Nada había cambiado, parecía como si fue ayer. Con el transcurso del tiempo aumentaba cada vez más su desasosiego. Las dudas eran inmensas. Estaba en un precipicio en el que sus deseos le impedían ver la realidad dentro de sí mismo. Las oscuras cortinas impedían la penetración de la luz a su habitación de paredes con un fuerte color gris. Junto al estante de sus SD favoritos se encontraba sentado en un sillón de oficina con su computador en las manos, parecía estar perdido en sus pensamientos cuando la vibración de su celular lo devuelve a la razón. Colocó muy despacio el computador en la mesa que tenía enfrente. Se levantó de la silla. Saco el celular del bolsillo izquierdo del pantalón que llevaba, observó la pantalla dándose cuenta de que era su hermana.
Recuerdos empezaron a volver a su mente. Su hermana le había recordado aquella noche cuando la casa se reboso de aquellas personas que le arrebataron la vida a sus padres. Aún retumbaba en sus oídos la voz de su padre cuando gritaba: Alex, Alex corre y protege a tu hermana. La imagen aún permanecía en sus recuerdos.
Empezó a gritar como loco y a golpear las paredes.
Sus actos fueron interrumpidos cuando Pamela abre la puerta de la habitación. Corrió hacia él. Lo abrazó. Se deslizó suavemente y lo observo directo a los ojos. Por un momento no se escuchó ningún ruido en la habitación. Sin embargo no se contuvo y le gritó;
Alex intentó eludir contestar a la pregunta:
Su conversación fue interrumpida por una llamada al celular de Alex.
Ignorando a su hermana levantó la mochila, bajo las escaleras y cerró la puerta haciendo retumbar toda la casa.
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tristeza y pasado, triste dolor y recuerdos, tristeza y preguntas sin respuesta
Editado: 13.09.2020