Capítulo nueve

El viernes por la mañana Enrique y Cindy quedaron en no verse, él le dijo que se preparara para la celebración, ella aceptó.

Cindy no sabía que cosa hacer, estaba aburrida, pensó en ir a la empresa pero no había nada que hacer por allá, luego se le vino una idea a la cabeza, dijo que adelantaría la terapia con Lucas para así después tener más tiempo libre para poder alistarse con más tranquilidad.

Llamó a Lucas, él al parecer se había levantado con él sonido de su móvil, contestó algo desconcertado, entonces Cindy le propuso hacerle la terapia a las nueve, él de inmediato vió la hora y sólo faltaba una hora para las nueve, pero él cede a cualquier propuesta de Cindy, entonces aceptó.

En eso se le ocurrió algo a Lucas, le dijo que sí quería ir ella a su apartamento, pero Cindy de inmediato le respondió que no. Que no le parecía esa idea.

-Está bien, entonces...¿Nos encontramos en la cafetería?, ¿te parece bien?, así mientras te invito el desayuno – dijo Lucas, y Cindy, siempre y cuando fuera en un lugar céntrico, ella aceptaba.

Al encontrarse en la cafetería Lucas le dijo que se pidiera lo que se le antojara, que él invitaba.

Ella sólo pidió un café y unos waffles, estuvieron conversando, Lucas le trataba de decir cosas graciosas, ella sólo correspondía a sus palabras con una pequeña sonrisa, la verdad las palabras de él le eran indiferentes, luego de eso empezaron con la terapia, Cindy sacó sus papeles para poder anotar las mejorías que tenía Lucas, las mejorías iban avanzando poco a poco.

Pero de pensar en el avance, ella se sentía conforme consigo misma...

En ese momento sonó aquella campanilla que siempre suena cuando alguien entra en la cafetería, y al ver a la persona que acababa de entrar a ella se le dibujó un rostro pálido, Lucas al darse cuenta del cambio de actitud tan repentino de Cindy, le preguntó que sucedía, ella volteando rápidamente hacía Lucas le respondió con un simple “Nada, todo está bien”.

Pero Lucas sabía que ella estaba mintiendo, se preguntaba quién era ese hombre, y porqué causó ese cambio de humor tan de repente en ella, y sabía que sí le volvía a preguntar, ella no le respondería.

Un par de segundos después Cindy le pidió a Lucas que continuaran la sesión en otro momento, comentándole que tenía unos asuntos pendientes... 

Lucas le dijo que no se preocupara, que fuera tranquila.

Por el otro lado, aquel hombre que había entrado en la cafetería era nada más y nada menos que Enrique, él se sintió tan triste de ver a Cindy con aquel hombre, que para no mostrar una cara de desilusión, se le llenó el corazón de ira, nuevamente estaba molesto, fastidiado, queriendo confrontar a Cindy, pedirle muchas explicaciones, pero un pensamiento lo dejó en intacto, ellos no eran nada. Ni amigos, ni novios, ni conocidos, ella simplemente era la persona que le daba capacitaciones.

Se sintió más frustrado, apretó los puños la impotencia de no poder hacer nada al respecto lo carcomia por dentro.

Algo que sería normal en una mañana es levantar con absoluta tranquilidad, estar sereno, desayunar a gusto y contemplando los rayos de sol que iban haciéndose ver con el pasar de los minutos.

Pero esa mañana no fue así, luego de volver a la realidad, Enrique salió de inmediato de la cafetería, y al pasar por donde vió a Cindy y a ese tipo, ella ya no estaba, de seguro se fue al baño, pensó Enrique. 

Pero no era así, ella ya se había marchado.

 Entonces fue ahí que lo vió, sentado, desayunando tranquilamente, él tal vez era el que se estaba ganando el amor de Cindy. Y luego de cruzar sus miradas, viéndose de reojo como si tuvieran alguna clase de enemistad el uno con el otro... 

Enrique se retiró del lugar.