Confía en Mí

Volví a mirarme en el espejo la sombra de mis parpados me parecía que era mucho. Y mis labios con labial rojo y el delineado negro. Mi pelo lacio por la planchita me hacía parecer a las demás.

<< Me veo como una zorra >>

Tome aire y Sali de mi habitación, desayune otra vez sin mis padres. Sali de la casa y me subí al auto.

Me sentía avergonzada porque me había maquillado.

El plan llevarse bien estaba en marcha. ¡Pero no quería enamorarlo!

—Mierda —dije suspirando.

—Bravo es la primera vez que insultas —dijo el yo lo mire y él se detuvo por el semáforo.

Lo mire dudosa de cómo responderle pero tome aire.

<< Debes ser dulce Elise >>

—¿Cómo estás? —dije sonriendo él se giró pero no pude ver su cara por los lentes.

—Te ves ridícula —volví a girar mi cabeza mirando hacia el frente.

Nos bajamos del auto y no lo tome de la mano, seguí caminando alejándome de él y mezclándome entre los chicos que pasaban por el pasillo.

Me metí en el baño y empecé a mojarme la cara.

—Pareces un payaso —dijo una chica apareciendo detrás de mí.

Marion siempre apareciendo en mis peores momentos.

—Lo se… pero para llamar la atención de un mi —volví a tomar aire— de alguien tan insolente debo maquillarme y tener el pelo lacio.

Ella soltó una risa y abrió su mochila sacando un paquete.

—¿Tus amigas no te enseñaron a maquillarte? —pregunto extendiéndome una toallita desmaquillante.

—Si, pero no me gusta maquillarme —dije pasando la toallita por mi rostro.

—No encuentras tu estilo o eres de la que evita mirarse al espejo —volví a mirar a Marion que estaba con una sonrisa— ¿Y lo haces por un hombre?

Volví a mirarme al espejo me veía menos horrible.

—Debo hacerlo —dije segura y fingiendo una sonrisa.

—No creo que eso necesites a alguien que le intereses de verdad no le importa cómo te ves —ella caminaba a mi lado.

—Quizás para él sea así —camine más rápido ignorando a Marion.

Al entrar al salón no mire a Emeric me sentía patética por pretender ser como las chicas que el veía con sus amigos.

—¿Que te sucedió en el rostro? —pregunto Lilian a lo que yo solo negué con mi cabeza.

Los horarios habían concluido así que decidí que debía ir a apoyarlo a su entrenamiento. Me acomode en las gradas y mire hacia donde él estaba entrenando a un lado estaban las porristas.

De un momento a otro reconocí quien era él y de repente una de las porristas estaba con el.

<< Al menos si fuera su amiga >>

Baje mi cabeza pensando otra vez en lo que dijo la abuela. Emeric no me gustaba y tampoco sentía amor por él, pero tampoco debíamos actuar como desconocidos.

El entrenamiento termino y baje las gradas, y el justo salía junto con sus compañeros.

—Mira quien está ahí ¡Hola Elise! —saludo Alban uno de sus amigos.

—Hola chicos —dije sonriente, hasta que lo mire a el que me fulmino con la mirada.

Los chicos siguieron su camino y él se detuvo en frente mío mirándome con el ceño fruncido.

—¿Qué hacías allí? —pregunto señalando a las gradas.

Se había percatado de mi presencia en su entrenamiento eso era algo bueno.

—Vine a ver tu entrenamiento —dije tratando de sonar segura e interesada.

El paso por mi lado empujándome con su hombro. Él se detuvo y apretó sus manos.

—No quiero que vengas ¿Entendiste? —dijo el con enojo.

Él era más alto que yo mi frente le llegaba al mentón. Emeric le encantaba entrenar y su cuerpo mostraba esos resultados.

—Solo quiero apo… —el volvió a girarse y avanzo enojado.

—Suficiente con verte el rostro todos los días —trague saliva y aparte mi mirada.

¿Tan desagradable era mi compañía?

No iba a contestarle porque sería peor, y se supone que quería acercarme a él.

Caminé con el subiéndome al auto, solo hice silencio mirando por la ventanilla.

¿Qué más debía hacer? El no quería verme y solo me evitaba.

¿Qué era lo que quería Emeric?

Inicio de Flashback

Volví a mirar hacia adentro y él tenía mi conejito en sus manos.

—¿Puedes devolverme mi conejito? —pregunte señalando al animalito que tenía entre sus manos.

—Oh Eli déjame cargarlo mis papas solo me dejan tener un perro pero no conejos —dijo el haciendo pucheros con sus labios.

Volví a mirar al niño de ojos verdes y cabello de mi mismo color.

—¡Emet! —exclame para luego correr detrás de él.

Pero en un intento fallido tropecé raspando mi rodilla.

—¡Eli! —el dejo a mi conejito en el suelo y se acercó a mi— lo siento.

Intente aguantar la respiración para no llorar tenía once años no podía llorar.

—No le digas a mis papas —dijo el mirándome a los ojos.

—¡Cállate tonto! ¡Me arde! —levanté la mirada y vi como el conejito daba saltitos.

Abrí mis ojos al ver venir un auto.

—¡Emeric mi conejo! —exclame él se detuvo viendo como el conejito había sido arrollado.

Y ahí tuve motivos para llorar.

—Mi amor te compraremos otro conejito —decía mi madre acariciando mi cabello.

—¡Te dije que te comportaras Emeric! ¡Tendré que decirle a tu padre! Siempre causas problemas —dijo Natacha la mama de mi amigo.

—¡No mamá fue un accidente! —exclamo Emeric para luego acercarse a mi.

—¡No lo rete el no tuvo la culpa! —dije para luego abrazar a mi amigo que también había empezado a llorar.

Fin de flashback

Sentí de repente la incomodidad en mi por ese recuerdo repentino que vino a mi mente.

—Lo siento si te incomodé en ir a tu entrenamiento —dije sin mirarlo— solo quería apoyarte.




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