—¡¿O sea que estuviste todo un día?! ¡Y durmieron juntos en la misma cama! —dijo Lilian que salía de mi closet.
—Yo tampoco puedo creerlo hasta se me fueron las ganas de fumar —comento Marion que había sacado un sillón a mi blanco.
—¿Y entonces?... —la cara de curiosidad de Lilian me mataba.
—¿Entonces qué? —dije mirándola a ella y luego a Marion.
—¡Estas enamorada del insensible! —Marion entro y se aventó a mi cama.
¿Enamorada? Pff imposible.
Solo tenía un cierto cariño hacia el que me hizo despertar a mitad de la noche a comprobar que estuviese bien y observarlo.
—No le digas así —dije con una sonrisa.
—¡Ves! ¡Hasta lo defiende! ¡La perdimos! —exclamo Marian con dramatismo.
Negue con mi cabeza pero quizás si nuestra relación había dado un gran giro.
Había estado cuatro días encerrado en su habitación pero tres de ellos compartió conmigo. Habíamos leído libros, hicimos tarea y vimos mis series favoritas.
<< No puedes enamorarte… >>
—¿Y ahora? —pregunto Lilian sentándose a mi lado— el dejara de ser el mujeriego de siempre? O jugara contigo porque lo que tu hiciste…
—Lo hace alguien que está enamorada —completo Marion.
¿Enamorada? ¿Pero Emeric no me veía de esa misma manera? ¿O sí?
—Lo único que queda es que veas cómo se comporta ahora que volverá a la escuela —dijo Marion chupando una paleta.
Solo quedaba esperar.
Me arregle y Sali de casa encontrándome con Audi esperándome.
Al subir el perfume de Emeric se mezcló con el mío.
—Buenos días —dije con una sonrisa.
—Buenos días señorita demora —respondió el a lo que yo lo mire.
—¡Solo fueron tres minutos! —me reí al ver como sonreía.
El encendió la radio pero esta vez tenía su teléfono conectado.
—Hice una playlist ya que veo que compartimos los mismos gustos musicales —dijo el mirando su teléfono.
No podía dejar de sonreír ante su actitud. ¿Y esto? ¿Qué habían hecho con el amargado Emeric?
<< ¡Tampoco lo queremos de vuelta! >>
De repente sonó una canción que ambos sabíamos la letra los dos empezamos a cantar a coro.
Me gustaba verlo de esa manera feliz y con eso me sentía bien.
Al llegar al instituto la música se detuvo y él se colocó sus lentes, me baje del auto con una sonrisa. Pero como toda cosa buena trae su cosa mala el avanzo alejándose de mi.
Levante una ceja al ver esa actitud de su parte me adelante para llegar a él.
Todos los que pasaban por el pasillo lo observaban el otra vez iba serio.
¿Por qué no toma mi mano?
Dudosa tome su mano él se sorprendió y me miro por unos segundos. Pero otra vez era yo la que sostenía su mano.
Eso no me estaba agradando para nada.
Caminamos así hasta llegar a la puerta del salón donde soltó mi mano, entro, pero no iba a dejar que se fuera así sin más.
—Emeric —varios ya estaban presentes en el salón.
Él se giró para verme y se quitó los lentes levantando una ceja.
Otra vez con ese mismo tono de voz mire a Lilian y a Marion que me miraban con preocupación.
Emeric ni se molestó en preguntarme lo que había sucedió o que era lo que necesitaba solo había actuado indiferente.
La clase termino y la profesora salió primero, empecé a guardar mis cosas en mi mochila hasta que un golpe en mi mesa me trajo otra vez a la realidad.
En frente mío tenia a un enojado Emeric mirándome fulminante.
—¿Qué sucede? —Lilian y Marion estaban de pie a un lado.
—¿Qué fue lo que les dijiste a todos? —pregunto a lo que yo me puse de pie.
—No dije nada sobre tu ausencia Emeric —dije colgando la mochila en mi hombro.
Pase por su lado para salir del salón y otra vez alguien me tomo del brazo.
—Suéltame… no dije absolutamente nada de ti ni las razones de tus faltas —dije frunciendo el ceño.
—¿Escuchaste las ridiculeces que dicen sobre mi? —estábamos en medio del pasillo.
“Nuestra discusión” que está siendo de interés para los demás que se detenían a escuchar lo que estábamos hablando.
—¡Me estas culpando de las cosas que pueden decir de ti? —fruncí el ceño para luego girarme— ¡Púdrete Emeric!
Era injusto lo que estaba haciendo me desvié de camino y en vez de dirigirme a la cafetería me fui hacia el baño.
¿Por qué me estaba doliendo tanto? Su cara y sus palabras cada cosa habían sido como puñales en mi pecho.
¿y si mis amigas tenían razón? Me había enamorado de ese imbécil.
Mis ojos hinchados de tanto llorar me delataban asi que no tuve de otra que saltarme una clase algo que no solía hacer.
Camine por los pasillos hasta llegar al aula donde estaban Lilian y Marion, espere a que sonara la campanilla.
Ellas aparecieron acompañadas de Simon y Alban, al verlo mostré cara de confusión y detrás de ellos Emeric.
—Alguien no dejaba de mirar su teléfono —dijo Simon señalando hacia atrás.
Mi mirada se cruzó con la de Emeric me gire ignorándolo y siguiendo mi camino junto a los demás.
—¿Dónde estabas? —pregunto Lilian.
—Tenemos que hacer un trabajo Elise —dijo Emeric apareciendo.
¿Era en serio? ¿Ahora fingía preocupación por mi ausencia?
<< Un trabajo… >>
Mire a Marion que también me miro de la misma manera.
—¡Pienso que pueden hablar de su estúpido trabajo en otro momento! ¿Me acompañas? —pregunto Marion pasando uno de sus brazos por mis hombros.
—Espera —mi mirada y la de Marion fueron directas a la cara seria de Emeric.
—¡Tu deberás a esperar! —Marion lo aparto y me alejo de allí.
Nos fuimos a su lugar donde solía fumar.
—Oh Elise! ¿Vas a dejar que ese sujeto haga lo que quiera contigo? —preguntó ella.
—No lo sé quizás si de esa manera puede confiar… —era algo completamente estúpido pero en algo tenía razón.
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Editado: 22.07.2024