Confesiones de una cazadora

Capítulo 139.

ADVERTENCIA.

Este capítulo incluye escenas de maltrato y contenido de violencia moderada o fuerte que podría herir la sensibilidad de algunos lectores.

 

Scott inició el RCP con ímpetu para traer de vuelta a Injae, pero mientras ella estaba inconsciente, su alma estaba en algo a lo que en el mundo sobrenatural se conocía como “bardo” o “limbo”, un estado entre la vida o la muerte que en algunos casos como el de los vampiros, solo era su “sala de espera” antes de revivir y pasar por su transición completa.

Dentro del limbo se hallaban cientos de almas que esperaban su turno para pasar al más allá por el barquero que los guiaba ya sea para encontrar la paz eterna o para vivir condenados toda la eternidad según hayan sido juzgados. El lugar no tenía día ni tampoco noche, era un sitio sombrío que en ciertos puntos parecía estar más iluminado; a pesar de no haber una brisa o un clima en particular, el lugar era frío y húmedo.

— ¿Qué es este lugar?

—Bienvenida al limbo —dijo una mujer pasándole a un lado.

—Así que estoy muerta —se dijo así misma anonadada—. De todas las cosas que viví, jamás imaginé estar en este sitio…

Lo curioseó con la mirada y salió de una especie de cabaña con pisos y corredores sin fin para darse cuenta de que se hallaba a unos metros del muelle, caminó hacia él solo por curiosidad y al pisar el primer tablón de madera el agua se vio turquesa pues la luz del otro lado del lago iluminó el sitio.

El sonido de un farol meciéndose la hizo voltear, vio al barquero acercándose a ella y al llegar le ofreció su mano huesuda, la cual mejoró su aspecto, así como su pequeño barco de madera que se vio menos siniestro cuando ella subió. Navegaron hacia el otro lado y al bajarse, empezó adentrarse entre los árboles hasta encontrarse con una casa muy similar a la que fue suya cuando niña y al ver a su alrededor, gran parte de los árboles se desvanecían.

— ¿Injae? —La voz de su padre viniendo de un lado de lo que empezaba a verse como una calle, la puso nerviosa—. ¡Oh, por Dios! ¡Injae!

El hombre se acercó a ella y esta lo abrazó fuerte al tenerlo junto a ella, luego de la casa salió una mujer de tez blanca y cabello castaño bastante ondulado.

— ¿Mamá? —La voz de Injae se rompió al verla y corrió por los escalones del pórtico para abrazarla—. De verdad eres tú.

—Mi cielo hermoso, mi amor. —Le acarició el cabello sin soltarla.

— ¿Para mí no hay un abrazo?

Injae vio a una chica rubia de cabello liso y de pecas recargada en el barandal del pórtico, caminó despacio rumbo a ella sin creer que estaba pudiendo ver a su hermana y cuando estuvo frente a ella la abrazó llorando.

—El barquero…

Todos voltearon a ver a la orilla del lugar donde el barquero de la muerte seguía allí como si esperase por Injae para llevarla de nuevo.

— ¿Por qué no se va?

—Porque aún no es momento de que estés aquí —respondió su madre tocándole la mejilla—. Debes despertar para poder volver.

Injae negaba con su cabeza y algunos sollozos.

—No quiero estar lejos de ustedes, ya no quiero…

—Cariño, siempre hemos estado y seguiremos estando contigo. —Le sostuvo el rostro entre sus manos para que Injae lo reposara en ellas—. Y te prometo que algún día, que espero sea muy lejano, volveremos a estar todos juntos, pero ahora debes despertar y vivir tu vida… muéstrale al mundo quién eres en verdad.

Durante su tiempo en el limbo, Injae estaba recibiendo RCP por Scott que, a pesar de su determinación por traerla de vuelta, no lograba hacerlo.

—Por favor, por favor vuelve a mí —suplicó desesperado a punto de rendirse.

—Ya es muy tarde, está muerta.

Yurim tenía sometida a Samantha contra la pared y al oír su comentario no evitó sentirse molesta al grado de soltarle un puñetazo para noquearla. Scott seguía haciendo compresiones sin parar con el resto viéndolo con pena sabiendo que ya no había más que hacer, sin embargo, él no desistió y como último esfuerzo le dio un fuerte golpe al pecho para hacer reaccionar a su corazón y que Injae volviera a respirar.

—Thomas…

Injae había despertado abruptamente, estuvo desorientada unos segundos mientras veía a Scott y luego se desmayó en sus brazos. Scott la levantó para llevarla rápido a la enfermería y pidió que encerraran a todos los traidores sin que nadie supiese.

—Quiero matarlos a todos —confesó iracundo dando vueltas junto a la camilla de Injae.

—Debes calmarte, Scott. No podemos hacer eso, hay que esperar a que Injae despierte y decida que hacer, es la nueva líder, ¿lo olvidas?

— ¡Lo que hicieron es traición! —Alegó indignado y señaló la camilla donde Injae dormía—. Trataron de matar a su líder…

—Lo sé. —Lo detuvo de seguir caminando—. Pero deben entrar en juicio para decidirse su castigo como cualquier traidor y lo sabes.

—Torres no sentenciará a su adorada hija a muerte.

—No, si no se entera —insinuó Marco cuando entró y ellos lo miraron inquietos.

A la mañana siguiente, Injae despertó viendo a Charles a su lado, cuando él se dio cuenta la abrazó emocionado confesando lo mucho que se alegraba de que ella estuviera bien, pero pronto se distanció con la mirada baja.

—Siento mucho no haber hecho algo en ese momento, de haberlo hecho, usted no hubiera estado a punto de morir —expresó con ojos llorosos, aunque los ocultaba—. Perdóneme, debe estar muy decepcionada de mí.

Injae se había mantenido seria cuando empezó a hablar, pero no estaba molesta y cuando él terminó, ella le sonrió lento para transmitirle calma al tomarle la mejilla.

—Mi niño valiente, tú jamás me has decepcionado y jamás lo harías.

Él seguía triste lagrimeando cabizbajo para que ella no viera sus lágrimas, pero Injae le levantó su rostro y lo observó con amor.




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