Las manos me tiemblan, estoy frente al lugar en el que Henry me cito, es el edificio de apartamentos más prestigiosos de San Francisco. Entro en el edificio registrándome y dirigiéndome al ascensor para subir hasta el Penthouse, no esperaba menos de él, ese hombre nada en dinero y por eso el que le negara solo una mísera de su dinero a mi hija me enojo más.
Las puertas se abren y mis manos sudan, las limpio en mi vestido y camino dentro del recibidor, es un sitio amplio y lujoso, por donde lo vea, en la mitad de la sala está él con una camisa blanca a la medida que deja ver su cuerpo trabajado y una bermuda negra.
—Llegaste quince minutos tarde.
—Tuve un problema y te agradecería que termináramos rápido con esto, mi hija me está esperando —gruñe apretando el vaso de vidrio que tiene en su mano.
—No voy a estar con una mujer que parecerá un maniquí, las cosas no son asi, vamos a hablar y después seguiremos a la acción —niego.
—No, no puedo hacer eso, Emilia necesita recibir su medicamento a las siete, debo estar antes.
—Ya me encargué de eso, mi madre estará a esa hora en tu casa para ayudar con tu hija.
—¿Por qué hiciste eso?, no puedes tomar decisiones sin antes tomar mi opinión, lo que pase con mi hija no es de tu incumbencia — Su expresión se contrae en enojo y doy un paso atrás.
—No discuto lo contrario, es tu hija, aunque lleve mi sangre jamás la veré como tal, en eso estamos claros, pero no puedo negarle a mi familia que quiera acercarse a ella.
¿Y eso debería importarme?, no pueden solo aparecer en la vida de mi hija como si nada, las cosas no funcionan asi, ¿que quieren?, ¿que ella las ame y trate como lo que son cuando los casi cinco años de su vida no supo de ellas?
—No voy a negar que la vean, pero antes deben consultarlo conmigo, es mi hija, nunca supo que tenía más familia que su tía Alisson y yo, no podemos solo imponerle cosas de la noche a la mañana —digo indignada por lo que hizo.
—Bien, lo tendré en cuenta, ahora deja el show y mejor cenemos —dice señalándome un lugar a su lado. Observó en esa dirección y veo el comedor con muchas cosas sobre él.
—Esto está mal, no podemos cenar como si esto fuera una cita, me obligaste a hacer esto a cambio de ayudar a mi hija que está muriendo. ¿Qué esperas con todo esto?, ¿que olvide la bajeza que hiciste? —Solo dos pasos y lo tengo frente a mí.
—No busco nada, solo quería hacer que esto fuera más cómodo para ti, pero si quieres hacer las cosas difíciles, pues bien, hagámoslas difíciles.
Sin más se apodera de mi boca haciendo que un jadeo salga de ella, esto no es normal para mí, después de cinco años siento los labios de un hombre sobre los míos. No se que hacer y él parece notarlo porque se separa para observarme con furia.
—¿Qué pasa contigo? —Agacho la mirada cuando siento como mis mejillas se calientan.
—Fue verdad cuando te dije que no había estado con nadie más.
—Pensé que hablabas íntimamente, no puede ser verdad que no hayas besado a nadie más.
Esto es tan incómodo para mí, no es fácil que un hombre como él, con tanta experiencia esté conmigo, yo no sé nada, él ha sido el único hombre con el que he estado, es por eso que con solo ese beso hizo que todo dentro de mí se moviera con fuerza.
—Pues sí, es asi, cuando descubriste que era hija de una familia conservadora, no te equivocaste, jamás había estado con un chico y mucho menos había dado un beso —ríe negando y eso me enoja.
—Rayos, esto no me lo esperaba —Me alejo para acomodar mi pelo que se revolvió cuando él me tomo de allí.
—Lo siento si no lleno tus expectativas, pero no imagine que llegaría a hacer algo como esto.
—¿Entonces porque lo haces?
—Porque no tuve otra salida, mi hija es lo primordial —Asiente mirándome muy serio y con sus ojos brillosos.
—¿Eso quiere decir que lo harías con otra persona?
—Busque todas las soluciones posibles, nadie quiso ayudarme, ni tú, haría lo que fuera por mi hija, aunque eso sea entregar mi cuerpo a un hombre como tú.
—¿Cómo yo? —Asiento —. ¿Y según tú?, ¿como es un hombre como yo?
—Cruel y sin corazón, aun sabiendo que Emilia era tu hija te rehúsas a conocerla, ni siquiera te diste la oportunidad de ver lo maravillosa que —Mis ojos se llenan de lágrimas por eso.
—Eso no es tu problema, tengo mis razones y tú ni nadie me hará cambiar de parecer.
—Está bien, solo espero que más adelante no te arrepientes.
Toma de nuevo mi nuca para acercar su rostro al mío y cuando nuestros labios están cerca, siento como se apodera de ellos, es una sensación extraña para mí, pero también my conocida, no sé cómo explicarlo.
Henry hace que me aferre a sus caderas para subir las escaleras conmigo en esa posición, mientras me besa las ganas de llorar se apoderan de mí, ¿que estoy haciendo?, esa pregunta se repite una y otra vez en mi mente, pero al recordar el rostro de mi hija, recuerdo porque hago esto, todo por ella, todo es por mi hija.