Conociendo al seductor (editando)

capítulo 4

 

Me dejo caer cansada a la cama, por fin en mi preciada habitación, Salí de mi última clase a las 10 de la noche en la universidad, realmente hoy me siento agotada. ¡Valla día inesperado en el restaurante!, termine tomando el puesto del administrador, por un lio que se le presento en su casa. Con lo coqueto que es ese hombre, no es de extrañar que su esposa lo haya descubierto en algo.

El engreído del primo de Daniel, no me parece tan malo ahora, por el contrario, ¡está muy bien!, lindo cuerpo, bellos ojos que combinan a la perfección con su cabello negro y corto, acompañado de ese aire de galantería que se desborda por cada poro de su piel.

Aun me rio de pensar en cómo se me ocurrió dibujar una carita sonriendo en cambio de mi numero celular, su amigo no está nada mal, pero no lo quiero detrás mío llamándome para que le acepte una invitación. Yo sin tiempo y sin interés ¿Cómo lidiaría con un admirador?

Mi mente acusa sobre mi selectividad al pensar que no tengo tiempo, En realidad me hubiera encantado que cierto altivo fuese quien pidiera mi número celular, para tal vez tomar un café, un trago, un ummmm. Con semejante espécimen humano, cualquier cosa estaría bien.

 

Amalia, reconócelo, desde esta tarde, no lo saco de mi cabeza, ese adonis griego en versión canela contra todo pronóstico se acordaba de mi nombre. Solo una vez se lo dije y fue en el momento en el que nos presentaron, pensé que no lo tendría presente, después del desaire que me hizo al presentarnos, y peor cuando accidentalmente lo tire a la piscina.  Aun no olvido esa mirada incitando al pecado al caer a la piscina y preguntarme si todo estaba bien, era como si sus ojos atravesaran hasta lo más profundo de mi ser, pero sin saber que había en él en ese momento, sus ojos negros profundos no se pueden leer, no había atisbo de alegría, tristeza o empatía, no había nada. Solo la ráfaga de energía que aumentaba mi ansiedad haciéndome sentir que perdía mis fuerzas mientras me sostenía en sus manos por la cintura.

 

¡No puede ser! ¡6 AM!. Hace 5 minutos tendría que haber entrado a la única clase que tengo entre semana en la mañana. No puedo llegar puntual nunca a ningún lado, siempre son 5 minutos tarde, pero hoy y aun dándome prisa y tomando taxi llegare a las 6 :45. La universidad no está lejos y en realidad no soy de las chicas que se demoran arreglándose, lo que más tarda en mí, es el pensar en que me pondré. Quisiera ser Mark Zuckerberg y poder vestir siempre una sudadera gris, pero no, soy mujer y debo invertir tiempo pensando. Hoy como siempre pensare en la ducha que ponerme, es solo para la clase ya en el restaurante tendré mi uniforme, en toda ocasión deberíamos usar uniforme el mundo sería más feliz y menos estresante.

6:45. Entro en silencio a clase, esperando no ser notada sobre todo por… —

Ha vencido su record señorita Amelia, ha llegado Ud. 15 minutos después de lo acostumbrado —El profesor habla con seriedad, le sonrío tratando de disculparme mientras los murmullos a baja voz de mis compañeros se hacen notorios haciendo que mi cara se torne roja.

Tomo mi lugar al lado de quien siempre me guarda un puesto. Geovanny, me mira y me pica un ojo de manera muy coqueta, el pobre nació siendo coqueto, ya ni me molesta su actitud hacia todas, porque él no tiene distinción con ninguna chica, además de que es el alma de la fiesta, tiene un carisma casi igual de encantador que el mío…. la humildad también es lo mío, pero sobretodo la honestidad.

*~*

Mi plan de sábado en la tarde está terminado. Leí mis pdf y estoy lista para realizar el trabajo escrito que debo presentar el martes.

Me inclino un poco más sobre hacia el  libro que tengo enfrente, esperando que tal vez este me ilumine por donde empezar. Lo más complejo de escribir solo es iniciar así que decido ponerme en marcha.

El presente trabajo abordara la infraestructura. Por favor, como olvide poner en modo silencio mi celular. (No Amalia, que nada te detenga) retomo mi lectura y ¡Woo Dios, debí haberlo apagado! Siempre resulta algo cuando quiero hacer los trabajos de la universidad con tiempo. —

Halo —

Hola bella, ¿Cómo estás? —

Bien Geovanny, iniciando el trabajo de investigación, ¿y tú? —

¿Qué?, ¿ahora haces los trabajos con tiempo Amelia? —Puf —sale de mi boca en señal de malestar. —

Siempre intento, pero aparecen situaciones como tú en este momento, que interrumpen la intención de no estar apurada un día antes de la entrega —rio mientras lo escuchó a el ahora pujar. —

Amalia, quería que saliéramos esta noche a tomarnos algo, pero no quiero perjudicar tus notas de la universidad. —Su sarcasmo me tiene sin cuidado, mis notas son mejores que las sujas. —

Claro te entiendo —Contesto tranquila, es a él a quien le encanta salir conmigo, por eso llama, pues salgo muy barata. Puedo bailar toda la noche y con una botella de 2 litros de agua tengo. Pues a este hermoso cuerpo no se lo maltrato con alcohol. —

No te hagas de rogar Amalia, no seas mala, podría invitar a cualquiera, pero solo contigo me rio tanto. —

Woooo gracias, eres un halagador y sincero hombre, pero me imagino que tanto amor se debe a algo. Así que hare la pregunta sin postergar más mi valioso tiempo. ¿Qué necesitas? —El muy desvergonzado lo bota todo de una. —




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