Confía en mi, Amor

Capítulo cuatro

Hartford, Connecticut. Noviembre 2012. 

Russell  
Bajo las escaleras para llegar a la puerta porque alguien toca el timbre de manera insistente. 

¿Quién coño toca a las seis de la mañana un maldito domingo? 

Esta vez estoy de acuerdo con mi consciencia, no el uso de sus palabras claro esta pero es cierto que nadie debería tocar el timbre a esta horas un domingo. Ruego a Dios que no sea Andy porque faltan poco para su tan esperado concierto. Bostezo. 

-Oh, no creo que sea la indicada-es lo primero que digo al abrir la puerta y analizar lo que tengo en mi porche. 

-Pero… Es por Oliver. 

-¿Oliver? -pregunto, desconcertada.  

-Él es miembro de una Fundación que apoya la adopción-me explica mientras sostiene a un canino-Por jodida desgracia, se han ido quedando sin voluntarios… Por lo que siendo la mejor amiga del puto mundo, me he inscrito como voluntaria. Llevo 4 benditos perritos en todo tu barrio-su sonrisa me da a entender de sus métodos poco ortodoxos- Es fácil que acepten cuando aún están dormitados, ¿A qué soy malditamente genial, princesa de porcelana?  

-Bueno… creo que eso debería ser voluntario..  

-Si, si, si. Como mierda sea. Entonces… ¿sé queda?- pregunta mientras me acerca él canino. 

- No, no y no. Me niego rotundamente. -Niego con la cabeza mientras cruzo de brazos. Nina hace un puchero, si no supiera que es para manipularme diría que ella es adorable.  

- Pero mira ésta carita, no me puedes negar que es adorable -Sonrió porque se que haga lo que haga terminaré cediendo. El canino se acurruca en sus brazos, es un lindo perrito de raza... bueno no soy buena con las razas ni estoy segura que sea de una. Le doy espacio para que entre y ella se guía sola hacia la sala, se desploma en el sillón más cercano, dejando al perrito en el suelo. 

-¿No es un poco irresponsable que lo dejes sin supervisión? ¿No tendrá necesidades que cubrir? -cuestiono un poco preocupada por tener que limpiar heces. Nina hace un gesto desdeñoso con una mano que pretende calmarme. 

-Tranquila, princesa de porcelana, el no hará nada malo. Tuve una charla con él de camino a tu casa y le explique que si quiere que lo adoptes debe portarse como un ángel y te puedo asegura que lo comprendió al pie de la letra... 

Justo al cabo de sus palabras se escucha un ruido estridente previniendo de la cocina y segundos después el "ángel" llega corriendo a gran velocidad hasta nosotras para sentarse cerca de Nina. El canino está tan quieto que quiero verificar si todavía respira. 

-¡Demonios! Incluso sabe como fingir inocencia. Dios, si no lo adoptadas tú, me lo quedo yo. -Nina tiene una gran sonrisa, miro al perrito y, efectivamente, nos mira con inocencia. 

-Bueno, amigo, acabas de hacer un desastre en menos de diez minutos de estar aquí, has superado a Nina. -Miro a la susodicha con una sonrisa. 

-Lo que sea -vuelve hacer un gesto desdeñoso-como te decía, este canino es el mejor, bueno no es tan bueno pero solo necesita paciencia. Se que desde que Pelusa murió no has tenido otra mascota pero, princesita de porcelana, te aseguro que este perrito te hará muy feliz. Solo míralo -lo toma del suelo y me lo acerca a la cara, el cachorro lo único que hace es lamer mi rostro- él merece un hogar. 

Nina tiene razón, el merece alguien que lo quiera y proteja, nunca he tenido un cachorro a mi cuidado y pelusa era un gato ya mayor que lo único que hacia era comer, dormir y hacer sus necesidades. Pero siempre existe una primera vez, supongo que puedo intentarlo.  

Suspiro y miro a Nina, luego tomo en brazos a lo que será mi nuevo compañero y lo llevo al patio trasero, lo dejaré un momento aquí, apenas lo dejo en el suelo y el ya está explorando todo mi jardín. Afortunadamente el jardín tiene una cerca, por lo que no me preocupa que pueda salir a la calle. Le daré tiempo para que se divierta un poco. 

-Está bien, ¿dónde firmo? -inmediatamente mi amiga saca unos folio, que no tengo ni idea de donde estaban, y una pluma, también de origen desconocido. Tomo los folio mientras ella empieza a explicarme donde tengo que firmar. 

