Conociendo al seductor (editando)

Capítulo 31

Feliz Lectura...

 

 

¡No eres celoso por lo que vez, si no por lo que imaginas!

 

Fui a mi auto con tal de quitarme de encima a estas dos chicas del lado, veo que los hombres que venían con ellas, me miran con fastidio. Como si yo tuviera la culpa que sus compañeras les hayan resulten tan resbalosas. Ya me fastidian y su cercanía me empalaga. Por alguna razón, entre menos interés le muestro una mujer, estas más se me acercan. A estas dos quisieras poder enviárselas como un paquete contra entrega.

Esperaba que al regresar con la guitarra ya se hubieran ido, pero aún continúan sentadas en el mismo lugar, mientras me esperaban, le coquetean a Geovanny y a Daniel.

¿Dónde están sus novias que los dejan solos, y donde esta Amalia que hace tiempo no la veo? ¿para dónde se fueron las tres?

Noto la reacción inmediata de las dos empalagosas al ver la guitarra en mis manos, sus ojos se iluminan, creo que ahora si no se querrán ir. 

Al sentarme una se acerca a mí y la otra se queda conversando con Daniel y Geovanny, ¡cuando aparezca Diana y Mariana los van a colgar!

Toco una sonata, pero no quiero cantar, solo tocar mi guitarra, tratando de no escuchar a la rubia que tengo al lado, pienso un poco en la rabia que me dio el ver el auto del ex noviecito de Amalia tan temprano parqueado al frente de su casa esta mañana, (empiezo a tocar más rápido). La chica que está a mi lado se cuelga de uno de mis brazos, en ese momento veo como su amiga llega a mi lado.

Miro hacia donde esta Daniel y su cara está descompuesta, Diana lo mira de frente, tiene la cara roja.

-Hoy habrá un muerto en el desierto- hablo tratando de minimizar la tensión que se acaba de formar entre ellos, Geovanny está peor, se levanta y sale corriendo detrás de Mariana que se fue dejando polvo.

Recuerdo a Adrián, cuando dijo que esos eran los imprevistos del amor.

Definitivamente esos líos no los quiero en mi vida. Con lo de esta mañana fue más que suficiente. No se puede negar que siento incomodidad en mi ser. Baje de mi auto confiado en que echaría al mequetrefe de Cristian de su apartamento al verme, por eso tome la caja de flores, pero ella decidido que el que se tenía que ir era yo. Me pregunto ¿porque solo no me dejo seguir?, y decirle al idiota que se fuera. Me dolió el ego al ver que yo estaba equivocado, pues lo prefirió a él, como si el tipejo me fuera competencia. Estaba confiado que al verme le diría que se fuera.

Toco mi guitarra, como cual bella señorita veo que se hace al frente mío a bailar, pero detrás de la fogata, se ven tan sensuales sus sutiles movimientos, lo hace tan acorde a mis notas que parece una cuerda más en mi guitarra. Me motiva a tocar para que mi música invada su cuerpo, y permitirle ser una nota más en el pentagrama que he comenzado a tocar solo para ella.

Las preguntas me atormentan mientras toco. Continuo con mis notas mientras elevo un poco mi mirada para mirar Amalia, con mis ojos le pregunto ¿Por qué Amalia? -Por qué le pregunte si me invitaba a pasar, pero ella se quedó callada.

Toco más rápido mi guitarra, me acelera el recordar, ¡que ni siquiera intento excusarse!, ella solo prefirió quedarse en silencio.

Su pelo suelto baila con el viento que ha comenzado a soplar, y su cuerpo se mueve solo por el sonido de mi guitarra, Sus curvas perfectas, hacen armonía con todo el espacio a su alrededor.

Se ve hermosa detrás del fuego, siendo ella, tan única, y lo único que siento es ganas de levantarme y tocarla con mis manos, y saber si suena también como mi guitarra.

Es lógico que se ha parado al frente mío a bailar tratando de quitarme de encima a las dos chicas que están a mi lado.

Yo solo disfrutare de la vista que me brinda su cuerpo en este momento, aunque me siento tentado a ir junto a ella. Entre las sombras y la luz del fuego, su baile parece una invitación a dejarse seducir.  Pero no soy capaz de levantarme e ir hasta donde ella, el desplante de esta mañana fue lo último que pudo suceder con Amalia. Solo la veo desde aquí, pero queriendo una respuesta a una pregunta que solo puedo hacer con mis ojos ¿Por qué Amalia?

Pero en un momento todo cambia, uno de los idiotas que están cerca de nosotros se hace detrás de ella y desliza sus dos repulsivas manos por los costados del cuerpo de Amalia. Respiro profundo llamándome a la calma, mientras veo que el tipo está un poco alcalizado, tal vez por eso se siente con derecho de tocar a Amalia. Dejo de tocar mi guitarra para ponerla en suelo, porque le quiero partir la cara a ese infeliz. siento como mi sangre recorre mi cuerpo al ver que Amalia trata de zafarse, y el tipo no la suelta, la sujeta con un brazo contra su cuerpo y la toma de la cabeza tratándola de besar. El la aprisiona más hacia su cuerpo. Doy casi dos saltos hasta llegar a él, lo tomo de su ridículo buzo en V, me doy el gusto de partirle la cara de un puño antes de tirarlo al suelo. Lo veo en el piso medio aturdido, tomo el rostro de Amalia para que me mire.

- ¿Estas bien Amalia? - su mirada tiembla un poco, antes de responderme.

-Solo fue el susto Bako gracias-

Me acerco un poco a su oído




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