Sara..
4 años después...
—¡Clark, Jett, ya basta! ¡Me ponen más nerviosa para mi examen!—dije irritada junto con ataque de nervios.
Los dos pararon de hablar y me miraron como dos cachorros regañados. La verdad es que últimamente estas semanas he estado congelada del miedo y de unos nervios que podrían llegar al cielo o hasta la Luna.
Iba a hacer mi examen final sobre psicología y todo lo que había aprendido durante todos estos años y estaba que comiendome las uñas pero claro entre mi novio y mi hermano no me ayudaban en absolutamente nada.
Mientras me preparaba mentalmente Lucy puso una mano sobre mi hombro viéndome con una mirada que no pude saber expresar.
—Tranquila, lo vas a lograr.
—Es fácil decirlo... Ahora... Lo difícil es hacerlo.—dije nerviosa.
Lucy me tomo de las mano y me miro a los ojos transmitiendome confianza y calma.
—Mira, yo te comprendo, este tipo de exámenes es un lío, lo viví. Pero lo que menos necesitas es estresarte, tu puedes, enfocate, si de verdad estudiaste y te sabes todo entonces no tienes de que preocuparte. Lo vas a lograr.—hablo Lucy.
—Y si no lo logras pues lo vuelves a hacer y todo bien.—Lucy le metió un puñetazo en el estómago a Jett y lo fulminó con la mirada—Auch...
—Te lo ganaste.—le dijo Lucy y me miro—Lo vas a lograr, ve.
La puerta de mi salón abrirse llamo mi atención al instante logrando ver que mi maestro de hace cuatro años se paraba frente a la puerta para dar ya inició a los exámenes.
Si, durante el año en el que no estuve con Clark yo me había enfocado en mí y me había ido perfecto, lo que igual incluye que me elegí por la carrera de ser psicóloga.
No sólo por el hecho de estudiar los procesos mentales de las personas, también quería ayudar a la gente que pasará por un mal momento.
Algo que me puse a pensar durante ese año es que no todas las personas del mundo tiene quien los escuche hablar sobre lo que les pasa. Y si no la tenían entonces quería ser yo quien las escuchará y ayudará lo más posible.
Así que decidí estudiarla y ya tenía cuatro años y medio estudiando. Y esto era mi examen final. Estaba nerviosa pero tenía que hacerlo ya.
Así que entre al salón y me senté en una banca viendo como mis otros compañeros entraban y se sentaban, el maestro cerro la puerta y comenzó a repartirnos los exámenes.
Clark...
Honestamente, eso de ayudar a la gente nunca se me dio bien.
Tenía el pequeño problema de ponerlos más nerviosos o ansiosos o a veces ni siquiera decía nada para no ponerlos peor. Pero esta vez sí que metí la pata.
Sara tenía un examen muy importante de su carrera y sabía que estaba nerviosa así que intente animarla cosa que no me salió nada bien, de hecho lo empeore junto con Jett.
Mientras ella estaba haciendo el exámen a Jett y a mí nos estaba dando un ataque de ansiedad sobre si Sara aprobaba o no.
Las únicas que estaban tranquilas ante esta situación era Valeria y Lucy quien por sorpresa ya se llevaban de maravilla incluso a veces entre Sara, Valeria y Lucy se reunían en un café y platicaban a todo gusto con una taza de café como señoras.
Jett ya tenía a alguien muy especial a quien respetaba y quería con toda su alma, hablaba de ella como si fuera la última mujer del mundo y es que por más que quiera juzgarlo, no puedo porque lo entiendo perfectamente.
Lucy de repente se le acercó a Jett que estaba a lado mío con una mirada sería.
—Que bueno eres para dar ánimos.
Más bien malisimos.
—Perdón... ¿Si? No es mi fuerte.—hablo Jett nervioso viendo la puerta del salón de Sara.
—No me digas.—puso los ojos en blanco Lucy.
Durante una media hora después salió del Salón, Sara. Estaba nerviosa pero no tanto como antes.
—¿Y? ¿Cómo te fue?—pregunte enseguida.
Sara me observó seriamente y me di cuenta que no le había ido nada bien. Hasta que comenzó a formarle una sonrisa en su rostro.
—Aprobé.—dijo con una sonrisa y luego dio un salto que siempre daba cuando algo le emocionaba—¡Aprobé!
Todos la felicitamos, yo me acerque a ella y la cargue alzandola felizmente. Me sentía muy orgulloso de ella.
—¡Sabía que lo lograrias!—hable en voz alta emocionado y la bajé.
Ella me miro y se cruzó de brazos.
—Jamás... Pero enserio jamás me vuelvas a dar ánimos... No eres nada bueno.—dijo seriamente y luego sonrió para darme un beso en la mejilla—Pero eres bueno siendo un novio excelente.
Sara.
Me había ido bien muy bien en el Exámen, en realidad me iban a calificar después de unos días pero el profesor al verme tan nerviosa decidió calificarme enseguida diciéndome que había sacado el 10. Cosa que casi hace que abrace hasta al profesor.
Al estar en los brazos de Clark y ver sus ojos azules verdosos un flashback vino a mi mente, el día que regresó y decidimos empezar desde cero.
Ese día fui la persona más feliz del mundo y no por el hecho de volver y porque ya no era la misma sino que estaba segura de que sola había una persona en el mundo que me podía hacer sentir como la protagonista de mi propia historia y era el.
Durante todo el año que no lo tuve conmigo aprendí a conocerme y también cuando volvió supe que la persona correcta para ti aunque se equivoque, recompensará el error para no volver a cometerlo jamás. Aprendí que también la persona que te quiere respetara tus decisiones sean las que sean y te apoyará sin condiciones.
El amor es algo tan hermoso, al oírlo te imaginas el futuro perfecto con esa persona pero la realidad es que no siempre es como se espera. La palabra amor es una espada de doble filo donde a veces sales lastimado y otras veces te ganas la lotería. Afortunadamente yo me gane la lotería.
Mientras tenía esos pensamientos, me llevaron a un restaurante italiano, donde para mi servían la mejor pizza, la mejor pasta y la mejor comida del mundo.