Capitulo 3.

Kelya. 

    Se suponía que hoy en la tarde mi prometido arribaría en Somnia Terra. Había tenido una semana para hacerme a la idea de llamarlo de ese modo y aún así no había logrado hacerme a la idea. No se me hacía fácil ni llevadero el hecho de que siete días atrás era una joven de 17 años estudiando y preparándome para conocer otros mundos y ahora en cambio estaba paseándome por mi gran habitación mientras observo la ciudad a través del gran ventanal, miró sus fronteras como si ellas tuvieran respuestas para mí. En el fondo creo que ellas ocultan algo que yo no se y eso solo me da más curiosidad, deseo descubrir que hay más allá de los límites de la gran ciudad, pero mis padres jamás nos permitieron salir más allá de los muros. Soy la menor de cuatro y hasta hace unos días era la única soltera y por eso también fui la única opción para el compromiso; Eilana se había casado con el jefe de la ciudad Ikurus, Aldar el único varón de los cuatro estaba casado con la heredera de Okora y Zalia decidió casarse con la hija menor de la familia Amira en la ciudad de Akira, estás últimas habían provocado un gran revuelo entre sus ciudadanos por ser ambas mujeres, pero cuando sus padres y los míos aceptaron la boda todo se tranquilizó. Así pues mis padres habían llegado a un acuerdo con la tierra, luego de celebrado nuestro compromiso comenzarían a enviarnos suministros médicos, comida e incluso agua. Hasta hace una semana atrás yo no tenía idea de que tan mal estaba nuestro mundo, los líderes de cada ciudad incluyendo a mi familia habían hecho un acuerdo de confidencialidad para evitar que la población sucumbiera al pánico, pero ahora sabiendo lo que sé la ciudad ya no es igual ante mis ojos.  

-Antes era una ciudad llena de vida y prosperidad, ahora solo la veo como una ciudad agonizante. ¿Cómo no me di cuenta antes de lo que estaba pasando Cyn?  

    Cyn volteó a verme con sus ojos cian iluminando la habitación en penumbras, torció su cabeza como si estuviera analizando la pregunta sin saber que responder.  

-Quizá no presto la suficiente atención a su entorno, puede que las señales siempre hubieran estado presentes, pero usted las pasó por alto sin querer.  

     Observé a mi amiga y confidente, algo que muchos no aprobaban ya que Cyn era un robots. Decían que no era normal ni natural que tu mejor amiga fuera una máquina, pero a pesar de lo que otros decían, ella era la única que me conocía a la perfección y la única en quien realmente confiaba. 

-Si, quizá tengas razón y no vi las señales sin querer o no quise verlas; después de todo, no es fácil ocultar un mundo agonizante. 

-Lamento interrumpir nuestra plática, pero creo que debería alistarse para la llegada de Eithan Collins. 

-¿Quién? 

-Eithan, su prometido. 

-Oh, si, él.  

    Eso era otro de los pocos detalles que sabía de él. Hasta el momento en mi lista tenía que era Eithan Collins, 18 años, era mi prometido y era humano. Esa era toda la información que me había sido proporcionada.  

-Tranquila Cyn, ya estoy lista. 

-¿Entonces irá así? 

-Por supuesto, ni que fuera alguien importante para ponerme elegante. Un vestido de noche normal como esté será más que suficiente. 

-Si está bien con esa decisión, no tengo más que decir.  

    Ella se fue y quedé sola en mi habitación observando un mundo tan vasto y escaso a la vez