Confía en Mí

15|| Planes

No quería cruzar palabras con ninguno de mis amigos.

¿El motivo?

Simplemente no quería hablar con nadie.

—¿Alguien tiene idea de lo que paso con ese gordito que nunca habla? —pregunto Marion.

Levante mi cabeza mirando con el ceño fruncido a Marion.

—Tiene un nombre —dije mirándola a los ojos.

En su cara vi la cara de confusión pero en seguida me extendió su móvil mostrándome la publicación de los padres de Orwin.

Salía Orwin en la camilla del hospital lleno de vendajes.

—Bueno ese chico con nombre que desconozco estuvo en el hospital —agrego Marion.

Era una nota de sus padres pidiendo que hicieran algo contra el acoso escolar.

—Quizás el hizo algo para quedar asi ¿Por qué motivo lo golpearían? Además dicen que por sus costumbres raras incomodaba a algunos…

Gire mi cabeza hacia la dirección donde se encontraba mi amiga.

—¿Qué acabas de decir Lilian? —frunci mi ceño mostrando mi molestia— ¿Estas diciendo que lo golpearon porque el los provoco?

—No quise decir eso solo dije que el incomodo a alguno y sabes que no todos reaccionan… —cerre mis ojos conteniendo el aire.

En mi mente solo había una gran nube, sentía mi sangre hervir de la ira.

Cada vez se me hacia mas difícil manejar el enojo.

—No justifiques el acoso —Lilian se sorprendió por mi tono de voz— nadie tiene el derecho de golpear a otra persona.

—Tienes razón, yo que el le hubiese partido la puta cara a esos imbéciles —dijo Marion comiendo una papa frita.

Estaba a punto de responder pero Ariane aparecio, sus ojos estaban hinchados y sus mejillas rojizas.

—¿Qué sucedió Ariane? —dije haciéndome a un lado para que tomara asiento.

—Marius apareció en mi casa y agradezco que estuviese mi hermano porque te… —ella empezó a llorar.

Bastien aparecio en ese mismo momento y miro con preocupación a Ariane.

—Oye… —dijo el sentándose en frente.

—Si no accedo a regresar con el publicara esas fotos —dijo entre sollozos.

No podía creer que hubiese tipos como ese sujeto.

Mi odio aumentaba cada vez mas al igual que la impotencia.

Pov’s Emeric

Camine directo al imbécil de Bastien mirándolo con enojo.

—Eres un imbécil —dije tomándolo de la camisa.

—Primero quítame la mano de encima —aprete mas fuerte pero solté— y segundo ¿Qué es lo que quieres?

Relaje el ceño y me aparte de el, debía controlar mi enojo.

—Si es por lo que ella prefirió irse conmigo ese no es mi problema tu debes encargarte que regrese contigo —dijo mostrando su estúpida sonrisa— ¿O acaso piensas que arriesgaré mi amistad por un imbécil? Primero demuestra quien eres y luego tomare una decisión.

Quería insultarlo y golpearle la maldita cara en esos mismo momentos.

—Adiós plumín —el se giro siguiendo su camino.

Cada vez era peor como me sentía por dentro. Culpa y molestia conmigo mismo, y la vida.

¿Por qué tenía que seguir fingiendo?

—Buen día mi buen amigo fruck boy —dijo Alban chocando su hombro con el mío.

—No vuelvas a llamarme asi —dije frunciendo el ceño.

—Mira ¿Te acuerdas de ella? —ni siquiera le presté atención.

Elise… solo en ella podía pensar.

Escuchaba la voz de Alban a lo lejos, mis piernas se movían solas en dirección a la cafetería.

Iba a verla allí a mesas lejos de mi.

Un recuerdo de mi diciéndole que se aleje. ¿Cómo podía ser tan imbécil?

Tenia que soportar observarla a lo lejos aunque tratara de disimular había momentos que me dejaba llevar por mi imaginación.

Ya no hablaba tanto como antes pero observaba a las personas que tenia a su alrededor pero había un momento, en donde podía ver ese vacío, una sonrisa que ya no tenia el placer de verla aun más de cerca.

Sus ojos que parecían una galaxia o a eso me gustaba relacionarla.

Ese idiota tenia razón.

Debía actuar, pero desde lo mas sincero de todo mi ser.

Quería cambiar y no sentirme alguien que solo fingía ser fuerte cuando no lo era.

<< Escuchar a mi corazon >>

Escuchar el corazon algo que siempre había ignorado.

¿Motivo? El miedo.

Inhalé aire y me detuve en el pasillo de la cafetería.

—Vamos —dije con firmeza.

Alban se volvió a mi su rostro cambio de felicidad a incredulidad.

—¿A dónde quieres ir? —pregunto sin entender a lo que me refería.

Pasé por su lado y me dirigí hacia esa mesa. La mesa donde ella se encontraba, su mirada llego a mi y ahora no veía seriedad era molestia.

—Oye, oye… ¿Estas seguro? —volvió a decir Alban con nerviosismo.

Pero ya estábamos en la mesa.

—¡Hola bebe! —exclamo Alban tratando de disimular los nervios.

La cara de Marion fue como la de las mascaras de felicidad a tristeza, mas bien su rostro lucia molesto.

Alban me miro y luego al espacio que había para sentarnos.

Ya estaba ahí y no me iría.

—Tengo varias ideas para conseguir el teléfono —dijo Lilian que miraba su móvil— ¿Por qué se callaron de repente?

Lilian levanto su cabeza y abrió sus ojos sorprendida.

El lugar que quedaba libre era al lado de Elise y el otro al lado de Marion. Alban tomo asiento y yo lo imite.

—Amorcito te juro que no sabía que haría eso… —decía Alban en voz baja.

Mire a Bastien que estaba al otro lado de Marion, el miraba a Elise que estaba cabizbaja.

—¿Qué hacen ellos aquí? —dijo una voz que casi no había reconocido.

La pelirroja se puso de pie y Elise también, todos la miraron confundidos.

—¡Ellos son amigos de el! —Ariane se cubrió le rostro.

¿El? Empecé a pensar a que persona se refería con “el”. Hasta que recordé que Alban me había comentado sobre lo de Marcus y Ariane.

Una situación que me causaba rechazo, si yo era un imbécil pero nunca le haría eso a nadie.




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