Confía en Mí

9|| Respira

Los hombres encargados de la mudanza entraban a la nueva casa con las de cajas sobre sus brazos.

—¿Segura que puedes manejarlo Elise? —dijo mama sin apartar la vista de los hombres que llevaban las cajas de objetos frágiles— ¡Por allá! ¡El personal de servicio se encag…

—Si puedo manejarlo —dije casi en voz baja mirando a mamá que tenía más atención en lo que hacían esas personas.

—Señora Fontaine ¿cuál de estos prefiere? —la mujer encargada de la decoración del jardín tenía una Tablet en sus manos.

—¡Dije que eran tulipanes! —mama fue interrumpida por uno de los hombres que se había tropezado con unas cajas en el camino— ¡Oh por dios!

—Lo siento mucho señora Fontaine —el hombre se disculpaba por poco de rodillas.

La cara de mama no mostraba felicidad y solo veía el estrés que le producía toda la situación.

Mire mi reloj de mano ya era hora de irme al instituto.

—Debo irme —me acerque a mi madre que parecía no haberme oído— ¡Adiós mamá!

Retrocedí para dirigirme directo a la salida, debía admitir que la nueva casa era más acogedora que la anterior.

A pesar de eso era difícil acostumbrarse al cambio ya que era la primera vez en toda mi vida que vivía en otro sitio.

Tenia que mirarle el lado positivo y era que tenia a los abuelos mas cerca, y a los Fortier demasiado lejos.

<<Punto para mi>>

Las compuertas del garaje se abrieron automáticamente, el viaje al sitio que siempre me causaba estrés fue mas corto de lo que esperaba.

<<Cálmate Elise, no pienses demasiado>>

Deje salir el aire contenido dentro de mi y no dejar llevarme por nada.

Eran bastantes las tareas que debía realizar en el día, entre ellos conocer al nuevo personal de la empresa y encargarme de otros asuntos.

Y la peor parte estaba ahí…

No iba a hacerlo sola el tenia que estar allí.

Otra vez sentía la tensión en mis hombros, me baje del auto con la mochila sobre mi hombro. Cada paso que daba trataba de mantener la calma.

¿Por qué tenia que pasarme eso a mi?

Desprendí el primer botón de la camisa del uniforme. Llegue a mi casillero donde por fin sentí que la tensión y el nerviosismo disminuía.

Tome los libros de la primera clase hasta que mi vista llego a la fotografía que estaba pegada.

Sin pensarlo demasiado cerré la puerta del casillero haciendo un pequeño estruendo.

Esa foto que guardaba un recuerdo, un Emeric niño y yo ambos sentados debajo de un árbol. Recordaba cada detalle de aquel día a la perfección.

¿Debía quitar aquella foto?

Me gire para dirigirme hacia el salón de clases.

—¡Hola! —un chico de cabello negro y ojos celestes se encontraba de pie en frente mío— ¿Tu eres Elise?

Nunca lo había visto pero si tenia idea que era de los alumnos nuevos.

No era el mejor día para hacer nuevos amigos.

Me cruce de brazos mostrando una sonrisa claramente falsa con un intento de disimular mi malhumor.

—¿Necesitas algo? —pregunte al ver que solo sonreía pero no decía nada.

—Estem… yo quería hablar contigo soy nuevo y aparte sé que eres referente de la clase —dijo mostrando una amplia sonrisa.

Definitivamente era alguien atractivo pero mi yo interno me decía que algo no cuadraba con ese hombre tan guapo de ojos celestes.

Hasta que recordé que uno de los motivos que me hacia sentir incomoda era que ya pertenecía al equipo de futbol y la mayoría eran unos cretinos.

—Puedes pedirles a algunos de nuestros compañeros que te den un tour por el instituto —dije para luego pasa por su lado.

—¡Oye Elise! —puse mis ojos en blanco al ver que estaba otra vez queriendo iniciar una conversación— Soy Sean, no quiero que pienses mal pero solo queria…

Volví a sonreír sin mostrar los dientes algo en mi me decía que no iba a ser tan fácil deshacerme de el.

Aunque no me molestaba que el chico guapo insistiera.

<< Tus intentos de autoengaño no funcionan >>

—Me pareces atractiva —levante una ceja al oír lo que acababa de salir de la boca del tal Sean.

Fue directo al punto… bien Sean pero el problema era que mi rechazo al sexo masculino era en general y el entraba en eso.

Mis ojos fueron directos a los suyos, sus cejas resaltaban mucho y su nariz era casi perfecta.

Mi excusa de “tengo novio” ya no tenía validez porque todo el mundo sabía que Emeric y yo habíamos terminado. Una relación que nunca existió pero que en momentos así me habían servido de pretexto.

Era guapo no había duda de eso.

—¿Me estas pidiendo una cita? —dije tratando de no sonar fría.

Una parte de mi decía que lo mejor para mi paz mental era estar sola y negarle una cita a Sean.

¡Eres una mujer libre! Las palabras de Giulia resonaron en mi mente.

¿Qué podía salir mal? Era una cita no invitación a tener sexo.

—Pues si eso quieres —dijo llevando una mano detrás de su cuello.

¿Si eso quieres? ¡qué clase de invitación era esa!

—O podemos ir al cine y luego a dar un paseo —y fue esa oración que me confirmo mis sospechas de ese Sean.

O quizás eran las palabras de Emeric resonando en mi mente.

“Dar un paseo en coche es igual a sexo… quieren sexo y nada más”

Tragué saliva y asentí poco convencida de su propuesta.

—Lo pensare —dije sonriendo y prácticamente alejarme de allí lo más rápido.

Entre al salón y a un lado se encontraban Bastien, Marion y Lilian.

—¿Dónde te metiste? ¡Ni siquiera respondiste mis mensajes Elise! —exclamo Marion que se puso de pie.

—Ya no exageres —Bastien la jalo del brazo para que volviera a tomar asiento.

Me sentía abrumada de ese estúpido encuentro con el imbécil de Sean.

—¿Estas bien? —pregunto Bastien que se sentaba a mi lado.




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