-¿Adivina quién tiene una prima de la que jodidamente desconocía su existencia? -Habla Nina tranquilamente mientras acabo de leer y firmar los documentos de adopción, le lanzo una mirada que pretende ser un regaño silencioso. Lo admito: tengo una pequeña-gran rivalidad contra las malas palabras. 

-¿Una prima? ¿Acaso tienes una tía? Creí que tu mamá era hija única. 

-Pues al parecer, aparte de perra, Daniela es muy mentirosa ¡Demonios, tengo a la peor de las abuelas! 

-¿Entonces... tienes una prima y una tía? -Nina asienta repetidamente con la cabeza. 

-También un primo, es una cosita increíblemente adorable. Pero como decía, ésta mi prima es algo así como una ratoncita de biblioteca muy tímida pero también es... 

-Espera -interrumpo con un gesto de la mano- ¿ratón de biblioteca? Eso ha sonado ofensivo, Nina. 

-Lo que sea, como decía también es algo egoísta con su hermanito, cada que alguien se le acerca lo mira atentamente como Halcón a su presa. Aparte de eso me agrada, ¿increíble, no? A mi, Nina Annie Wood, me agradó alguien inmediatamente, puro milagro de Dios.  

Río ante sus exagerados movimientos pero es verdad, a Nina no cualquiera le agrada inmediatamente, entonces deduzco que su prima debe ser alguien especial. 

- Y ¿cómo se llama? 

-Emily Wood, al parecer ambas no fuimos registradas por nuestros padres. ¿Sabes? La tía Zoe no es la mejor en las presentaciones. Te diré, llegó a la casa a medianoche, tocando la puerta de manera brusca y escandalosa. Daniela y yo bajamos para ver quién era el causante de aquello y nos encontramos con una muy drogada y ebria mujer que afirmaba ser hija de Daniela, junto a ella una chica de unos quince años y un pequeño no mayor de tres años. Estaba realmente mal, histérica le gritaba a Daniela "déjame quedarme aquí, maldita perra descorazonada, no te atrevas a echarme de nuevo". 

>>Al principio creí que era una drogadicta demasiado confundida como para pensar coherentemente, así que tuve la intención de llamar a la Policía pero Daniela no me lo permitió alegando que la drogadicta ebria efectivamente era su hija. Momento de shock, siempre supe que Daniela tenía su mierda pero ¿abandonar a tu hija de quince años embarazada y sin apoyo del embarazador? Ya te digo, pura mierda. Y mi madre otro tanto por nunca hablarme de su hermana. 

-¿Hablaste con Janelle sobre esto? -me acerco a Nina porque aunque no lo diga los problemas de casa siempre te afectarán, paso un brazo por sus hombros de forma sutil y ella se acurruca en mi costado. 

-No pude realmente, el reencuentro con su hermana la dejo agotada, por lo que no pude hablar con ella. Lo único que hicimos fue guiar a Zoe, porque no pienso decirle tía otra vez, hasta un sillón y acostarla boca abajo para evitar, que en caso vomite, se ahogue con su propio vomito. 

>> Después, Emily muy educadamente me pidió, casi suplico, permiso para utilizar la cocina para preparar comida para su hermanito, no te digo, un amor de prima. Emily y Max, mi pequeño primo, se quedaron en mi habitación. Así conocí a la familia que no sabía que tenía, ¿increíble, no?  

-La pregunta aquí es: ¿cómo se siente Nina Wood al conocer a parte de su familia que desconocía? 

-Nina Wood se siente como la mierda -le lanzo otra mirada pero no digo nada, a veces necesitamos desahogar lo que llevamos en el interior y supongo que esta es la mejor manera para Nina de sacar lo malo de su sistema.- Te imaginas un día saber que tienes una tía y dos primos de los cuales desconocías, es decepcionante que tu madre y tu abuela no te hablará de ellos pero también es decepcionante saber que ni siquiera merece la pena conocerlos, bueno tal vez Emily y Max todavía no estén tan hundidos en la mierda pero Zoe, ella está hasta el cuello de mierda. ¡Joder! Estaba totalmente ebria y drogada, dime loca pero no parece ser la mejor de las personas.  

>>Pero me pregunto ¿cómo es posible que no recuerde nada de ellos? Según mis putas cuentas debería recordar a Zoe pero supongo que la olvide con el paso del tiempo. Que mierda. Todo esto se esta volviendo muy pesado para mi -Lagrimas descienden por las mejillas de Nina y yo la abrazo con más fuerza. Quiero hacerle saber que bajo toda esta capa oscura de problemas también existimos personas que la queremos y podemos ser su apoyo.- Hace menos de una semana creía perder mi casa y si no fuera porque tengo a los mejores amigos, ahora mismo estaría, probablemente, viviendo bajo un puente. 

