que Scott estaba fuera de peligro gracias a que lograron llevarlo a tiempo antes de que terminara muriendo desangrado y que en un par de días podría salir de allí, sin embargo, el grupo sabía que, con las heridas suturadas para evitar el escurrimiento de sangre, Scott podría sanar rápido gracias a la sangre de vampiro que se le fue suministrada por Kalisman.

—Ahora que el peligro ya pasó, ¿podrías explicarme que hacías allí? —Miró seria a Yohan cruzada de brazos—. ¿Acaso ya también reclutas vampiros?

— ¿Qué? ¡No! —Contestó ofendido—. Skyler y yo decidimos hallar vampiros nuevos para ayudarlos, pero me encontré al vampiro ricitos de oro secuestrando vampiros y de pasó me llevó a mí.

— ¿Skyler? —Preguntó olvidadiza hasta que recordó—. Ah, claro, tu amiga. Si todo es cierto, debes saber por qué Kalisman no mató a Scott como al resto del grupo.

—Los mató a todos y dejó morir lentamente a Scott luego de darle su sangre, creo que lo hizo como una especie de tortura vengativa porque fue al único que le dio su propia sangre.

Ya no mencionaron el tema, pero Injae vio a la enfermera a cargo de los niños hablando con otra para que la reemplazara.

— ¿Qué hay de los niños?

Stella se anticipó a responder en cuanto llegó con ellos ya que había oído desde el pasillo que conectaba con la sala de espera. Los niños eran huérfanos o al menos eso fue lo que ellos le dijeron a la enfermera; para que las cosas tuvieran sentido y no generaran problemas mayores para el grupo, Stella convenció en el camino a los niños de cambiar la versión de los hechos respecto a cómo los encontraron.

—Los enviarán de nuevo al orfanato en cuanto llegue la policía —agregó la rubia.

— ¿Solo así? —Protestó Injae indignada—. ¿Y si Kalisman sigue por ahí esperando por ellos? Los secuestró para convertirlos en vampiros una vez, seguro volvería a hacerlo ahora que ellos saben cosas.

— ¿Tienes una idea mejor?

Injae fue con los niños que estaban sentados en la orilla de la camilla con la enfermera a un lado terminando de cerrarle una herida en la frente al niño. Se quedó de pie esperando a que la mujer terminara y mientras lo hacía, le sonreía al castaño para que la considerase de confianza; cuando la enfermera se fue, Injae se acercó a la cama.

— ¿Cómo se sienten? —Preguntó suavemente.

La niña la vio con una expresión de disgusto, le reviró los ojos y se sentó viendo hacia otro lado.

—Creo que alguien no es de muchas palabras —dijo queriendo bromear para romper el hielo.

—La enfermera dijo que la policía vendría por nosotros —mencionó el niño—, ¿es cierto eso?

—Ah… sí, los llevaran de vuelta a su orfanato cuando lo contacten…

— ¿Qué? ¡No! —Protestó la niña—. ¡No pueden hacer eso!

— ¿Por qué no? —Interrogó confundida y al mismo tiempo preocupada—. ¿Pasa algo en él?

— ¿No podemos ir con ustedes? —Intervino el niño abatido—. Por favor.

—Tu amiga nos pidió mentir sobre lo que vimos, pero podemos decir la verdad si queremos —susurró la niña frunciendo el ceño.

Injae arqueó sus cejas sorprendida por la actitud envalentonada de la niña que surgió de pronto.

— ¿Y qué fue lo que vieron… exactamente?

—Un tipo rubio muy raro acompañado de otros tipos raros que mataban personas —contestó el niño a la ligera—. Ustedes saben lo que pasaba allí porque el chico pelirrojo estuvo ahí antes de que llegasen, él y otros más pelearon con los tipos raros antes de que ellos los mataran.

—Sí fue un secuestro, pero no del tipo que describimos a la enfermera —añadió cruzándose de brazos.

Injae quería responder algo, pero simplemente abría y cerraba la boca con la misma ya que no sabía cómo contraargumentar a todo lo que dijeron los niños.

—Llévennos con ustedes, por favor —suplicó el niño viendo a Injae—. Lo que hicieron allí fue increíble, quisiera hacerlo también, no nos dejen aquí.

—Chicos, no está en mí poder llevarlos y ya, además ustedes tienen un lugar a donde regresar para estar a salvo y no puedo intervenir en eso. —Encogió sus hombros—. Lo siento.

—No podemos volver a ese lugar —masculló la niña cabizbaja—, allí nadie está a salvo.

— ¿Por qué dices eso?

La niña levantó el rostro lloroso para ver a Injae y el niño bajó su cabeza. Después de un pequeño rato hablando, Injae salió con paso firme e ignorando a sus amigos cuando la vieron pasar para ir con el comandante de policía que acababa de llegar; entabló una conversación poco amistosa con el hombre sobre los niños y el orfanato del que venían, a pesar de la poca disposición que el policía mostraba aceptó investigar el caso y dejar que los niños permanecieran en el hospital hasta que se solucionara el asunto.

Abril 2026.

Con ayuda de Maxon Brizz y sus influencias dadas por su padre, el orfanato de donde venían los niños fue investigado más rápido para llevar a juicio a los encargados del lugar por negligencia surgida del maltrato, abuso y explotación hacia los menores.

Por otro lado, Scott había sido dado de alta debido a la “sorprendente cicatrización” que tuvo y estaba de regreso en el instituto listo para entrenar para las competencias anuales de Sølvbyen. Alguien más que estaba de vuelta era Gerard, que debido a las problemáticas surgidas recientemente emprendió el viaje para dar órdenes sobre cómo actuar.

Injae bajó del auto de Maxon estacionado frente a la casa de ella.

—De verdad te importan mucho esos niños, ¿no? —La miró y sonrió—. ¿No pensarás adoptarlos o sí? —Se burló y ella se rio.

—No —replicó jocosa—, pero quizá alguien quiera darles un hogar…

Volteó hacia la casa naranja a metros de la suya.

— ¿Tu vecino?

— ¿Quién sabe? Quizá quiera un par de nietos adoptivos. —Sonrió abierta ocultando sus intenciones—. Podrá ser viejo, pero aún es bueno… o eso me dijo su nieto un día, aunque quizá si hablaba de su jeep.




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