Confía en Mí

50°

Esta vez ya no hubo música solo yo mirando como el cielo estaba cubierto de nubes grises.

Me sentía como un gato que había volteado la olla.

Él se bajó primero del auto y yo lo seguí, no había motivo para que siguiera enojado. Otra vez el maldito circulo vicioso de ignorarnos.

La primera hora de clases que fue tan eterna y con Gabrielle que a pesar de que Emeric la ignorara ella insistía.

—Esa perra lo sigue para todos lados —dijo Marion que iba a mi lado.

Otra vez la vocecita dentro mío que me decía que debía arreglar las cosas con Emeric.

—Nos vemos en la cafetería —dije para luego salir corriendo.

Divise a Emeric que estaba de espaldas dirigiéndose a la cafetería.

Corrí hacia el y envolví con mis brazos su cintura.

—Lo siento ya no me ignores —dije rápidamente mientras lo abrazaba con todas mis fuerzas.

—¿Ya puedes soltarme? —dijo separando mis manos.

Él se volteo hacia mí y levanto una ceja.

—¿Sabes que solo te avergüenzas tu sola verdad? —dijo haciendo referencia a lo ocurrido el día anterior.

Asentí y el solo se giró para seguir su camino.

¿Eso significaba que ya estaba todo bien?

Los dos juntos nos dirigimos hacia la mesa donde estaban los demás.

<<Ahora está todo en equilibrio>>

Solté un suspiro y volví a sonreír al ver la tranquilidad de Emeric que estaba a mi lado.

—¡Mira Elise! —Alban que estaba en frente nuestro levanto su mochila mostrándome el amuleto que le di. 

—Yo le dije que no colgara allí —dijo Marion que comía a su lado.

Mire a Emeric de reojo el era el único que no le había dado mis colgantes. 

<< No es el momento >>

¿Mis amuletos? Definitivamente para mi significaban algo importante pero no sentía que era el momento para entregárselo.

—Me gustan estos colores naranja y amarillo —dijo el contento— el de Simon es verde, el de Lilian Rosa, el de amorcito morado, el de Bastien azul y el mío rojo. 

Abrí mis ojos y Marion golpeó con el codo a Alban. 

Pero Emeric no dijo nada solo se escuchó un trueno que le dio más ambiente a la situación. 

—¿Otra vez tormenta? —dijo Lilian mirando hacia afuera. 

—Mal día para viajar Elise —mire a Simon y luego a Marion que miraba a Alban que miraba a Emeric.

Y la cuestión de todo ese cruce de miradas era la simple razón del viaje a la competencia.

Seguimos comiendo hasta que la hora del almuerzo termino, salimos de la cafetería recorriendo el pasillo.

No despegaba mi mirada de Emeric recordando su reacción al verme con Bastien.

—Volveré a teñirme el cabello —dijo Marion a mi lado pasando su mano por el cabello— ¿Negro o chocolate?

Levante la cabeza y mire hacia el frente justo en frente de la oficina del director esperaba un chico con chaqueta negra.

¡Bastien!

A mi mente vino el papel que debía entregarle para que pudiese viajar.

—Debo ir a entregarle… —dije con nerviosismo mirando a Emeric que hablaba con Alban.

Debía ser veloz para evitar cualquier tipo de cruce entre ellos.

Empecé a prácticamente correr hacia donde se encontraba Bastien dejando a los demás atrás.

—¡Bastien! —exclame llamando su atención.

El se puso de pie y me miro con una sonrisa.

—Elise que bueno verte —dijo sin dejar de sonreír.

Metí la mano en mi mochila buscando el papel.

—Parece que empezó a llover —dijo el justo cuando encontré el papel.

Mire hacia la ventana y las pequeñas gotas comenzaron a caer.

—¡Oh que bueno que lo conseguiste! —el tomo el papel entre sus manos.

—Lo sé —dije nerviosa.

—Ten por seguro que ganaremos —volví a mirar a Bastien que se veía positivo.

Pero no duro demasiado porque una tercera persona se hizo presente.

—Ya es hora de irnos —dijo Emeric ignorando a Bastien.

Observe a Bastien que miro sorprendido a Emeric.

—Nos vemos mañana por la mañana —hablo Bastien mirándome a mi.

—No olvides de… —no termine de decir y Emeric me interrumpió.

—Vamos Elise —el me tomo del brazo y yo lo mire.

Ahí vamos de nuevo…

Ya prácticamente no había más estudiantes por los pasillos y agradecía eso.

—Espera un momento —dijo Bastien ahora frunciendo el ceño.

Emeric frunció el ceño y miro con enojo a Bastien.

—¡Tu no te metas! —dijo con molestia.

No pude decir nada porque sin soltar mi brazo siguió caminando por el pasillo.

¿Por qué se estaba comportando de esa manera?

Al ver a donde nos dirigíamos empecé a tironear hacia atrás. Ya estábamos afuera del instituto.

¿Acaso pretendía que nos fuéramos?

Las pequeñas gotas de agua empezaron a caer sobre nosotros.

—¡Suéltame! —exclame librándome de su agarre.

Emeric se giró observándome con enojo.

—¿Qué rayos ocurre contigo Emeric? —dije mirándolo con enojo.

—¡Te iras con ese imbécil! —dijo con molestia.

Y ahí era donde comprobaba que de verdad el sentía celos por Bastien.

—¡Es una competencia! —grite tratando de cubrir mi rostro de la lluvia.

El soltó un quejido como si fuera broma lo que escuchaba.

—¡Estarás sola con ese imbécil a kilómetros! —el movía sus brazos exageradamente.

Negue con mi cabeza al escuchar los reclamos de su parte.

Emeric no entendía para nada lo mucho que el significaba para mí y sus actitudes solo lo confirmaban. 

Y solo me estaba causando molestia aparte de la culpa que ya estaba sintiendo.

El claramente mostraba la desconfianza que tenía conmigo.

Sentí la puntada en el pecho y de a poco el nudo apareciendo en mi garganta.

—¿Por qué no confías en mi Emeric? —dije dejando que las gotas empaparan mi rostro— No entiendo que fue lo que hice para que pienses asi de mi.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.