Se queda en silencio, llora sin hacer apenas ruido. Duele, duele ver a las personas que quieres sufrir. Pero también sé que aunque todo se torne feo, siempre existe la posibilidad de que todo se solucionen. 

-No estas sola, cariño, y nunca lo estarás. 
Repito las mismas palabras que todos me dicen. 
°°°°°°°°°° 
-Vamos, no te enfades, no tengo la culpa de que sea gracioso. 

Mi instinto me gritaba que no abriera la puerta, ¿por qué, en el nombre de Dios, no pude hacerle caso? 

-Andy, basta, no es gracioso. El chico no podrá jugar este partido por tener quebrado dos dedos. 

-Dos dedos que tu fracturaste -Ella vuelve a reír a carcajadas.- Deberías ver tu cara, tienes en las mejillas un intenso sonrojo, además de que se nota que sientes culpa por haberle echo daño al pobre. Deberías llevar un cartel que diga "no me pidas bailar, puedo quebrarte tres dedos". 

Me siento realmente avergonzado, el sábado pasado, Alex me arrastro a una fiesta con el fin de "superar mi fobia", lo cual no es cierto. No es fobia es simple incomodidad de estar rodeada de chicos ebrios y tocones. 

Cuando llegamos, inmediatamente varias personas rodearon a Alex, separándolo de mi. 

-Enseguida regreso, preciosa. 

El problema es que no regreso enseguida y mi ansiedad al estar lejos de él incremento demasiado. Cualquiera que se acercará me ponía extremadamente nerviosa. Incluso un chico se acerco demasiado y proponiéndome, de manera insistente, que fuéramos a un lugar mas privado. Cuando logre librarme de él, mis nervios estaban destrozados por lo que cuando un chico alto y corpulento se acerco a mi, lo ataque. Lo peor, solo dijo: 

-Alex te busca. 

Probablemente el chico me odia, le dañe dos dedos y lo humille delante sus compañeros. Porque para su mala fortuna, justo antes de atacarlo la música paró para que Alex pudiera buscarme, por lo que todo mundo escucho el grito del chico y vio mi ataque hacia él. 

Alex me saco casi arrastras de la fiesta, murmurando una serie de disculpas para al que él llamo Robben. Y así es como arruine una fiesta y el siguiente partido para Robben. También es probable que el equipo del que Alex pertenecía me odien por lastimar a un jugador.  

Soy realmente una mala invitada, todavía estoy avergonzado. Meneo la cabeza intentando borrar esa vergonzosa experiencia. Andy sigue riendo a carcajadas. 

-Andrea, basta, suficiente tengo con el recuerdo de mi tan vergonzoso acto como para que sigas burlándote -suspiro, espero realmente que esto quede en el olvido para no seguir tan avergonzada. Andy hace un gesto que finge cerrar su boca con un cierre y luego continua picando los pimientos. 

Estamos terminando la cena para Acción de Gracias. La cual es casi igual que la del año pasado: Charol afirma que no sabe cocinar para tantas personas obligándome a mi a cocinar pero en el fondo creo que todos prefieren que yo cocine. 

Vaya no tengas tanta modestia, cariño. 

No presumo, solo digo mi teoría . 

Te aprovechas porque realmente cocinas de maravilla. Principalmente esos ricos postres que se derriten en la boca, ¡maldición! Ya tengo hambre. 

Como decía, la cena la hago yo. Charol prepara los utensilios, Alex consigue mesas y asientos para todos.  

Charol y yo invitamos a Alex, Andy y Nina, al igual que a Oliver, él cual trae a sus padres. Alex no tiene realmente a quien quiera traer por lo que viene solo y Andy prefiriere no viajar a París con sus padres y quedarse a pasar con nosotros Acción de Gracias. Todo como el año pasado a excepción que este año vendrán nuevos y otros no vendrán, Nina estaba renuente pero la convencí de traer a Emily y Max. 

-¿Carter no ha llegado? -pregunta Andy entregándome los pimientos finamente picados, sonrió ante su gran sonrisa por mejorar con sus habilidad culinarias. 

-No vendrá -digo con un poco de tristeza, realmente deseaba ver a Carter pero el está demasiado ocupado, al parecer esta en medio de algo muy importante, no suele darme muchos detalles. 

