Conociendo a tu Crush

Capítulo 20

──────•❥❥❥•──────

 

La luz que traspasa las cortinas da directo a mi rostro, como si quisiera despertarme a propósito. Tomo la cobija y con ella cubro mi cara para aparentar un poco de oscuridad y poder seguir durmiendo, pero escucho que alguien desesperadamente revuelve los papeles del escritorio, así que quito la cobija de mi cara y miro en dirección a la persona que no me deja dormir en paz.

Skylar se encuentra, efectivamente, revolviendo los papeles.

—¿Qué haces? —pregunto con la voz ronca. Parpadeo un par de veces para acostumbrarme a la luz y con el dorso de la mano restriego mi ojo derecho.

Ella se detiene y me mira un par de segundos.

—Oh. Despertaste. —dice para continuar buscando.

‹‹Pues claro que acabo de despertar. ¿Acaso no es obvio?››, pienso, pero me limito asentir para que no me maldiga.

Me siento sobre la cama y estiro los brazos para que luego un largo y enorme bostezo salga de mi boca.
Bajo de la cama y rasco la parte baja de mi espalda mientras camino hacia el baño.

Había pasado una semana desde la reconciliación con Skylar y Rick, y no está de más decir que ella no mencionó nada sobre esa noche. Noche en la que llegó llorando por un motivo que aún desconozco. Aunque ella parecía estar igual que siempre. Fuerte y segura de sí misma. Algo que desafortunadamente carecía en mí.

Después de salir del baño me dirijo al armario mientras observo a Skylar sentada en su cama y deslizar su delgado dedo por la tableta. Supongo que es lo que buscaba en su escritorio.

Busco un jeans azul ajustado y una blusa holgada de tirantes color caqui, para combinarlo con las Converse.

—Hoy saldré y no llegaré hasta pasado mañana —comenta de repente—. Así que no me esperes.

La miro mientras continua deslizando el dedo sobre la tableta.

Vacilo un poco antes de responder.

—Tampoco lo pensaba hacer. —bromeo.

Despega sus ojos del aparato tecnológico y su expresión totalmente seria hace que mis pelos se pongan de puntas.

Oh, oh.

Una sonrisa maliciosa se asoma poco a poco en su rostro.

¿Pero qué...?

En verdad que no la entiendo, es igual de bipolar e impredecible que su primo.

Sí, su primo.

La noche anterior platicamos sobre muchas cosas, y esa fue una de ellas. No lo podía creer. ¿Skylar y Rick, primos? Vaya, ahora entendía porqué el parecido, y no lo digo solo en su apariencia imponente y su similitud al vestir, si no también por su actitud. Cabe decir, que en un momento determinado llegué a pensar que estaban saliendo. Pero mis ideas desaparecieron totalmente de mi cabecilla cuando Skylar pronunció la palabra ‹‹primos››. Estaba tan sorprendida que creo mis ojos estaban como los del monstruo come galletas.

Recuerdo que rió a carcajada limpia dejándome más confundida de lo usual.
Apuesto a que se estaba riendo de mi cara de boba.
Recuperé la compostura y la miré seria. Al poco tiempo dejó de reír y me miró con una gran sonrisa. Una que nunca imaginé me daría.

—Debiste ver tu cara de horror. Casi te da algo. —había dicho para luego reír nuevamente mientras yo negaba con la cabeza.

Impredecible, señores. Esa era la palabra perfecta para describirla. Esperaba que toda su familia no fuera igual... aunque bueno, en cierta parte ya lo era.

—Ya me voy, te veo mañana —toma la mochila que yace sobre su cama y camina hacia la puerta para luego abrirla. Sale completamente, pero luego asoma solamente su cabeza—. Pitufina insolente. —y la cierra.

¡AH! No puedo creer que Rick le haya dicho sobre eso.

Es decir, es como tener una versión femenina de Rick que me molesta.

Tomo la ropa de mala gana y entro al baño refunfuñando y diciendo maldiciones al aire sin sentido.

Después de asearme, decido hacer lo que restan de trabajos que me han dejado a lo largo de la semana.
Me acomodo en la silla frente al escritorio, saco los lentes de mi mochila y abro la laptop vieja y que está a punto de colapsar. Esto me recuerda que debo comprar una nueva.

Le doy en el botón de encendido pero ella no es capaz de hacerlo, así que lo presiono varias veces hasta que por fin logra encender. Empiezo abrir pestañas. Primero en el navegador y luego en el Windows. Luego llevo la flecha hacia el reproductor, no sin antes haber conectado los auriculares de diadema.

Las canciones se empiezan a reproducir mientras escribo en la laptop. Empiezo a tararear las canciones hasta que término cantando y moviendo mi cabeza de un lado a otro sin parar.
La canción All the small things se empieza a reproducir. Cantando a todo pulmón y literalmente bailando sobre la silla y girando sobre ella, observo de pronto cómo la pantalla de la laptop se prolonga negra.

Me detengo en seco y quito mis audífonos lentamente de mi cabeza para luego gritar.

—¡AH! ¡¿ES QUÉ ME TENÍAS QUÉ HACER ESTO?! —le grito al cielo en español, en realidad al techo, hasta que de repente escucho un fuerte golpe.

Mis ojos se abren como platos, tanto que creo se saldrán de su orificio.

—Wow. Dios, no esperaba una respuesta tan rápida. Bueno, en realidad no la esperaba.

—No es Dios. Soy yo, idiota. —dirijo la vista hacia aquella voz conocida, Aaron, y no sé si sorprenderme porque está en mi habitación y me vio hacer todas esas ridículeces, o por haberme llamado idiota, ya que nunca he escuchado salir de su boca una mala palabra.

Esperaría más eso de Rick que de él, para ser sincera.

Aaron se encuentra sentado en el piso con una expresión de dolor en su rostro. Me acerco para ayudarle a ponerse en pie y mi vista viaja hasta la silla del escritorio de Skylar que también está tirada sobre el piso.

No puedo evitar que una sonrisa burlona se plante en mi rostro al saber que el golpe que escuché fue debido a que se cayó. También levanto la silla y la coloco en su lugar.

—No puedo decir palabras malas pero tú sí. —suena más a una afirmación que a una pregunta. 




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.