Confía en Mí

26°

—Me agrada la idea del parque de diversiones —Simon estaba tirado en el césped.

—Después del entrenamiento —dijo Alban entusiasmado— quiero ir a divertirme con mi amorcito.

Marion, Lilian y yo nos pusimos de pie. Emeric aún seguía algo distante pero no tanto ya no estaba enojado como antes.

—Perfecto nos vemos después del entrenamiento —dijo Lilian depositando un beso sobre la mejilla de Simon.

Marion y yo nos miramos ella hizo cara de desagrado. Alban la miro y le tiro un beso a lo que ella hizo una mueca de que quería vomitar.

Mis ojos fueron a los de Emeric su mirada que hablaba y eran la puerta de su alma.

<< Quiero besarlo >>

Y sin esperarlo deposito un beso en mi mejilla para luego darse la vuelta y alejarse de mi.

Por un momento me sentí en otra dimensión.

—Debo darle la razón a Marion por primera vez —dijo Lilian observando como los chicos se alejaban— Emeric es muy…

—¿Imbécil?

—Hermoso… —dije dejándome llevar por mis sentimientos.

—¡Oh no la estamos perdiendo! —dijo Marion con dramatismo moviendo mis hombros.

—Creo que ya la perdimos —Lilian soltó una risita.

Seguí a mis amigas que se dirigían hacia las gradas del campus de juego.

Mire dudosa hacia el campo de juego ya que la ultima vez Emeric no había reaccionado de buena manera con mi presencia.

Marion y Lilian tomaron asiento la pelinegra de cabellos largos y lacio buscaba con su mirada a Simon. Mientra que Marion solo se limitaba a mirar su teléfono.

Imite a Lilian buscando a Emeric con su camiseta del numero 18 el estaba concentrado realizando su calentamiento.

Me puse de pie y miré hacia el campo de juego.

—¿A dónde vas? —pregunto Lilian que tenía expresión de confusión.

—Ya regreso —dije sonriendo me alejé de allí y me dirigí hacia los vestuarios.

Prefería esperarlo allí antes que se enojara conmigo por haber estado presente en el entrenamiento.

¿Qué iba a hacer hasta que su práctica terminara?

<< Debí inscribirme en la clase de porristas >>

Levante mi cabeza y el grupo de chicas salía del vestuario de mujeres. Todas se dirigían hacia el campus.

Hasta que una pelirrubia teñida se detuvo en frente mío.

—Elise… —su sonrisa no era la misma, esa sonrisa que tenía en el rostro había más malicia que otras veces.

—Ivonne —dije sonriendo, pero con cierta incomodidad.

Ivonne hacía tiempo se había alejado de mi y de Lilian desde que empezó el año. Los meses habían trascurrido y ella había tomado la decisión de no seguir siendo nuestra amiga algo que nunca había hablado el motivo.

—Te ves tan feliz… —dijo ella manteniendo esa sonrisa claramente falsa— y pensar que crees que le serás suficiente a Emeric.

Ella miro hacia el campus que se veía a los chicos correr de un lado a otro. Trague saliva y la mire.

—¿Por qué Emeric tendría que estar con una virgen insegura? Te hundirás junto con el y su maldita empresa familiar —las palabras que salían de la boca de Ivonne eran llenas de molestia.

Abrí mis ojos como plato procesando lo que ella acababa de decirme.

—Tu ni siquiera conoces a Emeric —me cruce de brazos tratando de contenerme a mi misma y no dejarme llevar por lo que estaba sintiendo en ese momento.

—Créeme que lo conozco mas que tu —ella me miro de arriba abajo con una sonrisa en ese maldito rostro que quería golpear.

<< Cálmate Elise >>

—Dato curioso… —Ivonne se acerco a mi oído— coge muy bien para haber estado con una virgen como tú.

Retrocedí mirando con desprecio a Ivonne que sonreía como si hubiese ganado.

Trague saliva y me gire para alejarme de allí.

Por el lado del estacionamiento no había personas, me senté sobre el borde del pavimento y cubrí mi rostro con mis dos manos.

Dolía… pero no podía dejarme llevar por lo que ella me acababa de decir.

<< ¿Ocurrió hace poco? >>

De tan solo pensar en esa probabilidad sentía esa incomoda puntada en mi pecho.

Deje salir unas lágrimas porque no podía dejar de pensar en el hecho que el no quisiera nada por ser virgen.

<< Es una gran estupidez >>

La voz de Marion se hizo presente en mi cabeza.

—Respira Elise… —murmure limpiando mis lágrimas.

Mire mi reloj de mano y la practica ya había terminado.

Me puse de pie y me apoyé sobre el Audi negro.

A lo lejos vi a los demás que venían y Emeric que se adelanto dejando a los demás atrás.

—¿Dónde estabas? —él se paró en frente mío yo lo mire a los ojos.

Una imagen de el besando a la imbécil de Ivonne provoco que otra vez quisiera llorar.

—¡Eres una perra! ¿Por qué desapareciste? —dijo Marion acercándose a nosotros.

—Yo-yo no quería… incomodar a Emeric —lo último casi fue inaudible, pero sabía que el si me había escuchado.

—Mmm fingiremos como que no te ocurrió nada y que luego nos dirás ¡Hay que ir a prepararnos para ir al parque de diversiones! —exclamo ella con entusiasmo.

Asentí y abrí la puerta del copiloto subiéndome al auto de Emeric.

La radio estaba encendida y hacia bulla en aquel auto silencioso. Mi mirada estaba perdida y los pensamientos no me dejaban en paz.

¿Me importaba? Si, y más pensando que él podía haber cambiado por mí.




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