Clark...
Ha pasado un año exactamente donde no he sabido absolutamente nada de Sara, ni la he visto. Las pocas cosas que había yo sabido de ella eran por que me las decía Jett de vez en cuando, me mandaba mensajes y apenas si tenía tiempo para responder mensajes.
Además era mucho más molesto y no podía responderle porque tenía a alguien totalmente fastidiosa sobre mi como mosquito. Si, hablaba de Dana, tan fastidiosa, odiosa, presumida y arrogante. Todos los días ella buscaba una excusa para estar con ella todos los días.
Mientras empacaba mis cosas para irnos ya de regreso llegó Nick con una sonrisa golpeando levemente mis hombros con emoción.
—¡Ya nos vamos! ¡Wujuu!—salto aplaudiendo y empacó sus cosas rápidamente—apurate que ya nos esperan abajo para ir al aeropuerto.
—Si, si, ya voy.—me apresure a empacar y no sólo para ya irme, estaba realmente emocionado para volverla a ver.
También extrañaba muchísimo a mi madre que me llamaba con frecuencia a preguntarme si yo estaba bien y decirme que me extrañaba. Al igual ya quería ver a mi perro, a Hooch. Ya quería ver a ese peludo que me ha hecho feliz durante casi toda mi vida.
Al terminar baje todas mis maletas para meterlas al coche y subirme con mis demás compañeros, desafortunadamente me tuve que sentar a lado de Dana que me miraba con una gran sonrisa, todavía no me cabe en la cabeza que fue lo que me gustó de ella.
Dana era muy antipática, hipócrita, mentirosa, amargada, odiosa. Okey si, Sara era algo enojona pero a ella yo le perdonaba todo. Incluso cuando a veces no me contaba las cosas, jamás he entendido eso de las mujeres.
¿Por qué cuando les pasa de todo y uno les pregunta que les pasa, responden "nada"? A veces creo que es porqué no quieren preocupar o aburrir con sus preocupaciones. O simplemente no están acostumbradas a hablarlo o... Tal vez para que se note más interés de parte de nosotros hacia ellas.
Siempre he pensado que las mujeres son todo un misterio y un enigma. Tampoco digo que nosotros los hombres seamos fáciles de entender, a veces hacemos cosas sin sentido.
Pero sin duda nosotros somos más directos sobre lo que queremos, a menos que sea un imbécil mujeriego que inventa miles de excusas y tonterías para estar con una y también con otra. Pero incluso hasta para eso a veces igual somos muy directos.
Mientras pensaba sobre enigmas y diferencias entre hombres y mujeres, estábamos en el coche, Nick solo se ponía a hacer figuras como siempre y otros compañeros se albureaban a más no poder.
Yo solo podía pensar en ver a Sara.
Sara igual era un enigma, a veces no la entendía, pero sin duda era un enigma que estudiaría y trataría de entender por sobre todo. Ella era diferente y única en comparación con Dana, ni siquiera podría haber comparación entre ellas dos. Dana pierde en todo.
Creo que podrían pasar tantas situaciones y jamás podría ser capaz de odiar a Sara.
Llegamos al aeropuerto donde nos subimos todos pero obviamente Dana fue la única que tomó otro avión hacia Italia y nosotros a México. Nos dormimos en el transcurso, pues eran dos horas y media, no era tanto tiempo pero si que era un poco cansado.
Después de llegar de las competencias y viajes a tantos lugares vine a mi casa donde estaba mi mama en la cocina cocinando albóndigas. Al tocar la puerta de la cocina mi madre volteo y esos ojos azules verdosos que herede de ella se llenaron de emoción que sin pensarlo dos veces fue hasta a mi para abrazarme fuertemente.
—¡Mi amor! ¡Que alegría verte!—me observó de arriba a abajo—Mírate que grande estas.
—Mamá, no exageres—sonreí divertido.
—No exageró mi amor, enserio ya creciste un poco más, hace un año que según, si no mal recuerdo medias 1.78. Ahorita estoy segura que estas más alto.
—Bueno bueno, como digas—le di una leve sonrisa y comencé a buscar a Hooch con la mirada.
Mama llamo mi atención tocándome el brazo con delicadeza.
—Tu amado hijo, esta arriba en tu cuarto, no ha querido salir de ahí desde que te fuiste.
Hooch era un amor enserio no entendía a la gente que decía que los pitbulls eran agresivos. Esos perros son los más leales, protectores y cariñosos.
Me acuerdo aún que cuando tenía doce años, me lastime jugando fútbol con mi padre y Hooch corrió hacia a mi y me lleno de lámidas la mejilla, logrando que sonriera. Hooch siempre ha estado para mi, cada que volvía me recibía con mucha emoción, en las noches se acostaba conmigo en la orilla de la cama.
Solo que un pequeño defecto que tenía mi perro es que se ponía aullar cada que venía el camión de la basura.
Subí a mi habitación para dejar mis cosas
en mi cama y me encontré a mi perro acostado en mi cama, al verme se levantó, movio la cola y sacó la lengua con felicidad, bajo y vino hacia a mi casi tirándome.
—¡Hola campeón!—dije feliz mientras lo acariciaba.—Te extrañe mucho.
Mi perro movio más la cola mientras yo avanzaba a mi cama y me re costaba un rato viendo el techo lleno de estrellas que brillaban en la oscuridad.
Durante un momento me quedé ahí pensando en nada mientras mi perro simplemente se acostaba a lado mio muy contento.
De pronto agarre mi mochila y saque la edición especial de «meses a tu lado» que tanto anhelaba Sara hace mucho. Una de las cosas que hice mientras iba a los entrenamientos es que cuando pasaba por las librerías me di cuenta que tenían la edición especial y reciente de Meses a tu lado. Al verlo en inmediato me acorde Sara que lo quería de cumpleaños pero no tenía el presupuesto.
Así que ese día gaste parte de mis ahorros en esa edición que tanto deseaba, durante días lo guarde como si fuera oro, mis amigos se burlaban de mi por ser todo un cursi pero no me importaba, lo primero que quería hacer era ir a su casa, sorprenderla, abrazarla y decirle lo mucho que la había extrañado.
Me levante de la cama y baje las escaleras emocionado y nervioso por volver a verla. La extrañaba tanto que no sabía cómo iba a actuar, cada noche,día, hora, minuto y segundo no deje de quererla. Salí de casa y me acerque a la casa de lado viendo el columpio que tenía enfrente de su casa, fue cuando me puse a recordar la primera vez que me sentí celoso al conocer a Cooper.