Confía en Mí

25|| Algo diferente

Durante toda la noche y lo que quedaba de la mañana había estado pensando en el.

—Fue en ese momento que apareció Bastien —agrego Lilian— y bueno llegue sana y salva a casa.

—Estas diciendo que Bastien apareció de la nada para salvarte —dijo Marion mirando a Lilian y luego a Bastien que solo sonreía— Elise ¿Escuchaste eso?

Mi mente estaba en otro lado en Emeric, el viaje que tendríamos que hacer los dos solos y los asuntos de la empresa.

—¡Tierra llamando a Elise! —exclamo Marion para luego darme un codazo.

—¡Auch! —dije al sentir el codo de Marion clavándose en mis costillas.

—¿Se puede saber en qué tanto piensas? —pregunto mi amiga.

—Lo mismo me intriga saber… —agrego Bastien— ¿no vas a comer nada? ¿De qué son esos papeles?

Baje mi mirada encontrándome con unos informes que había tomado de la pila de asuntos de la empresa.

—Yo… son asuntos importantes —dije acomodando las hojas.

—¿Desde cuándo traes esas cosas al instituto? ¡Amiga tu familia te explota! —dijo Marion agregándole drama.

—Hay cosas que no entiendo creo que últimamente las situaciones están extrañas —dije mientras guardaba los papeles en mi mochila.

—Según escuche decir a mi madre los Fontaine y Fortier tienen algo raro —mire con curiosidad a Marion.

—Se dicen muchas cosas de las familias importantes —agrego Bastien.

—Creo que nos están mintiendo a mi y a Emeric —todos se voltearon a verme.

—¿Tu desde cuando te llevas con Emeric? —pregunto Marion acercándose más a mi.

—Un pajaritoo nos contó que tú y Emeric están así —dijo Lilian juntando sus dos dedos índices.

Fruncí mi ceño y bajé la mirada a mis manos que estaban sobre la mesa.

—Soraya nos dijo que volvieron las miradas de amor —agrego a Ariane.

Fue en ese momento que sentí mis mejillas enrojecerse. Pero la pregunta era ¿Cómo era que Soraya nos había visto?

Mi mirada fue a la punta de la mesa donde se encontraba aquella chica tímida de lentes.

—¿Dónde nos viste Soraya? —pregunte con curiosidad al no percatarme en ningún momento que ella estuvo cerca de nosotros.

—Yo estem los vi afuera del despacho de la directora…

Cuando estaba a punto de responder una sombra se hizo presente a nuestro lado.

Emeric estaba de pie a un lado con dos bandejas con comida en sus manos.

Lo mire sorprendida.

—¿Tu qué haces aquí? —pregunto Marion.

—Es seguro que no vengo a dejarte nada a ti —respondió el dejando en frente mío una de las bandejas.

Observe que era lo que tenía y era prácticamente mi comida favorita, y la que siempre solía elegir. Pero había algo que no daban siempre en el instituto y era la bolsita con gomitas en forma de frutilla.

—Yo… —iba responderle de manera grosera pero al mirarlo a los ojos supe que Emeric realmente lo estaba haciendo por mi— gracias.

—Gina dijo que debemos respetar nuestros horarios de comida —agrego él.

—¿Acaso controlas si ella come o no? —preguntó Bastien que estaba sentado en frente mío.

—Creo que la cafetería es bastante amplia para darte cuenta quien está comiendo o no —Emeric hizo una pausa— ¿Acaso te molesta?

Bastien soltó un suspiro y sonrió sarcásticamente.

Esperaba que Emeric reaccionara mal pero no lo hizo.

—Nos vemos después —dijo el para darse la vuelta.

En ese momento recordé que debía entregarle las hojas, me puse de pie y tomé las hojas.

—¡Emeric! —exclame llamando su atención.

Varios de los que estaban allí se dieron vuelta para ver que era lo que hacía.

Sentía la mirada de todos sobre nosotros.

—Después puedes darme las hojas recuerda que es mejor guardarlas —dijo el con tranquilidad.

Aun no podía creer todo lo que había cambiado Emeric, ese Emeric era completamente distinto al que yo había conocido antes.

Me di la vuelta para alejarme y enfrente mío y sin esperarlo apareció Sean.

—Hola linda —dijo el con una sonrisa.

Casi por poco había olvidado lo del beso con Sean.

—Hola… —dije con nerviosismo.

—Creo que luego de aquella noche no volvimos a hablar.

—Sean… espero que no te confundas yo —hice una pausa al ver que prácticamente estábamos en medio del pasillo.

Con disimulo mire hacia la mesa donde se había sentado Emeric. El estaba observando seriamente.

—Fue un error lo hice por un impulso y no porque lo haya querido en serio.

—Vamos linda creo que debí hablarte antes —el hizo un paso hacia adelante— no quiero que otros ganen el puesto.

Y allí sentí la molestia por lo que estaba insinuando.

—No creo que Fortier pueda ofrecerte lo que yo…

—Eres nuevo aquí Sean no deberías dejarte llevar mucho por lo que dicen y debes aprender que cuando no es no —mire al grupo de sus compañeros con los que el se juntaba— pero veo que tus juntas no te representan muy bien.

Estaba a punto de darme la vuelta y el me tomo del brazo.

—No vuelvas a intentar tocarme y mucho menos delante de todo el mundo —dije mostrándome lo más seria.

La sonrisa se borró de su rostro y tomo distancia de mí. Me alejé de allí y volví a tomar asiento.

—Ese imbécil deberían aclararle las ideas —murmuró Marion.

Después de comer la campana sonó era hora de clases.

—Adelántense yo tengo que dejar unas cosas en mi casillero —dije para luego ir a dejar las hojas.

El pasillo en cuestión de segundo comenzó a liberarse de personas.

Ya prácticamente no había nadie, empecé a caminar con rapidez hacia el salón pero antes de entrar una mano me tomo del brazo.

—Nos volvemos a encontrar miss heroína —su rostro era completamente de un abusador— ¿Cómo pudiste tratar de esa manera a mi amigo?

—Suéltame Marius —dije tratando de librarme de su agarre.

—La chica virgen queriendo humillar a las personas.




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