Kelya.
En la sala el silencio reinaba y la única iluminación provenía de la pantalla encendida dónde al otro lado una mujer de cabello negro y un hombre entrecano esperaban nuestra llegada. Me sorprendió ver que los padres de Eithan no se parecían en nada a él; en nuestro planeta generalmente los hijos heredaban uno o incluso más de un aspecto de sus padres, yo por ejemplo tenía los ojos de mi madre y el cabello de mi padre, solo que él había decidido cambiar su tono alegando que con cabello oscuro la comunidad lo tomaría más en serio. Jamás había entendido porque tu color de cabello debía asegurarte el respeto de los demás, pero mi padre así lo creía y firmemente.
-Hola señora Ambrouse.
-Ustedes, nos engañaron.
-¿Cómo? Por supuesto que no querida. Hicimos un trato y se está cumpliendo.
-¡Jamás acordamos que ustedes podrían invadir Somnia Terra!
-¿Ah no? Porque revisando los acuerdos que ustedes establecieron en su “constitución” o como sea que ustedes le llamen, existe una línea en la que quedo claramente establecido que si una familia creara vínculos con otro planeta entonces este podría tomar decisiones sobre Somnia Terra al igual que la familia al mando.
-Aun no nos hemos casado madre por lo que esa ley no es aplicable.
Eithan se colocó frente a mí como si intentara protegerme de los ojos de sus padres quienes sonrieron ampliamente antes su comentario.
-Ya basta Daniel, ya no quiero continuar con esta farsa. ¿A caso no notas que estamos discutiendo con unos niños?
-Lo sé Samanta, pero habíamos acordado acoplarnos al plan hasta el final.
-¿Y qué no es este el final de todo? Nuestras tropas ya están por aterrizar y el virus ya está haciendo lo suyo también, yo creo que es la hora de revelar la verdad a nuestro hijo… o mejor dicho a ese niño que criamos e hicimos creer que era nuestro hijo.
-¿De qué están hablando?
Eithan lucia impactado ante la noticia mientras que su madre fingía estar dolorida por lo que acababa de decir. En ese momento el Coronel Torres ingreso a la sala de videoconferencia junto a Redmond, Sander y otros cuatro más.
-¡Levanten las manos! ¡No intenten nada!
-Torres. ¿Porqué será que no me sorprende que tu seas quién se opone contra el orden natural?
-¿Orden natural? ¿A caso te estás escuchando Samanta? ¡Esto no es un orden natural! ¡Es una masacre, un genocidio!
-¿Genocidio? ¿Masacre? ¿De qué diablos nos estas acusando?
-Es lo que están haciendo en el proceso de invasión a Somnia Terra.
La madre de Eithan comenzó a reír al tiempo que bajaba sus manos, su esposo por otro lado continúo con las manos en alto y en su mirada se veía el dolor y arrepentimiento.
-Esto no es una invasión, ni una masacre ni nada de eso, esto es recuperar lo que es nuestro y es la finalización del experimento ST2224.
-¿Experimento?
Mi voz sonó un tanto ahogada y mi madre solo guardo silencio mientras observaba toda la situación.
-Ustedes pequeña mocosa son un experimento de nosotros y tu Eithan eres parte de eso, mezclamos tu ADN con el de estás criaturas que nosotros mismos creamos genéticamente. ¿No lo entienden? ¡Ninguno de ustedes existió jamás!