Confesiones de una cazadora

Capítulo 134. [Canción]

[Canción recomendada: Car's outside - James Arthur]

 

Septiembre 2027.

—No tengo ni idea de por dónde estoy conduciendo —alegó Scott al ver las calles—. ¿Cómo es el lugar?

—Es la casa de modas donde trabaja Stella, verás el nombre enfrente.

—Que gran información, hermana.

Después de un rato conduciendo y preguntando a las personas que veía, Scott pudo llegar a un amplio lugar que servía como casa de modas y tenía vestidos elegantes en los aparadores de la entrada.

Scott entró con un bolsa donde llevaba algo para Stella por parte de Yurim y cuando la halló, se lo entregó sin mucha atención por andar mirando la ropa.

—Injae está aquí, ¿quieres ir con ella mientras termino esto de aquí?

— ¿Está aquí?

Se adentró por un pasillo beige que se iluminaba por las lámparas de arriba y al llegar vio a simple vista un par de asientos acolchonados; cuando se acercó más, vio que se trataba de un probador grande que en el centro sobre una alfombra estaba viéndose frente al espejo Injae vestida con un vestido de novia largo con manga larga y encaje.

Injae estaba tan pensativa viendo el vestido por el espejo que ni siquiera se percató de que alguien había entrado.

—Es un lindo vestido.

La joven volteó sorprendida y al mirar a Scott allí, sonrió.

—Siempre has tenido mejores gustos que yo, podrías ayudarme con esto —bromeó avergonzada.

—Lo siento, pero creo que tendré que pasar esta vez —replicó incómodo.

Ella sonrió asintiendo y se regresó a ver por el espejo.

—De niña quería un matrimonio como el de mis padres o mis tíos, pero luego esa idea se fue y cuando vi la vida de Farah en una de las reencarnaciones con su matrimonio e hijos… vi más lejana esa idea. —Bajó su mirada y suspiró—.Y ahora, aquí estoy, probándome un vestido de novia para mi boda en un par de semanas.

Scott apretó sus dientes desviando la mirada hacia uno de los bancos acolchonados.

—Y luego estarás en algún lugar costoso eligiendo la ropa de tus hijos.

—Supongo.

Esa misma tarde, Scott condujo sin conocer del todo las calles y acabó en el bar de Dev a donde Stella y Yurim solían asistir muy seguido. Llamó a Marco para que le hiciera compañía y tras un rato bebiendo, cada uno se entretuvo a su manera en el bar hasta que Yohan llegó solo ya que se encontraría más tarde con Skyler.

— ¿Scott? —Preguntó el vampiro cuando llegó a la barra—. Joder, estás muy ebrio. ¿Pésimo día? ¿Desde cuándo bebes tanto?

—Cierra la maldita boca, Soler.

Yohan resopló fatigado y sin ganas de lidiar con la actitud ebria de Scott, llamó a Stella para que fuera por él cuando acabara su turno en el trabajo y mientras Yohan se tuvo que quedar con él.

— ¿Se puede saber que fue eso tan terrible para que estés bebiendo así? Parece que será el fin del mundo y espero que no sea así porque estoy viviendo bien.

Scott chasqueó su lengua ignorándolo para pedir más tragos.

— ¡¿Por qué?! Quiero saber por qué me tiene que pasar esto a mí —protestó molesto—. Creí que ya lo había superado… —balbuceó melancólico.

El vampiro arqueó sus cejas al ver lo dramático que se había puesto el pelirrojo, pidió unos tragos para él y permaneció atento a la confesión ebria de Scott.

— ¡Yo lo superé! ¡Se supone que seguí adelante! —Exclamó molesto extendiendo sus brazos—. ¿Entonces por qué…?

Dejó caer su rostro al frío vidrio de la barra y luego sobre este mismo se giró para ver a Yohan, tomó su vaso de tequila y jugó con él.

— ¿Por qué… me dolió el estómago al verla…? —Balbuceó lloroso.

— ¿A quién?

—A la mujer que amo… la vi eligiendo su vestido de novia para casarse con un tipo… que no ama y que tampoco soy yo —admitió y bebió de golpe su último sorbo.

Yohan se sorprendió por lo que oyó, hizo señas para pedir más tragos y bebió lo que tenía en su vaso de golpe cuando observó a Stella entrando con Yurim apurada.

—Finalmente admitió sus sentimiento por la chica rúnica —avisó jocoso.

—Solo le tomó unos años y al parecer muchos tragos —replicó Yurim—. Scott, andando que te llevo al instituto.

Scott manoteó para que lo dejasen allí, pero su hermana siguió jalándolo del brazo para sacarlo de su asiento.

— ¿Esta cosa es tuya? —Se acercó Dev—. Me preguntaba a quién pertenecía, lleva un largo rato bebiendo como si fuera su último día. Mejor llévenselo antes de que la cuenta sea más larga.

Dev les dio la cuenta de todo lo que Scott había bebido, Yohan agrandó sus ojos estupefacto y Yurim le echó un vistazo.

—¿No pudiste elegir algo más barato para emborracharte?

—¿Por qué no… la detuviste? ¡Sabes que esa relación es una farsa!

—¿Cómo podrías saber que es una farsa? Se conocen el mismo tiempo que tú y ella, solo que él hizo lo que tú no pudiste atreverte a hacer —regañó irritada—. Cuídenlo, ya vengo… sé de alguien a quien le hará caso.

Se quedaron un rato más acompañando a Scott en su miseria para oírlo quejarse de lo mucho que lamentaba no haber dicho algo antes.

—Si te hace sentir mejor, duermen en cuartos separados —le confesó Yurim en voz baja.

Yurim recibió un mensaje y le hizo señas a sus amigos para que fuesen con ella a la entrada a recibir a la persona a la que Yurim le había hablado antes. El grupo se quedó afuera y después de arreglar algo con quien llegó, se fueron.

—Pobre muchacho —comentó Dev con lástima—. Pero si se han ido sin ti… ¿quién va a pagarme?

—Yo lo haré —contestó una mujer joven sentándose junto a Scott.

—Eres un ángel. ¿Algo para ti, encanto?

—Un bloody mary, por favor y… un vaso de agua para él.

Scott veía su vaso sin mucha atención porque toda estaba en sus pensamientos tristes que lo consumían lentamente, tomó un sorbo e hizo una mueca al notar que no era alcohol y volteó a reclamarle a la mujer a su lado que bebía callada.




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