—Mamá ¿De verdad tenemos que mudarnos? —hice una mueca de desaprobación.
—Lo siento cariño, tenemos que hacerlo, tu padre encontró trabajo ahí —me miro de re ojo y sonrió— Ve el lado bueno mi amor, tendrás nuevos amigos, podrás comenzar desde cero ¿No querías eso?
Puse los ojos en blanco cruzando mis brazos para luego mirarla.
¿De verdad?
Si, quería empezar desde cero pero no me refería a irme a otra parte y dejar todo acá, mi infancia, mis amigos, mi adolescencia, todo. A Cooper.
—Si, eso quería pero no me refería a esto mamá.
—Vamos Sara deja de ser tan amargada, por primera vez piensa en alguien que no sea en ti, no eres la única que va a dejar todo atrás —puso los ojos en blanco, mi hermana mayor, Lucy — Yo voy a irme a otra parte pero me alejare de mi novio.
Lucy a pesar de que era mi hermana, me fastidiaba y mucho debo decir, nada le parece y siempre parece estar en mi contra.
La última vez que intente a abrirme a ella fue cuando me humillaron en la escuela, lo recuerdo bien, unas chicas de mi escuela —Que afortunadamente ya se fueron— me rodearon, tomando mi mochila, sacando todo y al final para lanzarme café encima, me empujó y aventó mi mochila.
Fui con Lucy llorando comentando lo que me había pasado y lo único que dijo fue un «no aguantas nada, solo fue una broma».
Desde ahí entendí que con mi hermana no podía contar para nada ni siquiera para algo tan simple como una plática de hermanas. Y decidí alejarme de ella y ser alguien diferente.
—Lucy ¿Si Tienes sentimientos? Por favor. —se cruzó de brazos Jett, mi otro hermano mayor. —Siempre eres insoportable con Sara ¿Que te ha hecho?
—Cállate Jett —volteo para verlo molesta y luego ignorarlo.
Creo que Jett es el único que me trata «Bien» en esta casa, siempre que Lucy se mete conmigo el me defiende y me cubre todo, a veces me pregunta cómo estoy o me consiente pero ni siquiera se el porque también pongo una barrera entre nosotros, se que se lo merece pero....aun así lo hago para protegerme y no se de que.
—Bueno chicos ya vámonos, vayan metiendo sus cosas a la camioneta porque ya casi nos vamos, ya llegó la mudanza.—dice mi papá serio mientras abraza a mamá cariñosamente.
—Deja que me despida de mi amorcito—dice Lucy con ojos de cachorro.
—No, ya metete al carro —dijo papá cruzándose de brazos mirándola.
Todos nos vamos al carro, se sube primero Lucy, luego Jett y al final yo, quedando junto a la ventana como me gusta y afortunadamente no vamos apretados, así que sacó de mi mochila mis audífonos y me los colocó en las orejas y al final reproducir mi música. Cuando Jett me toca el hombro y me Quito un audífono de la oreja y me ve.
—Antes de que te duermas, te compre algo —Sonríe y saca de su mochila un libro y unas gomitas—Son para tí.
Saque una pequeña sonrisa aunque realmente quería saltar de alegría pero me contuve y vi a Jett tranquilo, al ver el libro, veo que es uno que quería desde hace tiempo «El jardín de las mariposas».
Después agarra mi mano y me pone una bolsa de gomitas de pingüinos y sonríe.
Yo lo mire sorprendida pero también feliz y por un momento se me cruzó por la cabeza el ¿Por qué? ¿Por qué me compraba esto? No se lo pedí.
—Jett ¿Por qué lo hiciste? No te pedí nada de esto. —Lo mire confundida mientras el libro estaba en mis piernas y mi audífono en una mano y en la otra la Bolsa de gomitas.
—Porque quise hacerlo, eres mi hermanita, me gusta consentirte, además que adoro verte feliz. —me dio una sonrisa muy dulce y poniendo su mano en mi cabello despeinándome un poco. —Te quiero mucho Sara.
—Yo... —me interrumpió Lucy mirándonos a mí y a Jett, se cruzó de brazos y habló.
—¿Y que me trajiste a mi? —sonrió como un angelito
—A ti, nada. —se cruzó de brazos.
—¿Y a Sara por qué si? —me miro irritada y luego a Jett.
—Porque ella si se lo merece, no como tu. Además eres una pesadilla, a veces pienso que haces amarres a los chicos con los que sales.
—¡Oye! Tengo una magnífica personalidad, por eso. No hago ese tipo de cosas y... Yo también me merecía algo —cerró los ojos inflando sus mejillas.
Jett puso los ojos en blanco, sacando de su mochila unos chocolates y más dulces hasta que al final saca una dona para peinar y se la da en la mano.
—¿Que es esto? —ve su mano y luego a el confundida.
—Una dona para que te peines ¿Estas ciega? —Metió sus dulces de nuevo en la mochila.
—¿Es en serio? —lo miro irritada.
—Si. —la miro a los ojos y saco una sonrisa burlona —Querías que te diera algo, bueno ahí está, no te quejes.
—Te odio Jett. —se puso la dona para peinar en su muñeca izquierda y agarrando su teléfono empezando a escribir.
—Yo también te quiero Lucy. —sonrió y se puso sus audífonos.
Yo hice lo mismo y metí el libro en la mochila cuidadosamente y las gomitas en una pequeña bolsa de la mochila y acomodándome para dormir un rato.
Odiaba viajar, siempre me aburría así decidía siempre dormir.
Luego de unas horas, desperté y vi hacia la ventana y mire árboles verdes y muy bien cuidados, casas que se veían exactamente iguales con jardines hermosos, bien cuidados y algunos con decoraciones, me voltee a ver a mis hermanos y Lucy estaba extremadamente dormida y Jett creo que también realmente no sabía si lo estaba o solo estaba en paz escuchando música.
Papá estacionó la camioneta en nuestra nueva casa y mamá despertó a Lucy y a Jett mientras yo bajaba de la camioneta y me colgaba la mochila en un brazo y vi la casa con detalle.
—Bienvenidas a su nueva vida —sonrió papá orgulloso.
Yo me quedé mirando la casa, era de madera al parecer, de dos pisos y realmente larga y ancha tenía las ventanas cuadradas y blancas, una pequeña reja y una cerca en el patio, la casa estaba pintada de un verde Lima y el techo de un verde aún más fuerte. Lucy también miro la casa y luego entró muy emocionada y Jett me puso una mano en el hombro, sonriendo.