Confía en Mí

42°

No podía concentrarme en lo que estaba haciendo.

—¿Para qué quieres hacer esos amuletos? —pregunto Marion que estaba de pie ya vestida con su pijama.

—Trato de concentrarme en esto… —dije pasando el pincel en el borde del amuleto.

—Hubieras comprado y listo —comento Lilian que seguía mirando su teléfono.

—¡No! —exclame poniéndome de pie dejando el amuleto a un lado.

Sali hacia mi balcón mirando hacia la casa del frente.

Aún seguía pensando en lo ocurrido aquel dia, incluso había apagado mi teléfono porque no quería recibir mensajes de nadie.

—¿Estas asi por lo que ocurrió con Bastien? —pregunto Marion apareciendo a mi lado.

—Si… —ella soltó una pequeña risa— no es gracioso… Emeric me importa y si el ve eso.

—¿Qué? —Marion me tomo de los hombros— ¿Cuál es el problema? El te trato como cualquier cosa tu misma lo dijiste.

Mordí mi labio inferior y mis ojos se llenaron de lágrimas, sentía la culpa salir desde mi alma.

Para mi ya no era lo mismo el significaba más en mi vida y eso me estaba destruyendo.

—Es que lo amo mucho —rompí en llanto y ella me abrazo.

Lo amaba y eso era algo que me estaba lastimando. Mi primera vez había sido con el y me trato luego como una desconocida.

Dolía solo recordar como me trato al día siguiente.

—Oh Elise… —Lilian apareció limpiando mis lágrimas.

—Ya no se qué más hacer —dije ahora sin parar de llorar.

Las tres entramos al cuarto y me senté sobre la cama con mis amigas a cada lado.

—Todo se dará con el tiempo Emeric es tan misterioso y quizás no tenga en claro lo que siente —dijo Lilian.

—Es que no lo entienden… quise ser la mejor para el y me duele —tome aire tratando de calmarme— solo pensar que podría ir a acostarse con esa perra.

Marion se arrodillo en frente mío apoyando sus manos sobre mis rodillas.

—¿Crees que esa perra es mejor que tu? ¿Sabes que el imbécil de Emeric se volvió loco al no saber con quién estabas? —mire a Marion a los ojos sin poder creer lo que decía.

—¿Y no podías haberlo dicho antes? —dijo Lilian pasando uno de sus brazos por mis hombros— mira a la pobre Elise.

—De todas formas estuve pensando en algo —ella sonrió maliciosamente— le haremos probar de su propia medicina.

—¿A que te refieres? —pregunte sin entender a que se refería Marion.

—Hay dos formas para que Emeric sepa que no te tiene en la palma de su mano y eso es demostrarle que estas bien sin el —Marion miro a Lilian— ¡Tu y yo haremos magia!

Mire a mis dos amigas que se sonrieron.

La noche paso y la mañana llego, y por fin entendía a que se referían con demostrarle “una perra empoderada” según las palabras de Marion.

Volví a mirarme al espejo la falda de color gris y la chaquetilla azul, los zapatos y las medias blancas.

—Levántatela un poco mas —dijo Lilian que me miraba de lejos— el maquillaje perfecto.

—Nunca te vi de cabello liso —comento Marion que sonreía orgullosa— ahora nadie te comparara… solo hablaran de ti.

Salimos de mi habitación y bajamos las escaleras, la camioneta nos esperaba afuera con Stuart de chofer.

—¿Listas? —pregunto Lilian antes de abrir la puerta— ¡Les demostraremos a esos imbéciles que ellos no son indispensables!

Las tres habíamos arreglado nuestros looks, al entrar todas las miradas estaban sobre nosotras.

—Wow… ¡Hola chicas! —una chica se nos acercó— ¿Puedo tomarme una foto con ustedes?¡Están guapísimas!

Cruce miradas con mis amigas que tampoco podían creer el impacto.

—¿Es Elise Fontaine?

—¿Qué les sucedió? ¡Parecen modelos!

—¡Hermoso tu nuevo look Elise!

No podía dejar de sonreir por lo que estaba pasando.

Mire mi teléfono y tenía un mensaje de papa preguntándome porque no había ido a la empresa.

<<Lo olvide>>

Seguimos caminando y entramos al salón, todos silbaban y el grupo de chicas al que pertenecía Ivonne nos miraban.

—Podemos sentarnos allá —señalo Marion a los tres asientos vacíos que habían en el fondo del salón.

Y allí estaba el sentado al lado de la perra de Gaby que me miraba seriamente.

—¿Amorcito? —Alban se acercó a Marion que solo lo ignoro.

Simon también no despegaba la mirada de Lilian que sonreía con seguridad y también fingía que no lo veía.

Y fue cuando nuestras miradas se cruzaron.

Trague saliva al sentir aquella mirada llena de… ¿Molestia?

La clase transcurrió y los tres chicos no dejaban de mirarnos. Salimos del salón.

—Estas muy guapa —dijo Marius pasando por mi lado.

Justo Emeric estaba en el pasillo y Gabrielle estaba de pie a su lado.

Pasamos por su lado y su mirada la sentía fulminándome.

—¡Emeric! ¡Lindura no respondiste mis llamadas! —exclamaron a nuestras espaldas.

Hasta que sentí que alguien me tomo del brazo, tenía a Emeric enfrente mío con el ceño fruncido que en cuestión de segundos lo relajo.

—¿Dónde te metiste? —pregunto el insensible.

Parpadee varias veces mientras Marion que estaba detrás de el me hacía señas.

—Debo irme —dije nerviosa dándome la vuelta para entrar a la cafetería.

Sus ojos, esos ojos que me perdían, debía mantenerme firme. Seguí caminando y aparecieron Marion y Lilian.

—Wow eso estuvo mas que bien —dijo Marion contenta.

Un furioso Emeric paso muy cerca de nosotros acercándose a la mesa donde esperaba Gabrielle.

Y fue en ese momento que Gaby se le acercó al oído que mi sonrisa se borró.

¿Por qué se le acercaba de esa forma? ¿Acaso ya habían… otra vez?

Negue con mi cabeza y seguí a mis amigas, la mesa que estaba vacía estaba justo cerca de ellos.

Marion y Lilian se veían mas seguras que yo, y caminaron dirigiéndose a la mesa.

—Elise… —me gire para mirar hacia la mesa— estuve hablando con Emeric y me encantaría que pudiéramos llevarnos bien.




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