-¿Por qué? -Andy suena sorprendida, Carter no suele faltar a esta cena. No lo he visto desde agosto, lo extraño pero entiendo que a veces su trabajo le exige demasiado. 

-Trabajo -contesto con simplicidad. 

-Bueno... supongo que debe ser algo importante -se encoge de hombros, luego parecer recordar algo- ¿y Aidan? 

-En un colegio católico en Chiapas[1] al parecer su padre se enojó demasiado cuando descubrió que había escapado del colegio Católico de París -Rio a carcajadas al recordar lo que me dijo - por lo que me conto Aidan, llevaba un mes de haber escapado y si no es porque su padre descubrió su escape, las pobres monjas francesas no se dan por enteradas. 

-¡Joder con Aidan! 

-¡Andrea! -ahora ella es la que ríe. 

-Es verdad, no he conocido a otra persona con tanta inteligencia como para escapar y que nadie se de cuenta. Juro por Dios que Aidan no es para nada una persona común. 

-Tienes razón, su inteligencia es sobrehumana -suelta una risita- él único que puede verdaderamente saber que pasa por esa cabecita loca suya es su padre, no se como hace pero parece adivinar cuando Aidan no está donde debe de estar. 

-¿Qué tanto hablan ustedes, mujeres bellas? -me sorprende la voz de Alex por lo que doy un brinco, el ríe. 

-Solo hablamos del por qué Carter y Aidan no vendrán -responde Andy fregando los utensilios que ha ocupado. 

-Lo bueno es que habrá más comida para nosotros. -Andy bufa. 

-Tu solo piensas en comida. 

-También pienso en ti, Andy.  

-Tonto 

-Tonta 

-Ojalá que ahogues con el postre. 

-Es una indirecta para decir que serás el postre. 

-¡Eres el ser más absurdo! 

-¿Eso es un sí? 

Checo que el horno este funcionando correctamente y, dejando a esos dos en su discusión infantil, me voy a la sala. Antes de poder llegar a la sala escucho el timbre sonar, echo un vistazo al reloj en la pared y veo que ya son mas de las siete. Me dirijo a la puerta y la abro. 

-¡Ya llegue! ¡Estoy aquí, por si ya ansiaban mi llegada! -Rio y abrazo a Nina que llega con mejor aspecto y humor que la última vez que la vi, al separarme noto que no está sola. Una rubia lleva en brazos a un pequeño niño castaño que me mira tímidamente. 

-Buenas noches. Me presento, soy Emily y este es mi hermano Maxwell. -Dios, es increíblemente educada, cualquiera que la escuchará pensaría que ha recibido la mejor de las educaciones aunque la realidad no sea esa. 

-¡Max, Max! -corrige el pequeño con emoción. 

-Bueno, Max, adelante. Están en su casa. -El pequeño se revuelve en brazos de su hermana hasta que ésta lo libera en el suelo y este sale corriendo hasta el pino navideño, mirándolo con anhelo. 

-Lamento eso, no solemos tener pino de navidad. 

-No pasa nada, Emily, a Alex y a Nina les gustar armar el árbol antes de tiempo y como lo ves, les gusta exagerar con la decoración. 

Algo tímida Emily entra en la casa, seguida de Nina. Un serio Alex sale de la cocina seguido por una muy ruborizada Andy. 

-Me pareció escuchar la voz de mi dolor de cabeza personal -dice Alex, cambiado de humor, mira a Nina, ésta salta a sus brazos como mono.- Tranquila, cualquiera diría que no nos vemos desde el año pasado. 

Noto que Nina tiene un papel en la mano, cuando abraza a Alex, pega ese papel en su espalda y al bajarse el papel sigue ahí. Meneo la cabeza, Nina jamás cambiará. Alex parece conocerla demasiado bien por lo que, mirándome, pregunta: 

-¿Tengo algo en la espalda, verdad? 

-Date la vuelta -responde Andy. Alex obedece y se escuchan varias risas. "Baile sensual por tres dólares". Charol le quita el papel de su espalda y dándole palmaditas murmura algo. 

-Vamos, Charol, no se lo quites. Quería ver cuanto reúne. -Protesta Nina en tono infantil. 

-Nina, cariño, deja que molestar a Alex. Esta noche es de paz, armonía... 

-Y comida -interrumpe Alex. 

-Si, eso también -dice Charol con una pequeña sonrisa, su mirada se posa en nuestro nuevos invitados- Bueno, veo que nuestros invitados ya llegaron. 

