Confía en Mí

46°

Parpadee sorprendida al ver su cambio de actitud.

—¿Qué hacías con ese sujeto? —dijo molesto.

—¿Bastien? —levante una ceja confusa de su repentina reacción.

—¡Si Elise! Estabas con ese tipo bailando… y le sonreías —el tenia el ceño fruncido y cada palabra que decía era con enojo.

¿Acaso me había estado observando?

Ni siquiera sabía que había ido a la fiesta y que estaba allí.

—¿Por qué dices eso? ¡Tu eres el que se alejó de mi! —exclame sintiendo el enojo.

Volví a mirarlo a los ojos y aprete mis labios.

¿Por qué después de días sin dirigirme la palabra ahora venia con eso?

—Y Bastien es mi amigo —dije sintiendo el nudo en mi garganta.

¿Acaso el había causado el conflicto que mis padres se enojaran conmigo?

—¡El no te quiere de esa forma! ¡Te lo dije mil veces ese tipo tiene otras intenciones contigo! —grito enojado.

<<No puede ser cierto>>

—¡No entiendo como me dices todo esto! —negué con mi cabeza y mis ojos estaban llorosos— no entiendo cual es tu maldito problema.

Después de haberme hecho sentir de lo peor como si yo no valiese nada estaba haciendo una escena de celos.

La ira apareció molestándome por la situación, trague saliva y me acerque a el mirándolo a los ojos.

—No te importo lo suficiente para que estés a mi lado… soy libre —dije observando como el tensaba su mandíbula— si quiero acostarme con Bastien u otro ¡Lo hare!

Y sin esperármelo el tomo mi rostro entre sus manos y unió nuestros labios.

Un beso lleno de tensión y a la vez de deseo.

No iba a negarlo extrañaba aquellos dulces labios y solo me deje llevar.

<<Te extrañe demasiado Emeric>>

Nuestras lenguas jugueteando torpemente y el calor apoderándose de mi.

Con una de sus manos tomo mi cintura tumbándome de espaldas sobre su cama.

El en un segundo se quitó la camiseta y se subió encima mío a ahorcajadas.

—Voy a volverme loco —dijo volviendo a unir nuestros labios— me estás haciendo perder la cabeza Elise.

Una de sus manos se deslizo por mi cintura hasta que sentí sus dedos bajar deslizándose por debajo de mi falda y mi ropa interior.

—Eres mía Elise —y en ese momento sentí sus dedos rozar aquella parte.

En ese mismo momento solo el placer y las ganas de tenerlo mas cerca de mi.

Cerré mis ojos dejándome ir por el placer y fue hasta que uno de sus dedos se introdujo en mi.

—No soporto tenerte lejos… —empezó a mover mas rápido.

Y sin esperarlo introdujo otro dedo ahora ya me sentía en las nubes y deseosa de más.

Agarré su cabeza y lo atraje hacia mi uniendo nuestros labios. Deslice una de mis manos su abdomen bajando mi mano por dentro de su pantalón y bóxer.

Tome su miembro en mi mano que ya estaba duro, el sin dejar de mover sus dedos dentro de mi y levanto mi blusa que no llevaba brasier.

Empecé a mover mi mano de arriba abajo.

—Elise… —dijo para dejar de mover sus dejos— me encantas.

Y en un movimiento se deshizo de mi falda y panties. Se quito aquello que solo estorbaba quedándose completamente desnudo.

—Emeric —tome su cabello dando un pequeño tironcito.

El estaba posicionado entre mis piernas mientras rozaba mi entrada toda lista para el.

—¡Hazlo! —dije soltando un gemido.

—Eres mía… —dijo el en mi oído.

Lentamente se fue introduciendo en mi hasta que de repente embistió por completo.

Empezó a moverse con velocidad provocando que salieran gemidos de mi boca.

—Oh si… —el soltó un quejido mientras se movía.

Había deseado que ocurriera otra vez y asi fue, el seguía moviéndose hasta que de repente paso su mano por debajo de mi espalda.

Se volteo quedando el boca arriba, el me miro con una picara sonrisa y yo sonreí al saber cuales eran sus intenciones.

—Ahora tu —y me beso.

No tenía idea de lo que tenía que hacer, o por lo menos no sabia como poner en práctica lo había leído.

Pero iba a dar lo mejor de mi otra vez estaba sucediendo entre nosotros.

Empecé a moverme inexperta, pero trataba de hacer lo mejor. Y al ver su rostro supe que lo estaba haciendo bien.

—Maldita sea Elise —dijo tomando mis caderas.

El me ayudaba con los movimientos hasta que volvió a girarme para quedar boca arriba.

El se movía con rapidez hasta que sentí que me iba a orinar, agarré su cabello y solté un fuerte gemido.

Mi respiración era acelerada al igual que los latidos de mi corazon.

El se apartó y cayó sobre mi pecho también respirando rápido.

Volví a mirar y parte de su fluido estaba en mis muslos. Se puso de pie y se metió al baño apareciendo con un paño húmedo.

En silencio limpio mis muslos para luego recostarse a mi lado.

Eso estuvo genial….

Me acerque a el y el me observaba no había una sonrisa solo hacia eso.

Y solo en su mirada podía ver que algo no estaba bien. Otra vez esa misma sensación apareció en mi.

No quería arruinar el momento y solo cerré mis ojos. Sin esperarlo el me atrajo a su pecho, lo abrace de la misma forma.

<< No llores Elise >>

—Prométeme que solo serás mía… —aquellas palabras vacías que salieron de su boca me hacían sentir como una más de su lista.

Oía latir su corazon que no latía normalmente.

No tenía intenciones de responder porque sabría que no podía negarle aquello que pedía.

Me había convertido en su posesión y que cuando el quería caía a sus pies.

Solo una pregunta rondaba por mi mente.

¿Por qué me haces tanto daño Emeric?




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