Conociendo al seductor (editando)

capítulo 37

 

 

Prefiero sufrir por amor, que sufrir por nunca haberlo sentido.

 

 

Despierto incómodo, me remuevo en el asiento mientras abro los ojos lentamente, en realidad quisiera dormir un poco más producto del cansancio, pero estoy sumamente incómodo. Miro hacia la silla donde estaba Amalia y veo que ya no está.

Dirijo mi mirada al espejo retrovisor y veo su reflejo en este, está mirando al horizonte junto con Diana y Daniel, es un bello amanecer, ya ha dejado de llover.

Respiro profundo pensando, ¡me deje cejar y a la vez envolver, por la luz que irradia Amalia! tengo una extraña sensación de que esto puede salir mal. Existe un sabor dulce con sal en mi interior, es la ansiedad producto de la situación presente, que se entrelaza con una similar que dejo marcas y heridas en el pasado. El recuerdo de ella en mi vida de hace varios años, trae a mi consiente la oscuridad que guardo por tener cautivo en mis pensamientos a un ser que me niego a soltar. Pero de alguna manera al ver a mi hermosa Amalia me hace querer dejar de luchar por mantenerla en mi presente después de tanto tiempo, ella se llevó todo lo bueno que tenía para dar, mi confianza para creer en alguien. Respiro profundo pues recordar su rostro hace que se agite cada parte de mi cuerpo, porque mis dudas tienen nombre ....

¡Amalia, hasta donde estarás dispuesta a llegar!, la veo desde mi auto, ella es tan hermosa que parece un bello espejismo en mi desierta soledad, algo que no estaba buscando pero que me hace feliz haberla hallado.

Tantas veces he estado aquí, en varias ocasiones solo, cuando he tratado de huir de mí mismo. Pero este desierto después de anoche será un maravilloso recuerdo.

Desde que la dibuje inconsciente, me di cuenta que había calado en mis pensamientos sin darle permiso, trate tantas veces de no acercarme de esta manera a ella, porque desde que vi a Amalia note que ella no es de esas personas que pasan momentáneamente por la vida de alguien, ella es de las que se queda tatuada en el alma.

Siempre he tenido claro lo que quiero de Amalia, de ella ¡lo quiero todo!  no quiero lastimarla, y con todo y mis demonios espero que eso no suceda.

Quien creyera que entre su vida y la mía existen similitudes, no sé por qué mintió al decirme que era solo su mamá y ella. Daniel me conto que perdió a sus padres cuando tenía 8 años. Jamás me lo hubiera contado mi primo, lo hizo porque en realidad la quiere como a una hermana, y me lo contó con el ánimo de que me alejara de ella para que no la lastimara, pero soy egoísta y la quiero para mí. Sonrió con satisfacción al recordar que Amalia es quien ha decidido estar conmigo, le pregunte de una manera fuerte si estaba segura y aunque pensé por un momento que se retractaría, me dijo que era conmigo con quien quería estar.

Sentí rabia al ver cómo le duele lo sucedido con su ex novio. No lo creo capaz de haber tratado de drogar a Amalia, y aunque ella se equivocó en haberlo juzgarlo, tiene toda la culpa por no estar pendiente de ella.   

Definitivamente todo le sale mal con mi hermosa Amalia, como la deja botada por ese mal entendido. Debió sentirse molesto, pero debió medir mejor sus pasos. Yo hubiera hecho lo mismo, pero no si se tratara de mi hermosa londinense, eso cambiaria todo, ella es muy impulsiva para imaginar, eso hace parte de ella. Así me viva martirizando con sus juicios apresurados, pinta su aire que la hace tan única.

La miro por el retrovisor, y confirmo mis pensamientos ¡ella es cautivante!, su pelo negro baila por el viento, y su escultural cuerpo se marca en una bella sombra que crea el sol en la arena. Es en definitiva la chica más linda que he visto.

Reviso mi celular y noto que tengo un mensaje de Adrián.

Bako, tenemos un problema con la editorial que representa Paloma.

Coloco mi mano sobo mi cien, arrepintiéndome de cada momento que pase con Paloma, ha sacado sus garras. Ayer en la tarde llamo para invitarme a tomar algo en la noche y cuando le conteste que estaba por fuera de la ciudad, me amenazo con echar a tras el proyecto si la seguía evitando.

Llamare luego a Adrián, aún es muy temprano, es domingo y son las 7 am debe estar durmiendo. Bajo del auto y mientras camino hacia a Amalia persigo su suave olor a nardo, se ve delicada sutil, exquisita. La escucho reír al escuchar a Diana decirle que por fin se le estaba quitando lo mojigata. Aclaro mi voz, mientras me acerco a mi bella novia para darle un beso en su mejilla, mientras la abrazo pegándola a mi cuerpo.

-¿qué primo, ahora escuchas conversaciones ajenas?-

Me causa gracia el comentario de Daniel y con sarcasmo le respondo -  no me gusta escuchar conversaciones tan intimas entre señoritas-

Diana ríe fuerte, mientras Daniel la mira con los ojos abiertos – cielo, no lo apoyes por culpa de él estamos aun con nuestras ropas húmedas-  Diana me mira con gracia fingiendo estar enfadada.

            -Bako, no veo la necesidad de hacer sufrir a Mariana y a mí con tus bromas hacia ellos- la miro simple y le contesto, -Diana, yo no controlo el clima, como puedes ver es señal del cielo mostrando que debes seguir un nuevo camino-

Siento un leve dolor en mi brazo, la delicada flor que tengo por novia me ha dado un puño sutil. –Amalia tú te lo buscaste- le hablo suavemente a su oído y siento como queda rígida, su piel se eriza, su reacción solo me entusiasma a castigarla-  pero por lo pronto la torturo con mis palabras - hermosa mía, aprende a medir tus palabras y actos, porque yo no soy de los que amenazan yo ejecuto-




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