El pequeño al notar que Charol lo mira se separa inmediatamente del pino navideño y se esconde detrás de su hermana. 

-Mi nombre es Emily -se presenta la adolescente rubia, da un paso atrás y toma la mano de su hermano para guiarlo hasta nosotros - y el es Maxwell. 

-¡Max, Emi, Max! 

-Si, él es Max -se corrige Emily ante las protestas del pequeño. 

-Entonces, bienvenidos Emily y Max. Adelante, la cena esta casi lista. -Charol empieza a guiar a todo el mundo hasta el comedor pero Nina interviene argumentando que va a presentarlos a todo mundo. 

Algo raro pasa, Alex no sigue inmediatamente a Charol y se sienta en el comedor, mas bien se queda clavado en el lugar en donde está, mirando algo. Sigo su mirada y noto que observa a Emily. Extrañada ante su actitud, camino hasta él y le toco el brazo. 

-¿Pasa algo? -mis palabras parecen sacarlo de un trance. Parpadea y enfoca su mirada en mi. 

-¿Qué? 

-¿Que qué te ocurre? No has ido inmediatamente al comedor para cenar y estas observando a Emily de manera casi fija. 

-Yo... -las mejillas de Alex se ruborizan pero continúa observando a Emily mientras Nina presenta a ella y a Max a todos. Cuando llega hasta nosotros Alex desvía su mirada de ellos. 

-Alex, Ross, ésta es mi bella prima Emily y este es mi adorable primo Maxwell. 

-¡Max, Nina, Max! 

-Exacto, él es Max -casi pienso que todos le llaman Maxwell solo para que él los corrija. Alex se pone en cuclillas para alborotar el cabello color caramelo de Max. 

-Mucho gusto, Maxwell -el pequeño resopla de manera graciosa. 

-¡Max, Max! -reímos ante su enfado infantil. 

-Disculpa, campeón -Alex se levanta y mira a Emily- Un gusto conocerte, Emily. 

Extraño, así definiría el comportamiento serio de Alex, ya que él usualmente coquetea al segundo de conocer a un chica. Halagando todo de ella y bromeando para que se sienta cómoda. 

Alex le tiende la mano a Emily y ésta lo acepta. Díganme loca pero algo extraño pasa cuando se dan la mano, no podría definir qué es, pero si que algo sucede. Como si se hubiera creado un burbuja alrededor de ellos. Ambos observan sus manos y luego se miran mutuamente. 

El timbre suena sacándolos de aquel estado, sueltan sus manos como si el contacto quemara y ambos se ruborizados. Oh, cielos, ¿qué acaba de suceder? 

-¡Debe ser Oliver! -exclama Nina con emoción, haciéndome saber que es ignorante de lo que acaba de suceder, sea lo que sea. Antes que pueda moverme ella corre hasta la puerta para recibir a los invitados. Regreso mi atención hasta Emily y Alex. 

-También es un gusto conocerte -ruborizada Emily pasa de manera ausente la mano por el cabello de Max. 

-Yo... tengo... que ayudar a Charol con la cena -Alex huye hasta la cocina, dejando a una desconcertada Emily y a mi confundida. 

-Entonces... -trato de sacarnos de este incómodo silencio.  

-Ñam, ñam, Emi -dice Max señalando su estómago. 

-Oh... eh... Max tiene hambre -Emily me dice pareciendo apenada. 

-Entonces pasen al comedor, ya deben estar sirviendo la cena. 

Ambos se dirigen hasta la mesa y toman asiento junto a Charol. 

-Buenas noches, Ross -dice el padre de Oliver captando mi atención. 

-Gusto de verles de nuevo, señores Watson. 

-Arthur y Sara, Ross, así llámanos -me corrige el señor Watson, digo, Arthur. 

-Bueno... Arthur, pase, por favor. La cena ya esta lista. 

Ellos van hasta el comedor y saludan a Charol de manera animada. 

-¡Corre como el viento, tira al blanco! 

-Nina, baja de la espalda de Oliver. -Nina me muestra su lengua y continua en la espalda de Oliver hasta que llegan al comedor. Él solo ríe sosteniendo a Nina de las rodillas. 

Estoy a punto de unirme a ellos cuando suena el teléfono. Camino hasta el para contestar. 

-Casa de los Evans -contesto con una pequeña broma privada entre Charol y yo- ¿con quién tengo el gusto de hablar? 

-Con Carter Smith, me podría comunicar con la joven Russell Smith Jeans. -Contesta una voz muy conocida. 

