Conociendo a tu Crush

Capítulo 7

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Mi celular suena tan fuerte que lo siento como si estuviera en mi oreja.

Me levanto de golpe y asustada, para cuando me percato estoy muy cerca de la orilla de mi cama y caigo al piso trayendo conmigo las sábanas envueltas en mi cuerpo.

Rápidamente me quito las frazadas y me levanto del piso. Son las cuatro de la mañana y no quiero despertar a la morsa que duerme a mi lado.

Apago la alarma y empiezo a buscar mis tenis y de más cosas para salir a correr.

Cuando estaba en casa, solía salir hacer ejercicio a esta hora. Desde luego no todos los días, sino día por medio, porque como adolescente que soy, me gusta dormir hasta tarde si es posible.

En medio de la oscuridad, puedo divisar mi ropa de ejercicio. La tomo y me meto en el baño para cambiarme.

Al terminar, salgo en busca de mis tenis pero no veo nada, hasta que tropiezo con algo. Mi mirada viaja al piso y ahí están, las tomo y me siento sobre la cama para ponérmelas.

Luego tomo mi celular y los audífonos. Camino en silencio por la habitación y abro poco a poco la puerta sigilosamente. Es increíble que con tanto ruido no se haya levan...

―¿A dónde vas? ―pregunta con voz ronca.

Doy un pequeño respingo en mi lugar y me giro despacio para mirarla.

―A correr. ―respondo como si fuera obvio.

―¿A correr? ¿Estás loca? ―pregunta sentándose.

Sip, y nop. ―contesto para salir.

―¡Hey, espera!

Me detengo y enciendo la luz dejándola a ciegas.

―¿Si? ―la apresuro. No tengo tiempo para esto, debo llegar antes de que el sol salga. Esa es mi meta.

―¿A qué banda pertenece esa canción? ―pregunta frotándose los ojos con el dorso de la mano y el pelo todo alborotado.

―¿Es en serio? ¿Para eso me detienes? ―interrogo un poco fastidiada.

―Sí, es buena. Es como... ―la interrumpo.

―Rock-Punk.

―Sí. Espera, ¿escuchas Rock-Punk? ―cuestiona confundida.

Suspiro y la miro mal.

―Que no sea como tú, no quiere decir que no pueda hacer o escuchar cosas que tú haces. ―miro la pantalla de mi celular y ya son las cuatro con diecisiete―. Ya me tengo que ir ―digo saliendo, pero me detengo cuando casi lo olvido―. Ah, por cierto ―asomo la cabeza por la puerta―, esa canción es de 5 Seconds of summer, se llama Shelooks so perfect. ―sonriendo, salgo del dormitorio.

Una vez fuera, mis huesos se congelan, literalmente. No pensé que fuera tan frío durante la madrugada si en el día era más acalorado.

Empiezo a correr sin detenerme, como si mi vida dependiera de eso.

La tarde de ayer, la pasé increíble mientras hablaba con Aaron. Me divertí mucho.

Limpio el sudor de mi frente con el dorso de la mano y sigo mi camino sin parar.

La brisa azota mi cola de caballo y refresca mi cuerpo. Justo ahora lo único que me mantiene caliente es mi sudadera, la cual quiero dejar botada en algún lugar.

Disminuyo la velocidad hasta que me detengo totalmente por unos segundos para inhalar con normalidad, ya que mi respiración es irregular. Luego, me quedo unos cuantos minutos de pie observando el sol salir. Decido no seguir más y volver a la Universidad. Por ahora llegaré hasta aquí, pero para la próxima, iré más lejos, así podré conocer la hermosa ciudad de Londres poco a poco.

Giro sobre mí misma y empiezo nuevamente a correr.

Con la música en compañía, me relajo y el transcurso se me hace más corto.

La canción de ParamoreDecode, se empieza a reproducir. Lo que hace que tenga más energía. Es como si la música influyera en mí, como si la adrenalina pura corriera por mis venas.

Al cabo de unos minutos ya estoy frente a la Universidad.

Entro y subo las escaleras corriendo hasta llegar a mi dormitorio. Abro la puerta y miro en dirección de la cama opuesta a la mía. La rubia no está.

La puerta del baño se abre, por lo que rápidamente volteo para mirar. Ella sale ya lista, solo seca su cabello con una toalla y se sienta en la cama.

Me dirijo al armario y preparo la ropa que me pondré.

―Me dijiste que la banda se llama 5 Seconds of summer, ¿cierto? ―pregunta, y me sorprendo de que no me trate tan indiferente como el primer día en que nos conocimos.

Me giro para verla y asiento. Saco un pantalón azul ajustado, una blusa rosa pálido olgada y unas Adidas blancas con franjas del mismo color de la blusa, la ropa interior y entro en el baño.

Después de unos veinte minutos, salgo ya vestida y arreglada.

Mi compañera al parecer ya se ha ido. Busco mi horario en el escritorio, lo tomo y me fijo en las clases que tendré durante la mañana.

Preparo mi mochila, tomo las llaves y mi celular. Salgo del dormitorio cerrando la puerta detrás de mí. Empiezo a caminar, saco los audífonos de mis jeans y los conecto a mi celular para escuchar música. Hay algunos estudiantes en los pasillos, pero yo me pierdo en la melodía y en mi mente.

Luego recuerdo el fondo de bloqueo, de pantalla y de What's App, por lo que saco mi móvil para comenzar a escoger los fondos. Todos son distintas fotografías de Aaron. Comienzo cambiando la de bloqueo, y aunque me duele en el alma, es mejor tenerlo en persona que en una imagen, ¿no?

Además, él no puede saber nada de esto.

Prosigo con las otras hasta que termino. Guardo mi celular, y cuando estoy a punto de levantar la vista, choco contra alguien provocando que uno de sus cuadernos se caiga al piso, y que luego, unas cuantas de las hojas que venían en él se esparzan. Me quito los audífonos y me agacho para ayudar a recoger el desastre que hice.

―Lo siento, no fue mi intención. ―digo mientras recojo las últimas hojas, aunque luego recuerdo que aquí nadie habla español. A excepción de Aaron y mi compañera de habitación. Debo acostumbrarme a ello, supongo.

―Descuida, me pasa muy seguido. ―dice riendo levemente.

Levanto la vista. Una chica pelirroja, de tez pálida, ojos azules y que habla español está frente a mí.




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