Conociéndote

Capítulo 20

Esta historia estuvo inconclusa durante años, pude retomarla y nos queda muy poquito para el final. Gracias por leer

---------------------------------------------------------------

Helena había hecho una lista de cosas que podrían gustarle a Ben, pero nada parecía convencerla. De verdad quería algo especial, algo que contuviera lo que él significaba en su vida, lo mucho que había cambiado su vida. Ben había sido un puente hacia una mejor versión de sí misma, él le había permitido dejar atrás el pasado y encaminarse hacia el futuro. Un futuro que, por primera vez en mucho tiempo, la entusiasmaba.

Sin embargo estaba segura que no había algo que pudiera envolverse en papel y transmitiera ese mensaje

Pensó que justamente ese sería un buen regalo, decirle a él lo que sentía, incluso compró una tarjeta y empezó a escribirla, pero luego la rompió y la descartó. Ella no era esa clase de chicas, las frases escritas sonaban absolutamente cursis, y estaba segura que moriría de vergüenza si Ben lo leía delante suyo.

También pensó en cocinarle algo, pero eso sonaba mucho más absurdo.
Se sentía totalmente frustrada, hasta que finalmente encontró algo.  Era un objeto y se podía envolver como cualquier regalo, pero también tenía un significado especial de lo que él era para ella y lo que ella deseaba ser para él.

Ben también estaba entusiasmado, por primera vez, esperaba la visita de helena y su familia. Su cumpleaños siempre lo ponía ansioso, sacaba a flote sus miedos, sus inseguridades, le recordaba quien era, o mejor dicho quién no era.

Y todo eso que estaba latente en él  salió la superficie cuando su padre volvió de viaje.

Habían terminado de cenar y su madre le comentó sobre los planes de Ben para el cumpleaños.

-Lo siento, Ben, pero organicé una cena con Douglas y su familia ese día. Deberás postergar tu reunión.

-No – dijo él escuetamente.

-Podemos reunirnos con ellos la semana que viene.  Tengo negocios que resolver con Douglas y solo estará este fin de semana en la ciudad así que iremos a cenar con ellos.

-Es mi cumpleaños- dijo él irritado.

-Lo sé, se me pasó, Benedict. Lo festejaremos luego.

-Claro, no es tan importante, ¿verdad? No lo olvidarías si yo fuera tu hijo.

-¿Qué dices?- preguntó su padre y Ben estalló como nunca ante solo había hecho.

-¡ESO NO SOY TU HIJO! ¡NO DE VERDAD! Por eso no te importa ni mi cumpleaños ni lo que yo quiera

-Ben- intentó intervenir su madre.

-¡¿Qué rayos pasa contigo?! – preguntó su padre de pie enfrentándolo, pero lo que Ben había estado escondiendo en sí mismo, se había desatado como una tormenta.

-Como si te importara – respondió y se marchó de la casa dando un portazo.

-¡Benedict!- lo llamó su madre pero no la escuchó.

-Déjalo, está siendo un malcriado ¿Cómo se suponía que adivinaría que  tenía algo previsto para su cumpleaños? Nunca antes le ha importado.

-De eso se trata, nunca antes le importó, hasta ahora – respondió su esposa preocupada.

Pasaron las horas y Ben no regresó.

 

Helena se despertó con la llamada de teléfono, somnolienta tomó el  celular y vio que era la madrugada.

-Hola – contestó medio dormida

-¿Helena?- preguntó una voz que no reconoció.

-Sí, ¿quién habla?

-Soy la madre de Ben, ¿está él contigo? – cuestionó la mujer y su voz sonaba angustiada. Lena  se despejó inmediatamente.

-No, no está conmigo ¿Qué sucedió? – preguntó alarmada y la madre le contó lo sucedido.

-Además no llevó su teléfono, no sé dónde buscarlo. Sé que él regresará cuando se calme, pero no sé qué hacer. Mi marido está dando vueltas en el auto buscándolo, pero no lo hemos encontrado aún- confesó.

-Lo buscaré también. Y les avisaré si se algo- dijo levantándose.

-Gracias, Helena.

Lena se levantó deprisa, la verdad era que si él ni siquiera tenía teléfono , no sabía ni dónde empezar a buscarlo, pero Ben estaba mal, era todo lo que le importaba.

El ruido que hizo al  vestirse y buscar sus cosas despertó a su hermano.

-¿Dónde vas? – le preguntó al verla en el comedor.

-Ben tuvo una pelea con sus padres y se fue de la casa, no saben dónde está. Voy a buscarlo.

-Helena es la madrugada, ¿dónde vas a ir?

-Te busqué muchas veces de madrugada – respondió ella, no había querido sonar así de dura, pero estaba preocupada por su delegado.

-Es verdad. Al menos deja que te acompañe.

-No, iré sola.-respondió, sentía que Ben no necesitaba a extraños, pero sí a ella.

-De acuerdo, pero espera –dijo y regresó unos minutos después- Abrígate, toma dinero, anda en taxi que es muy tarde. Y lleva esto porque dudo que  tu chico haya salido abrigado en su primera fuga – agregó extendiéndole un abrigo que era de él.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.