Confundida

capítulo 4

—Esto no esta bien — dije separandome bruscamente de ella— 


—No estamos haciendo nada malo — contesto vanessa un poco disgustada —  no se que me pasa pero pienso en ti todo el tiempo. Desde que te conocí, todo cambió en mi vida, cada mañana que me levanto y durante todo el día no dejo de pensar en ti. Me gustas mucho. Cada vez que paso por tu lado es como si mi corazón quisiera gritar. Cada vez que me preguntas algo no se como reaccionar y es que no lo puedo evitar. A veces creo que ya te has dado cuenta, porque lo que siento por ti no se puede ocultar.

 

No pude evitar sonrojarme como una adolescente. 

 

— No se a donde nos lleve esto pero estoy dispuesta a arriesgarme, a defender esto que esta  creciendo en mi y que no puedo callar más —  continuo diciendo vanessa  — 

 

Moría de ganas de abrazarla y decir que aveces, sin querer, o más bien, con todas las intenciones del mundo, pero sin darme cuenta, me descubro pensando en ella, que la Pensaba tan frecuentemente como respiraba. en realidad, todo el tiempo  pensaba en ella y que su sonrisa era la culpable de mi desconcentrasion. Pero no podía. Robert era como el hermano que nunca tuve. No podía siquiera imaginar lo que pasaría si el y verónica llegarán a enterarse. Los destrozaria.

 

— creo que estas confundiendo las cosas, yo....  — Dios no podía creer lo que estaba a punto de decir — yo... yo solo te veo como una hermana menor.

 

En ese momento me odie. Queria ser la cuasante de su sonrisa no se de sus lágrimas. Pero ahi estaba yo, siendo una completa idiota con ella, a pesar de que estaba abriendo su corazón.

 

— que idiota soy — contesto vanessa con lágrimas en los ojos
— 

me sentí la peor basura. La estaba alejando de mi. Estaba dejando ir la oportunidad de ser feliz por primera vez en la vida.

 

—  vanessa yo....

 

— no te atrevas a tocarme. ERES UNA COBARDE — me grita! Y mi corazón se rompe en mil pedazos—  no te vuelvas acercar ami—  me advierte mientras se aleja. 

 

Estaba cometiendo un error. Y estaba segura de que me arrepentiria. Ella me hacía sentir cosas que jamás pensé sentir por una mujer y tenia miedo, miedo de enfrentar aquello que estaba naciendo, miedo de vivir algo diferente, miedo al odio y rechazo de mi familia.

 

Pero ella tenía razón, era UNA COBARDE, nunca fui capas de defender lo que me importaba. Siempre terminaba haciendo las cosas para agradar a los demás, sobre todo a mi madre. Como cuando quería ser fotógrafa pero ella insistía en que era una carrera para mediocres y que debía estudiar ingeniería. Así que mi carrera es mas el sueño de mi madre que el mío. 

El sonido de mi celular me saco de mis pensamientos.

 

—hola verónica.

 

—¿dónde estás sasha? Llevo rato buscandote

 

—Salí a caminar.

 

—¿te encuentras bien?

 

—si estoy bien, te veo en unos minutos. sin darle tiempo a decir más nada termine la llamada. verónica era muy desesperante cuando se lo proponía y la verdad no tenia muchas ganas de hablar.

 

inspire profundo y me encamine a mi triste realidad. No quería que verónica volviera a llamar o peor aún, saliera a buscarme.

 

Cuando llegue a casa subi de inmediato a la habitación. No estaba de humor para hablar con nadie. Además quería ver a vanessa para disculpamer y .... Dios!! Yo solo quería verla y sentirla cerca aunque no me dirigiera la palabra.

 

Desafortunadamente no se encontraba allí. me recosté en la cama para enviarle  un texto a verónica diciéndole que ya estaba en casa, que me ducharia y en unos minutos me reuniría con ella.

 

No se en que momento sucedió pero me quede dormida. cuando desperté ya había oscurecido. 

—veronica va a matarme — pense mientras entraba al cuarto de baño —  tome una larga ducha, peine mi cabello, me puse ropa cómoda, me mire por unos segundos en el espejo y salí en busca de mi hermana.

 

Como siempre, el silencio reinaba en la casa.  — <<Creo que se les hizo costumbre salir sin mi y esta vez hasta el señor coco se fue, creo que cada vez le agrado a menos personas>> — pensé!! Mientras me asomaba al patio trasero. alli estaban todos, al rededor de una enorme fogata.

 

— hola — dije! mientras me acercaba — 

 

— vaya, miren quien se digno aparecer —dijo verónica, quien  Se veía bastante molesta—

 

—en mi defensa diré que me quede dormida.

 

— toma asiento a mi lado, querida— dijo la señora prentis con una enorme sonrisa —

 

—por lo menos alguien me sonríe — pensé mientras tomaba asiento —

 

busque a vanessa con la mirada pero no estaba. trate de restarle importancia y no pensar en ello pero me fue imposible.




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