Confesiones de una cazadora

Capítulo 123.

Scott prendió la lámpara cuando sintió algo moviéndose junto a él en la cama, volteó a ver preocupado y se alivió cuando vio a una chica castaña durmiendo a su lado con su camiseta mientras él solo tenía un pans.

— ¿No puedes dormir?

La tocó del hombro y ella se giró, luego le tocó el rostro sonriéndole.

— ¿Puedo quedarme contigo?

—Siempre.

Scott se acomodó para que ella se recostara en su pecho y él pudiera abrazarla de la espalda.

De pronto un trueno sonó y retumbó en las paredes haciendo que Scott se sentara de golpe sobre su cama, respiró agitado mientras recuperaba la noción del momento y luego volteó a la cama viendo que no había nadie junto a él, dándole a entender que todo fue un sueño.

Durante la noche, extrañamente empezó a llover y conforme las horas pasaban, la lluvia incrementó su fuerza; quienes ya estaban dormidos no se enteraron de la tormenta, pero quienes no podían dormir escuchaban perfectamente los truenos.

Injae bajó a la cocina por un vaso de agua, pero apenas entrando a esta, un relámpago se asomó por la ventana y la sombra de una mujer la asustó, rápido prendió la luz.

— ¡Cielos, Mireya! Me diste un susto. ¿Qué haces ahí? Estás empapada…

“Injae, ¿eres tú?”

Verónica bajó las escaleras llamando la atención de Injae, quien volteó a verla y le explicó que encontró a su amiga en la cocina.

—Pero allí no hay nadie —la miró confundida.

Injae se dio vuelta y en efecto no había nadie, así como tampoco había algún rastro de que lo hubiera habido antes.

Agosto 2026.

El verano estaba en su punto más fuerte por lo que muchos no se explicaban la lluvia de la noche anterior. El grupo de cazadores tenía asuntos más importantes que cuestionarse el cambio climático como hacían los mundanos del pueblo.

—El verano pasado estuvo tranquilo y hasta ahora hemos estado igual que entonces —anunció Yurim en la reunión del comedor—. No hay rastros del líder de los Redentors, ni el hijo de Arkain o el mismo Arkain, no ha habido incidentes y el rendimiento del grupo ha mejorado.

— ¿Significa que todo está bien? —Cuestionó alguien el fondo.

La mayoría de las personas presentes siseó para callar al sujeto que habló.

—Sí, Williams, podría decirse que sí —contestó a regañadientes Yurim—. De todos modos, no hay que confiarse porque ya saben que si todo está tranquilo en un día es probable que todo vaya mal en dos.

La reunión mensual concluyó y todos se fueron a sus puestos. Al levantarse de la mesa, Injae y Scott evitaron encontrarse, lo cual no pasó desapercibido por Yurim quien les cuestionó a Félix y a Marco.

—Scott no ha dormido bien en días y está creyendo que tiene que ver con Injae, por eso la evita —dijo en bajo el moreno.

Un chico le trajo un sobre a Yurim, aunque en realidad iba dirigido para todo el grupo de amigos por parte de Killian desde Virginia.

— ¿Cartas? ¿Acaso no sabe que existen los emails?

—Sí, pero a Mireya le gustan así que le envía a Killian y con eso él aprendió a enviarlas también… eso nos incluye —contestó Yurim abriendo el sobre.

— ¿Desde cuándo Mireya y Killian se envían cartas? —Protestó ofendido Marco—. ¿Acaso están saliendo? ¡¿Por qué todos tienen a alguien menos yo?!

Yurim lo vio sobresaltada por la forma tan brusca en que reclamó y se marchó, volteó a ver a Félix esperando que le explicase y él se rio.

—La chica con la que empezó a salir después de las competencias lo dejó hace una semana y ahora odia el amor. —Esbozó una mueca y ella se rio por el comentario final—. ¿Qué dice la carta?

En la noche, Scott no podía dormir así que en lugar de quedarse en su cama mirando el techo, prefirió salir a tomar aire fresco cerca de las rejas que limitaban el terreno de Gerard con el de los Shepherd-Venator.

“¿Hola?”

Una luz de linterna alumbró la cara de Scott y este se quejó.

— ¿Qué diablos…? ¿Injae?

— ¿Scott? —Arrugó la frente y apagó la linterna—. Me diste un susto, ¿qué haces aquí?

—Claro, a la chica que salió a cazar fantasmas en medio de la noche por el campo y yo soy el que asusta. ¿Qué haces tú aquí?

— ¿Cazando fantasmas? —Encogió sus hombros—. He estado viendo a una mujer por las noches cuando no puedo dormir, la primera vez juré que era Mireya y la llamé, pero no me ha respondido.

— ¿Por qué Mireya se presentaría ante ti como un espíritu? —Alegó desconcertado—. No tiene mucho sentido.

—Buen punto. ¿Y a ti que no te dejó dormir?

—Mis pensamientos.

—Vaya, eso es peor —bromeó y ambos rieron—. ¿Quieres hablarlo? No tengo sueño de todas formas así que estaré aquí un rato.

Scott respiró fuerte y recargó sus brazos sobre las rejas.

—He estado soñando con una chica castaña, no tengo idea de quién es y está empezando a abrumarme —se quejó agotado—. Creí que era alguien que conocí, luego a alguien que conozco, pero ahora pienso que no es ninguna.

—Dicen que los sueños son pequeñas premoniciones del futuro y otros dicen que son fragmentos de la vida que pudimos tener en una realidad alterna. ¿Ciencia o magia? Todo suena como una locura cuando lo piensas, pero ¿y si no lo es?

— ¿Crees que conoceré a una mujer castaña y me enamoraré de ella? ¿O que en otra vida ya estoy enamorado de ella?

—Yo creo que… —Se quedó pensativa y sonrió—. Creo que todos merecen volver a conocer el amor después de perderlo una vez. Así que sí, creo que conocerás el amor de nuevo, vivirás y morirás por él porque así eres tú y yo… estaré muy feliz por ti al verlo suceder.

Scott la miró fijo, sintió un nudo en su garganta y un frío en su piel dado por la ansiedad que lo abordó de pronto.

— ¿Por qué dices eso?

Injae se sonrió abierta y se rio un leve, se calmó lentamente sin dejar de sonreír y suspiró.

—Creí que lo sabías ya que al parecer todos lo supieron. —Frunció su ceño y él negó—. Cuando nos conocimos, podría decirse que tuve… un pequeño enamoramiento por ti, pero luego me di cuenta que fue solo eso: un simple y fugaz enamoramiento. Mis sentimientos por ti cambiaron, se hicieron más profundos porque te conocí de verdad y te volviste mi mejor amigo, mi aliado, mi persona… mi vínculo y amo eso —afirmó tocándole el brazo—. Creo que la única razón por la que pasó eso fue porque era la chica nueva con el corazón roto y tú el misterioso chico atractivo con tatuajes en una motocicleta, el típico cliché de una comedia romántica —bromeó revirando sus ojos.




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