Conociendo al seductor (editando)

capítulo 24

...tratando de alejarme, me acerco mas a ti...

 

-Cristian gracias por traerme-  sonrió dándole un beso en la mejilla, parados es la puerta de la entrada de mi apartamento.

-Amalia puedo pasar un rato- siento como que definitivamente no ha comprendido, que esto es solo una amistad.

-Cristian ya es tarde, prefiero ir a dormir- el me mira con cara de desilusión-

-Tienes razón Amalia, ya es hora de descansar. - cierro la puerta sonriéndole, dirigiéndome a mi cuarto. Me siento tensa, me dejo caer en la cama.

Miro la pantalla de mi celular, es la imagen de Bako, se veía realmente atractivo mientras cantaba, el recuerdo de su voz, me trasporta a ese enigmático mundo que solo ofrece el, y su atractivo junto a la guitarra, enserio deslumbraba, el que provoque suspiros ni siquiera es su intención, y creo que poco le importa a cuantas trae detrás, pues en realidad no presto mayor atención a todas las chicas que le gritaban cumplidos y elogios cuando estaba en la tarima. El solo se veía tranquilo mientras se perdió entre la música, en realidad ante todas las chicas euro fóbicas por su presencia se comportaba distante hacia ellas.

Suspiro profundamente, tratando de sacar de mí el malestar que me hace sentir fatiga, pues mi mente trae a mi presente el recuerdo de como esa chica se dirigió a Bako de manera tan cariñosa y el no dijo nada. Sentí que podría gritarle en ese momento que ya no más con su jueguito de conocernos mientras no tenemos algo, teniendo algo. Porque eso es lo que hay entre los dos, algo donde no hay nada. Medito en este momento, “interesante forma de conocernos propuso”, con qué fin, con el fin de ir sin afán según el… pero… ir lento no incomoda, entonces… que es lo que hay dentro de mí, todo lo que siento respecto a Bako en un tormento en este momento…

Bako ¡será mejor evitarte!, con tigo no hay nada que se pueda creer, ni en tus palabras ni en tus actos. Me hablo mientras cierro mis ojos, sintiéndome triste por la decisión que acabo de tomar

 

Despierto sintiéndome feliz, como suelo hacerlo todos los días, siempre ver el sol es una nueva oportunidad para transformar o hacer cambios en nuestras vidas, ¡así que sin temor a lo que ya paso me levanto de la cama! …Somos prisioneros de lo que decidimos serlo… me arreglo y salgo para el restaurante.

Ya está terminando la hora del almuerzo, en realidad hoy ha sido agotador, estuvo realmente lleno, y con pocas propinas.

Me dirijo a la caja, junto con dos de mis compañeros, reímos mientras termina de desocuparse el restaurante, pero en ese momento uno de ellos me dice que una de mis mesas está siendo ocupada por cuatro personas, tomo mi libreta para anotar los pedidos… quiero detenerme, girar y pedir a unos de mis compañeros que atienda la mesa, pero es muy tarde, estoy casi llegando, ya Alessandro me está sonriendo desde la mesa junto con sus mismos tres acompañantes de anoche.

Pienso internamente si es que no existen más restaurantes en esta ciudad, es verdad que este es uno de los más exquisitos de la ciudad, pero podrían ir e incomodar en otro.

Respiro sutilmente, para exponer mi mejor sonrisa, -Solo son clientes- me hablo internamente para tomar fuerzas, no puede ser que me levante con tantos ánimos después de decidir no volver a hablarle a alguien y justo lo tengo casi al frente en este momento.

Llego a la mesa y veo como la chica está sentada al lado de Bako y al lado de Bako su socio Adrián, que me presento anoche.

La chica trae una coleta alta y toma su cabello mientras me ve llegar, me mira con desdén, parece que le caigo mal… uno, dos, tres, a lo que vinimos, respiro…

            -Buenas tardes, puedo tomar su orden- lo digo muy formalmente, no estoy obligada a mas en este momento, y menos con esta chica mirándome de esta manera tan inquisitiva.

Pero Bako me sorprende, se levanta inmediatamente de la silla, trae sus lentes oscuros, pero aun así puedo notar que esta de mal humor.

            -Hermosa buenas tardes- siento como todo en mí se descompensa, tiembla mi cuerpo traidor, en este momento. Toma mi perfil derecho suavemente con su mano y luego deja un casto beso en mi mejilla.

En este momento solo siento que quiero más de él, de su veneno o lo que sea que me da…

            -Hola Bako- respondo suavemente, la poca conciencia que queda en mí, la empleo en este momento.

            -Bako, ya te he dicho que no la toques tanto, que me la vas a ensuciar- en ese momento rio ante el comentario de Alessandro.

Doy un pequeño paso hacia tras, soltándome de su agarre, siento que me desvanezco ante su cercanía.

            -Amalia como estas- me pregunta Alessandro.

            -Muy bien, y tu-

            -Muy bien hermosa-

            -Anoche no vi que trajineras esas muletas Alessandro, te terminaste de lastimar anoche-

Todos ríen en la mesa excepto la chica, que, aunque no la estoy viendo, siento su incomoda mirada escaneándome.

            -Que bien te conoce la futura madre de tus hijos Alessandro- abro los ojos entre risa y asombro, al comentario de Adrián.

            -Si Adrián lo sé, ¡ella es perfecta para mí! - agrega Alessandro con picardía -Pero tuve que dejarla ir, no disfruta de mi sentido del humor-

rio mirando a Alessandro y recordar que sus palabras son por que le di un golpecito en el pie, por fingir que perdió la memoria.

            -Alessandro ya perdóname- le digo con risa-

            -Suplica todo lo que quieras hermosa, ya lo nuestro termino-

            -Siendo así querido Alessandro ¡no molestes más a la linda Londinense y evacua! - reímos por el comentario de Adrián.

Bako retrocede el mismo corto paso que retrocedí yo, se hace al lado mío pasando una mano por mi cintura, mientras mira a Adrián.




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