Confesiones de una cazadora

Capítulo 130.

Bristol, Inglaterra.

Al día siguiente, Yurim estaba comprando víveres en el supermercado. Una de las bolsas se rompió y la mercancía se fue al piso, ella protestó murmurando insultos cuando se acercó una joven de piel morena a ayudarla a recoger.

—Muchas gracias.

—Está bien, estas cosas también me pasan seguido —bromeó la morena.

Cuando se pusieron de pie y terminaron de meter las cosas de nuevo a la camioneta, pudieron voltear a verse para hablar mejor y ambas quedaron sorprendidas y sin habla al ver quiénes eran.

—Yurim Evenson…

—Skyler. —Carraspeó desconcertada—. Hola.

— ¡Hola! —Fingió entusiasmarse—. Vaya, no te reconocí ahora que llevas el cabello largo… te queda lindo.

—Gracias, también tu cabello creció y se ve genial. No sabías que estabas aquí, ¿desde cuándo?

El cabello castaño y completamente liso con mechas moradas le llegaba hasta un poco arriba de los hombros a Skyler mientras que Yurim llevaba su cabello azabache con ligeras ondas desarregladas a media espalda.

—Llegamos hace un par de días —replicó a la ligera y se calló cuando vio el ceño fruncido de Yurim—. Yohan y yo, también nuestro grupo de vampiros.

—No lo sabía y quizá Stella tampoco, sino me lo hubiera contado porque querría hacer una fiesta de bienvenida —bromeó para no hacer incómodo el momento—. ¿Planean quedarse mucho tiempo?

—En realidad queremos vivir aquí e invitar a Stella a nuestro grupo —admitió relajada—. Entre más mejor, ¿no?

Yurim hizo una sonrisa a medias que lucía un poco falsa y que poco duró cuando vio acercarse a un hombre joven de tez clara con brazos tatuados y de cabello oscuro como el de ella.

—Yurim… —mencionó sorprendido—. Hola.

—Hola… Yohan.

Mientras tanto en la casa de los Brizz.

—Que rico está el desayuno, Florencia —comentó Injae sonriéndole a la ama de llaves que iba entrando.

—Me alegro que le guste, señorita. —Se acercó al extremo del comedor con un paquete adornado—. Enviaron esto, es un regalo de bodas.

— ¿Qué es? Se ve grande y pesado.

—Es un móvil de cristal cortado… ¿Lo pongo junto al resto o quiere abrirlo?

— ¿Un móvil? —Preguntó la joven confundida.

—Un móvil… para cuna —contestó Florencia incómoda al ver a la pareja con el rostro rojo.

El padre de Maxon se carcajeó un poco por la reacción de los jóvenes, bebió su jugo y le dio unas palmaditas a su hijo en su mano.

—No se preocupen por eso, aún son jóvenes y tendrán mucho tiempo para tener hijos —aseguró sonriendo para hacerlos sentir en confianza—. Lo que importa ahora es que disfruten de su matrimonio y que prevalezca en la adversidad, luego de eso podrán pensar en tener hijos si así lo quisieran.

Ambos jóvenes esbozaron una sonrisa tímida al anciano y siguieron desayunando hasta que Maxon e Injae salieron hacia el sitio de la sorpresa que Maxon tenía planeada para ella. Llegaron a un edificio residencial en donde vivían personas de alto nivel económico, donde su mayoría eran empresarios adinerados y de alto prestigio.

Harry se quedó en el auto estacionado mientras la pareja entraba al edificio. Maxon le había pedido a Injae cerrar los ojos cuando bajaron del auto, él la llevó de la mano hasta el elevador y una vez que bajaron de él en el último piso, la llevó hasta la única puerta en un pequeño recibidor para hacerla pasar al apartamento de lujo.

—Ábrelos —le susurró por detrás—. Bienvenida a nuestro futuro hogar.

—Maxon… —murmuró anonadada viendo todo el lugar—. Esto es…

—Creo que es mejor regalo que el que recibimos en el desayuno, ¿no crees?

Injae volteó a verlo y ambos se rieron, la joven asintió con su cabeza al tratar de controlar su risa, luego él fue a la cocina por una botella de vino tinto y dos copas que había llevado con antelación para sentarse en la sala de gamuza y brindar.

Más tarde, Yurim había ido con Injae para ayudarla con algunas cajas con cosas de la mudanza que se habían llevado al apartamento de la joven.

—Todavía no entiendo bien lo que está pasando —comentó Injae desconcertada y arrugando su frente—. ¿Yohan y Skyler están juntos como pareja y ahora están aquí en Inglaterra?

—Sí.

— ¿Del mismo modo en qué tú y Stella están juntas como pareja en Inglaterra?

—Sí… —vaciló extrañada—. Sé cómo suena lo que te digo, pero es que… ¡Maldición! Es muy incómodo, al menos para mí luego de como acabó todo.

Injae fue por lo que quedó del vino y le dio la botella para que bebiera.

—Gracias. —Hizo un puchero y se sentó en el sofá—. ¿Crees que sepa que ahora estoy con Stella?

La castaña apretó sus labios y se encogió de hombros dudosa, soltó un suspiro y se sentó junto a Yurim que recargó su cabeza en el hombro de ella.

— ¿No crees que lo tuyo con Stella fue muy… precipitado?

—Quiero a Stella, en serio.

—No tengo duda de eso ni de que ella te quiera, pero… —bajó el tono de su voz dudosa—. ¿Es de esa forma en que se quieren o solo como amigas?

Yurim se quedó callada un instante y luego afirmó para convencerse más a ella misma que a Injae que preguntó.

—Quizá nuestra forma de iniciar fue poco convencional… era año nuevo, había bebido mucho porque me sentía de la mierda y la besé, no fue lo correcto así que quise arreglarlo al invitarla a salir, pero se siente real… supongo —dijo viendo abatida la botella en sus manos—. ¿Qué hay de ti y Maxon? No te ofendas, pero es claro que no lo amas y él… Aun así, siguen juntos.

—Quiero a Maxon y él a mí, solo es un sentimiento más… maduro, supongo.

La pelinegra le ofreció la botella para que tomase un trago del vino.

—Ahora que Yohan reapareció en tu vida, ¿no harás un cambio de Windburs-Soler? —Bromeó jocosa.

— ¡Hey! —Le soltó un pequeño golpe—. Lo dices como si fuera algo que hiciera siempre y no es así, solo han sido dos veces y ya no habrá una tercera porque Yohan siguió adelante con Skyler y yo hice lo mismo con Stella y cada uno ha seguido a su manera.




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