-Permítame un momento, veré si esta disponible, sepa que es una mujer muy ocupada. 

-No se preocupe, espero -ambos reímos ante nuestra broma. -¿Como estás, cariño? 

-Extrañándote, papá, te echo de menos, no nos vemos desde agosto. -deseo con todo corazón que el hubiera podido venir pero también entiendo que tenga asuntos importantes. 

-Te echo de menos más de lo que imaginas, Ross, desearía poder estar ahí contigo... 

-y Charol -interrumpo divertida ante mi ocurrencia que se que lo pondrá nervioso. 

-Si, junto a ella, porque estará ahí... al menos que tenga otros planes... es decir, ella es libre... puedo ir a donde quiera... 

-Exacto, puede ir a cenar con Scott Hitchcock, ¿verdad? 

-¡¿Qué?! ¡Ese idiota la invito a cenar! Pero si es un pervertido, ella no puede ir a... -para de hablar abruptamente cuando me escucha reír. -No la invito a cenar ¿verdad? 

-No, no la invito pero no creo que tarde -contesto cuando mi risa por fin se calma- Carter Smith ¿cuando invitarás a Charol a una cita?  

Yo sé que ambos sienten algo el uno por el otro pero también sé que existen cosas que no permitieron que estuvieran juntos, solo espero que algún día se den cuenta que esas cosas no son un gran obstáculo para que puedan estar juntos. Carter bufa. 

-Cuando Charol dejé de ser tan terca y tu vayas a una fiesta -réplica. 

-El sábado pasado asistí a una fiesta. 

-¿En serio? -preguntaba, incrédulo-¿y que tal te fue? 

-Le fracturé dos dedos a un chico -todavía estoy avergonzada por ello. Y ahora quién ríe es él. 

-Dios, cuéntame todo. 

Le digo todo lo que paso en la fiesta, el ríe en ocasiones. Hablamos un poco más, le cuento de Ángel y asegura que ya quiere conocerlo. Se despide aconsejándome que escuche antes de actuar y trabajar en mi miedo de estar cerca de los del sexo masculino. 

Al colgar, noto a Emily ante mi. 

-¿Sucede algo, Emily? 

-No, no, es solo que Charol te buscaba. -mira sus manos como si pensará en decir algo- puedes llamarme Emi, todos ustedes pueden. 

-Bueno, Emi, ¿dices que Charol me busca? 

-Si, pero no quise interrumpir tu llamada con... -para de hablar al darse cuenta que no sabe con quien hablaba. 

-Con mi padre, Emi, habla con mi papá. 

-¿Tu padre? Creí, es decir, Nina me dijo... -Balbucea ruborizada. Supongo que Nina le habrá comentado que mis padres murieron hace varios años. 

-Bueno, Carter no es mi padre, es mi tío. Es complicado -no se como explicarle -te diré que él fue el que me enseño a decir papá, así que cada que lo miraba lo llamaba de ese modo. Mi padre se molesto hasta que también aprendí a decirle papá. 

-Oh 

-Ross, Emi, la cena esta lista -Charol nos hace señas para pasar al comedor, Emi se adelanta quedándome con Charol a solas. 

-No te encontraba -me dice Charol. 

-Estaba hablando con Carter -Charol inmediatamente me presta atención. 

-¿En serio? ¿Cómo está? 

-Bien, lamenta no haber podido venir. Lo bueno es que no estará solo ésta noche. 

-¿No? Entonces ¿con quién estará?  

-Al parecer tiene una cita. 

-¡¿Qué?! ¡Prefiere estar con alguna tipa que estar conmigo! Digo, con nosotras -no puedo contener mi risa por mas tiempo, Charol me observa con el ceño fruncido. -No tiene ninguna cita ¿verdad? 

-No, no la tiene pero puede que no falte mucho para que la tenga -tengo una sonrisa -Charol Evans ¿cuando aceptarás tener una cita con Carter? 

-Cuando tu puedas ir a una fiesta sin causar una fractura a alguien. -Ahora la que ríe es ella.  

-Vale, algún día lograré que dejen de ser tan tercos. 

Charol niega con la cabeza y me da un empujo con dirección al comedor. 

Aunque no lo diga se que también siente algo muy fuerte por Carter y desea que él hubiera podido venir para estar pasando ésta noche en su compañía. Ojalá se dejen de tonterías y puedan darse una oportunidad porque ellos también merecen ser felices. 

[1]Estado al sur de México  





 




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