Confía en Mí

4|| Valentía

Mis ojos se encontraron con el hermoso amanecer detrás de la ventana.

<< Es el día >>

Ni siquiera sentía que había descansado lo suficiente pero tampoco iba a volver a dormir.

Me puse de pie y me observé en el espejo, mi cabello ahora mucho más oscuro me llegaba a la altura de mis hombros, mi cintura aún más marcada y todo mi cuerpo se encontraba en buen estado.

Quería salir a correr pero algo me decía que lo mejor era relajarme.

—Hola mi pequeña —dije al ver a Icy estirándose en la alfombra.

Ella empezó a mover su colita y sus ojitos perfectamente redondos.

—Hoy es el día Icy —solté un suspiro para luego levantarla entre mis brazos.

Empecé a acomodar mis pertenencias hasta que el llamado a la puerta me hizo salir de mis pensamientos.

—¡Adelante! —ordene mirando a la puerta.

—Señorita Elise la esperan para desayunar —dijo amablemente una de las jóvenes que se encargaban de la limpieza.

Asentí mostrando una falsa sonrisa.

No quería bajar a desayunar y mucho menos escuchar al abuelo.

<<Debes pensar con madurez >>

Sali de mi cuarto y entre a la sala, la mesa estaba repleta de bocadillos.

—Buenos días —salude en general mirando hacia mama.

Ella tampoco podía disimular lo nerviosa que se estaba sintiendo.

—Hoy nos podremos al tanto de la situación de la empresa —dijo el abuelo para luego mirar a papa— debemos mantener el buen trato entre ambas familias.

En ese momento me transporte a otro lugar dentro de mi imaginación.

Comí el plato con frutas y me levanté de la mesa. Volví hacia mi habitación y tomé mi cuaderno de dibujos entre mis manos.

—Prometo que creare algo para ti Icy —dije mirando a mi perra a un lado.

Otra vez llamaron a la puerta, mire mi reloj y pronto seria hora de irnos.

—Elise… —dijo mama que ya estaba con su vestido formal.

Me puse de pie y tomé el vestido que mama había encargado para mi.

—¿Quieres un te? —pregunto mirándome a la cara.

Levante una ceja mirándola confundida.

—Es hora de actuar Elise —con una de sus manos acaricio mi mejilla.

Abrace a mama, sintiendo que podía decirle tantas cosas pero lo único era todo una mezcla.

Me arregle, el vestido me quedaba perfectamente haciendo lucir mis curvas.

No parecía la adolescente ilusa de antes.

Una última mirada al espejo.

<<Tu lo harás mejor que nadie >>

Sali de la habitación y baje las escaleras encontrándome con mis padres en la entrada.

Papa me sonrió mostrándome seguridad.

Nadie dijo ni una sola palabra, mis abuelos subieron a otra camioneta y nosotros en la otra.

—Estas hermosa cariño —dijo papa que iba en frente mío.

—La prensa estará esperando afuera —el abogado estaba sentado a un lado.

Al llegar a la empresa varios reporteros esperaban afuera del edificio.

—Somos Fontaine y estamos unidos en esto ¿Si? —papa tomo mi mano y la de mama.

Mis padres bajaron primero y luego yo, era de día, pero las cámaras estaban sobre nosotros.

—¿Qué sucederá con su empresa?

—¿Es verdad que están en la quiebra?

—¿Su ausencia significo algo?

Nuestra ausencia… unos meses… y venganza.

Algo que por lo menos yo lo sentía de esa manera.

Cabeza en alto y espalda recta, manos libres y paso seguro. Me posicione al lado de papa que sonreía, varios de los empleados nos recibieron.

Papa definitivamente era el jefe favorito.

Subimos por el ascensor y un hombre que no parecía mayor se subió con nosotros.

—Señor Fontaine —el hombre de gran espalda extendió su mano a papa.

—Mucho gusto señor Beringer Raphael —él nos miró a mama y a mi y nos saludó de la misma manera.

—Está todo listo para la reunión solo necesitamos las firmas del Señor y señora Fortier —las puertas del ascensor se abrieron.

Mi padre asintió y salió primero del ascensor. Gerald nos esperaba con una gran sonrisa en su rostro ya que estaba al tanto de todo.

—Pierre y Regine están con los Fortier en la sala de juntas —dijo el señalando a la sala.

Ellos asintieron y yo observe por última vez a papa que me dedico una sonrisa. Detrás de el entro el abogado y el nuevo asesor.

Cada paso que daba sentía que iba haciéndose más lento, caminando como una tortuga.

—Estas divina Elise… —dijo Gerald apareciendo a mi lado.

No podía dejar de mirar a mis padres que murmuraban, mama se giró para caminar hacia donde me había quedado.

—Escúchame… recuerda que no todo está perdido cariño —miré a mama y asentí— nosotros estamos contigo.

Mama tenía razón mi objetivo era sacar a la empresa adelante y sobre todo nunca más dejarnos engañar.

Ella camino hacia la puerta nuevamente y entro junto con papa. Pase rápidamente las palmas de mis manos sobre el vestido.

Podía escuchar el latido de mi corazon retumbar en mis oídos.

Al abrir la puerta el olor a perfumes de hombre se mezclaba con el perfume aromático de la sala.

Mi mirada fue directa a papa que estaba sentado en la punta de la mesa.

El asiento a su derecha estaba vacío, todo en ese momento tomaron asiento excepto una persona.

—Disculpen la demora —fue lo único que salió de mis labios.

Esa mirada estaba sobre mi podía sentirlo pero no me atrevía a enfrentarlo.

Camine directo a mi lugar y mire a mi madre que estaba en frente mío.

<<Concéntrate Elise >>

—Al fin podemos vernos a la cara Ignace —dijo Olivier fingiendo simpatía— aunque veo que me he perdido de varias novedades.

Mire la carpeta enfrente mío donde estaban la información de las ultimas semanas.

—Decidí tomarme un momento con mi familia pero nunca deje de trabajar —respondió papa de la misma manera.




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