Conociendo al seductor (editando)

capítulo 12

 

 

Entro al café rock con mi mirada buscando a Adrián, por fin lo veo sentado a la mesa, me dirijo evadiendo el camino que pasa por la mesa de Paloma y sus lanzadas amigas, no tengo ánimos si no de tomar algo con mi amigo e irme al apartamento. —

Adrián hasta que regresas—

Bako, esa nena besa delicioso, ya tengo su número. —Lo dice con cara de Azaña, como si él lo hubiera hecho solo —

 De nada— le digo serenamente—

Mi hermano gracias. —Pedimos otra cerveza y mientras las esperábamos llego Paloma saludando a Adrián. —

¿Cómo está el compañero de juergas de este galán? —

Hola linda, sí que esta hermosa —volteo los ojos, este es igual que mi primo Geovanny coquetea con todas. —

Gracias Adrián, tan halagador como siempre— le contesta paloma altiva y alegre por su cumplido. —

¿Podemos acompañarlos? —De la nada sale con semejante impertinencia, me adelanto a contestar, antes que Adrián diga que si —

Le estaba diciendo a Adrián que ya me iría— miro a Adrián con ojos de sígueme la corriente. Pero justo llego la mesera con las dos cervezas, Paloma me mira con picardía y risa. —

Creo que te acompañaremos a que te tomes esta cerveza —Siento que se me retuerce el estómago, ahora sí es cierto que me quiero ir. Así que como no tengo compromisos con nadie, me levanto de la mesa me arreglo el saco y el cuello de mi camisa. —

Adrián, gracias por la invitación, fue un rato muy ameno —Tantos años de amistad desde la universidad le permiten conocerme, y sabe que estoy totalmente fastidiado en este momento por la intromisión de Paloma.

Adrián se levanta y extiende su mano hacia mí, mientras Paloma me ve con sus ojos totalmente abiertos, esta roja entre furiosa y consternada, pues desconoce mi manera de actuar, en todo caso, nadie puede decir que me conoce totalmente.

 

Bako, me alegra, nos vemos el lunes —

 Vale —Dirijo mí mirada a Paloma, viendo su cara atónita por la situación.

Bako, pero que te pasa, ¿parece que te caigo mal ahora?

Paloma, no te sientas tan importante, solo me quiero ir a mi apartamento —Veo en sus ojos el dolor producto de mis palabras, solo puedo pensar en qué momento nació en ella un sentimiento por mí. Trato de terminar este incomodo momento —Paloma, buenas noches —No voy por el mundo pretendiendo que nazcan sentimientos en las mujeres hacia mí, por eso no regalo flores, no hago llamadas y tampoco le pongo etiquetas a las relaciones, colocar etiquetas genera compromisos que no quiero.

Ella me alcanza afuera del lugar tomándome del brazo, su semblante se ve desvalido y casi que gritando me pregunta —

Bako, ¿por qué haces esto? —No quiero ser un ser ruin, la tristeza de una mujer siempre me ha conmovido, así que tomo la mano de Paloma —

Paloma no te empeñes en los imposibles, tu sabes desde el inicio, que era lo que nos movía a los dos —Ella respira profundamente — ¿Quién es, Bako? —No comprendo su pregunta. —

¿Quién es que, Paloma? —Ella me mira a los ojos guardando un momento de silencio, dudando, pensando si hablar o no —

¿Quién es la chica por la que ahora te soy indiferente? —La miro a los ojos, pero su respuesta no me sorprende, todas las chicas piensan que si decides terminar algo, es por que apareció otra persona. —

No hay nadie y si lo hubiera no interesaría —Ella me mira con rabia, su respiración se hace más rápida y le veo temblar los ojos. —

¡Pues claro que interés,a Bako!, te he tenido paciencia por todo este tiempo, te he tratado de entender, te he dado tu espacio esperando que tal vez veas que estoy  para ti, he aguantado que no amanezcas nunca en mi cama, que nunca estés para ver películas o compartir un fin de semana juntos y tú me dices ¡que no interesa! —La miro sin palabras, ¡esto es lo que quería evitar!, la incomodidad de pelear, de dar explicaciones e igual perder tiempo.  Paloma siempre me dio espacio como ella lo dice, pero nunca pensé que sus pasos eran calculados, pensé que en realidad ella quería lo mismo que yo, un rato de placer, nada más. —

Paloma siempre te dije que no buscaba una relación—

Sí, pero que crees, yo no quiero una relación, no le pongas nombre, pero tampoco aguanto esto  —No logro comprenderla, ¡como a ninguna mujer!  Le pregunto con indiferencia —

¿Qué no aguantas Paloma?—

 El que me dejes por otra, el que me encuentres remplazo—

Paloma nada de esto viene al caso —La miro con simpleza, y me despido dejándola en la entrada del lugar donde están sus amigas. Camino hacia el parqueadero del edificio donde trabajo, ya que no está lejos para recoger mi moto y regresar a mi apartamento.

Mientras camino solo veo lo complicada que es Paloma, no note nunca que fingía no abrumarme, nos acostamos varias veces en estos 3 meses, pero nunca prometí nada, ni siquiera he amanecido en su cama. Me alegra ya estar en la soledad de mi apartamento, sin bullicio, sin reclamos.

Me quito mi ropa, y me doy una ducha, me pongo una sudadera, veo que apenas son las diez de la noche, decido revisar un rato las fotos que tome en la cascada, debo entregar la propuesta para ese nuevo contrato al finalizar la semana próxima.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.