"Conquista-Me."

Capitulo 5.

Eithan. 

    Cuando bajé de la nave y pise el frío y metálico suelo supe que no estaba en casa. Fui atacado por un sinfín de aspersores con diferentes desinfectantes y demás mientras una voz robótica me indicaba que era parte del protocolo para aterrizar e ingresar al planeta. Por mi parte estaba más interesado en cuáles serían las reglas que no deberían de romperse si quieres permanecer aquí, pero como mi idea era irme entonces tendría que romper unas cuantas. Cuando la tortura de gases finalizó, unas compuertas se abrieron y al otro lado divisé cinco figuras de pie esperando mi ingreso. Dos de ellas estaban juntas y tomadas de las manos, supuse que serían los padres de mi prometida. Una más pequeña intentaba esconderse en las sombras mientras que las restantes estaban apostadas en cada extremo de la habitación dando a entender que eran la seguridad. Comencé a avanzar con pasos lentos intentando demorar lo máximo posible las presentaciones, pero ellos saludaron inmediatamente. 

-Sr. Collins.   

    Tuve que reprimir la necesidad de reírme ante aquel saludo tan formal. Se suponía que ahora seríamos una gran familia feliz, aunque quizás debería haber obviado lo último. 

-No se preocupen por las formalidades, pueden llamarme Eithan; después de todo ustedes serán mis suegros. ¿Verdad?  

      Era gracioso verlos mirarse entre sí sin saber que decir o que responder a cambio. 

-Supongo que eso es un sí.  

    Cuando las palabras salieron de mi boca sentí un poco de arrepentimiento, estás personas tampoco habían tenido elección. El ruido de un “plop” llamo mi atención y desvíe mis ojos hacia la pequeña figura que intentaba ocultarse en las sombras y no demostrar su curiosidad. Debo admitir que me esperaba unos seres con extrañas extremidades o artefactos implantados, pero en su lugar una chica de bellos ojos celestes cristalinos, con la piel blanca y su cabellera del mismo color me observaba atentamente como si intentara leerme. Su apariencia hizo que mi mente evocara el recuerdo de una fotografía perteneciente a una familia que nunca conocí ya que era de otro siglo. En ella se les veía felices mientras festejaban algo llamado navidad en medio de un bosque de pinos, esos de los que en la actualidad solo existe uno y su tamaño no rebasa al de esta habitación; la nieve cubría sus ramas mientras la familia sonreía feliz por estar en ella. Navidad y nieve, dos palabras que estaban prohibidas en la tierra y de las cuales nadie sabía su verdadero significado, pero esta chica me las recordaba por alguna razón, ya que cuando yo observaba ilegalmente esas fotos de recuerdos ajenos en mi interior despertaba algo, un sentimiento que era difícil de reconocer, pero a su vez se sentía bien, era… lindo y ella era linda. De hecho era hermosa. 
 




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