Confesiones de una cazadora

Capítulo 151. [Canción]

[Escucha: Daylight - David Kushner/ In my veins - Andrew Belle]

 

Andreas ordenó que se planeara la extracción de los demonios rezagados detrás del campo de fuerza en el instituto viejo de Inglaterra ya que Arkain quería crear un nuevo muto como arma que contuviera energía demoniaca. Los Redentors fueron enviados al otro lado de la costa para no irrumpir en el instituto y provocar una pelea innecesaria, con ellos fueron algunas brujas realistas para que debilitaran la barrera y así pudieran pasar a extraer demonios que habían secado su llama con el paso del tiempo.

En el instituto nuevo había una alarma vinculada al campo de fuerza que envió señales de inconsistencia; Injae llamó a Marco para que confirmasen lo que pasaba con el escuadrón contrademonios ya que estaban desconcertados por la repentina alerta, pero Marco le pidió dejarlo ir solo con el escuadrón y que ella se quedara.

La orden llegó al instituto viejo directo al campo de fuerza sin pasarse por el edificio para que no descubrieran al escuadrón secreto que había estado viviendo allí hacía tiempo. Al observar la barrera se dieron cuenta de que podían atravesarla y eso les preocupó así que entraron, pero su sorpresa fue que no encontraban demonios en su camino y luego uno de ellos vio que el agua que rodeaba el terreno se movía extraño, usaron binoculares para ver al otro lado de la costa y vieron a más personas que cruzaban la barrera llevándose demonios secos.

Los cazadores corrieron hacia los Redentors para detenerlos y dispararles, pero estos se dieron cuenta enseguida así que tenían que quitárselos de encima para lograr su cometido. En el camino, dos grupos humanos de cada bando se encontraron y tuvieron que pelear cuerpo a cuerpo, pero uno de ellos notificó al líder de la misión que aguardaba en el otro lado para que enviara refuerzos.

La solicitud fue atendida y pronto avisaron a otros que estaban cerca para que fueran, pero a estos se les informó que eran demonios quienes atacaban. Este grupo se dividió en el bosque para cazar a las criaturas, uno de ellos llegó hasta el risco y cuando vio algo moviéndose detrás de él no dudó en disparar, pero se paralizó cuando vio a quien había disparado y corrió hacia él para auxiliarlo.

—Carajo, carajo, carajo —mascullaba desesperado tratando de pararle la sangre que salía de la herida en su abdomen—. Marco, perdón… creí que era un demonio despierto. Perdón, perdón…

—Sal de aquí, Scott. —Trató de verse tranquilo mientras contenía el dolor—. Si los cazadores te ven… no sé qué pueda pasar.

—No te dejaré solo.

Scott levantó a Marco para recargarlo en él y poder ayudarlo a caminar, pero ni bien se pusieron de pie fueron encontrados por Redentors que enseguida informaron por radio que tenían al ejecutor y dispararon al moreno haciendo que por la fuerza de la bala fuera retrocediendo sin equilibrio hasta llegar al extremo del risco.

“¡Marco!”

Por abajo desde la costa, estaba el líder del escuadrón al tanto de cada percance, pero al oír la voz del pelirrojo a lo lejos se colocó los binoculares y divisó a Scott sosteniendo a Marco que había caído y que poco a poco estaba logrando subirlo.

—Salgan de ahí y derrumben esa cosa como sea —ordenó irritado y al darse vuelta vio a una joven pelinegra escuchándolo.

Los Redentors dispararon al suelo sin detenerse para que se partiera lo suficiente como para que se rompiese solo y luego huyeron. Scott estuvo tan enfocado en subir a Marco que ignoró lo que hicieron sus “compañeros”, y cuando ambos estuvieron en el mismo suelo, este pedazo se partió y ambos cayeron, pero por suerte Scott no soltó a Marco y logró agarrarse del extremo que quedaba.

En la costa Yurim vio lo que pasó con los binoculares que le quitó al hombre y enseguida se fue contra este para darle un puñetazo.

— ¡Imbécil! ¡Mi hermano y mi amigo están ahí!

El hombre escupió sangre y se le quedó viendo molesto así como ella a él, pero este se rehusó a hacer que sus hombres volvieran para rescatar a un cazador y a quien trató de ayudarlo.

Por su parte, mientras los dos colgaban empezaron a discutir.

—Suéltame, Scott, caerás conmigo y morirás —le dijo débil por la sangre que perdía.

—Entonces moriré contigo porque no te soltaré… —Apretó sus dientes queriendo sacar más fuerza de su cuerpo agotado—. ¡No te dejaré morir!

Marco negó cansado con su cabeza porque estaba resignado a que moriría desde que vio que el risco se partía más y que no soportaría más tiempo.

—De igual forma moriré así que mejor que sea uno y no ambos… tú debes vivir.

— ¡Cállate, Marco! ¡No te dejaré morir!

Los dedos de Scott no se podían sostener por más tiempo de la grieta de donde se agarró porque la lluvia que cayó lo resbalaba, además su brazo ya no soportaba el peso de Marco y pronto tendría que soltarse de alguno de los dos.

—Scott… —Le habló serio, aunque no fue mirado—. Ya habrá alguien esperándome y cuando sea tu turno, ambos te esperaremos, pero mientras prométeme que no harás más estupideces.

Scott no quería mirarlo porque sus ojos estaban llorosos, el negaba solo con su cabeza y cuando se atrevió a verlo, le suplicó entre dientes que no le hiciera eso, pero Marco le dio una última sonrisa jocosa.

—Está bien, quiero hacerlo… déjame cumplir la promesa que les hice.

Scott negó y apretó más fuerte su brazo, pero Marco vio otra grieta que estaba por unirse a otra así que se balanceó hacia el muro para tomar impulso y lograr que su brazo se librara del agarre de Scott quien gritó enseguida, luego su cuerpo cayó al agua sobre las rocas y Scott miró al cielo llorando, pero sus lágrimas se perdieron entre las gotas de lluvia que caían en su cara.

Cuando regresó con los Redentors, Yurim lo esperaba bajo la lluvia y ni bien lo tuvo en su punto de visión fue hasta él empujándolo fuerte sin que este reaccionara.




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