Conmigo

V

—Te enseñaré que tan cruel puedo ser.

Saltó encima de mí  , haciendo que cayéramos al suelo, quedando el arriba de mi cuerpo.

Si antes había dicho que tenía miedo , ese miedo se quedaba corto a lo que sentía ahora mismo.

 


Tenía terror.

Mucho.

No lo reconocía, tampoco es que era su amiga claro estaba, sin embargo no era la misma persona que cualquier gesto amigable lo hacía poner la sonrisa más grande que había visto ,ya no era el ser que reclamaba cualquier tipo de cariño. 

 


Era un monstruo.

Totalmente un monstruo.

 


El estado de shock que tenía en este momento no me dejaba dejar salir ningún grito , solo era capaz de sacar gritos ahogados parecidos a jadeos incontrolables.

Como podía me arrastraba hacia atrás con la ilusión de que  en cualquier momento pudiera salir de sus cuerpo. Mi ilusión se fue al caño cuando se dio cuenta de lo que intentaba hacer, así que tomó mis manos poniéndolas a cada lado de mi rostro y presionó sus piernas con las mías, creado así una cárcel en la cual era muy difícil de salir.

 


Cualquiera que viera mi rostro se  reiría por la expresión de miedo que tenía.

 


Mi pecho subía y bajaba rápidamente haciendo a veces contactos con el suyo. Mis ojos se aguaron temiendo lo peor y presintiendo lo que pudiera suceder.

Sus ojos estaban igual a los míos, rojos, como si le doliera dejar salir las lágrimas que sorprendentemente se le estaban formado.

Se acercó a mi rostro , tan cerca que cualquier movimiento ocasionaría que sus labios impactará con mi nariz o con mi boca , sentía su aliento , como su respiración se encontraba agitada al igual que la mía.

Me miro a los ojos, sin verme realmente, es como si viera a un punto muerto , viendo a la nada.

Se acercó más y no queriendo ver lo que más temía cerré mis ojos , mientras sus nariz pasaba delicadamente por mi mejilla como si no quisiera ensuciarme con su contacto.

La primera lágrima cayó, luego la segunda, la tercera y así sucesivamente . Su nariz bajaba por mi cuello, haciendo que mi piel se erizara, no como naturalmente quisiera sino era por temor y asco.

 


Se detuvo en la curva del cuello y hombro , quedándose más tiempo del que quisiera. Mi manos pasaron a estar  encima de mi cabeza siendo presionada por una de sus manos. Tenía que admitir que poesía mucha fuerza.

Todo quedó en silencio, otorgándole a la escena algo más tensión, de vez en cuando un sollozo salía de mí , pero él no se movía , era una estatua, solo sentía su aliento en la curva en donde se encontraba escondido su rostro.

 


—Te he dado todo—.dijo susurrando—Todo lo que siempre has... soñado.—su voz sonó quebrada al final—.solo pido tu amor , ¿tan difícil es que me lo otorgues?

Su rostro volvía a estar frente al mío , ahora su mirada si se fijaba en mí ,  ya no estaba en el vacío. Me veía completamente.

U rostro se veía demacrado , como su confesión lo había hecho envejecer. De mi solo salían las lágrimas; mi boca estaba sellada. Se supone que tenía que contestar su pregunta, pero no hallaba que rayos decir, sentía que cualquier cosa que saliera de mi boca, no sería lo que él quería escuchar. Así que decidí quedarme callada.

 


Su mano libre acaricio suavemente mi mejilla, apenas tocándola , como había hecho con su nariz. Parecía que tenía miedo de romperme. Aunque ya lo había hecho.

—Te he tratado bien—su voz volvió hacer muy ronca—He sido todo un caballero —un caballero no secuestraría a alguien, pensé.—Pero si para que aprendas a amarme tengo que ser cruel ,lo seré.

 

En que me había metido.

Se levantó, trayéndome consigo. Me tomo del brazo fuertemente y sin decir palabra salimos de la biblioteca, me despedí internamente de ella teniendo el presentimiento que tal vez no la vea dentro de mucho tiempo.

Me arrastraba por toda la casa , no subimos las escaleras que se dirigían a mi habitación y alarmas se activaron en mi mente, pasamos por la cocina, después de ella había una puerta  con una candado.

 


—lo siento, ¡lo siento!—. Exclamé empezando a desesperarme—Aprenderé, te lo prometo.

Comenzó a quitar el candado, apretaba tan fuerte mi brazo que me dolía mucho, empecé a jalar mi brazo para tratar de liberarme pero era imposible.

 


—Por favor, por favor—dije mientras lloraba de nuevo.

 


Estaba harta de llorar.

Estaba harta de sufrir.

 


La puerta se abrió y él sin decir palabra me tiro dentro, mis rodilla impactaron con el suelo, mis manos también lo hicieron. Me había dolido.

Fui consciente de que el suelo era rocoso y eso me hizo pensar que probablemente mis manos y rodillas empezarían sangrar.

Todo estaba oscuro excepto por la poca luz que entraba por la puerta ya que él con su tamaño obstruía toda la luz, se veía aterrador desde aquí.

Me quede el suelo ,viéndolo mientras sollozaba más fuerte.

Decía que me protegía , pero lo único que estaba ocasionándome era daño.

Se veía impotente, tenía su mentón en alto, no le afectaba lo más mínimo mi estado.

 


—Aisa, créeme, aprenderás a amarme...por las malas.

 


Y cerró la puerta.

Y yo me derrumbé.

—¡NO!.

 


Me paré hasta la puerta, empecé a golpearla con todas mis fuerzas , mientras pedía gritos que me dejara a salir.

—¡Déjame salir!, ¡Déjame salir!—. Grite con todas mis fuerzas, hasta el punto de que me ardiera la garganta y mi voz saliera ronca.

—Por favor—. Susurre derrotada.

 


Mi espalda pego con la pared mientras dramáticamente, como si de una película se tratase, bajaba lentamente hasta llegar al suelo.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.