Conspiración

Oswaldo

—entonces nadie sabe lo que ocurrió, ¿Tampoco ninguna de las cámaras del interior grabó nada? — cuestionó Oswaldo Altamirano, uno de los agentes que había sido llamado a investigar el tiroteo del recinto de convenciones

—no agente, las cámaras junto con el sistema de alarmas fueron desactivadas, y según uno de los sobrevivientes, los atacantes no dieron tiempo a los guardias de reaccionar— respondió uno de los oficiales de policía que se encontraba cerca de el

—¿Exactamente cuántas personas sobrevivieron? — el agente se encontraba mirando como el equipo de médicos forenses se encontraban retirando los cuerpos del lugar

—no muchos, fueron solo unos 15, entre gente del staff, empresarios, y claro, los presidentes que se encontraban ahí, solo un par resultaron ilesos, los demás resultaron heridos, pero ya fueron trasladados al hospital más cercano, se espera que todos sobrevivan—

—de acuerdo, iré al hospital a entrevistarme con los sobrevivientes, puede que alguno haya visto algo o a  alguien, lleva todas las pruebas a mi oficina en la fiscalía, además manda llamar a la agente Adriana Méndez, dile que me encuentre en el hospital— pidió saliendo de la sala donde se había producido el ataque, el oficial lo miró de mala manera, pero aun así fue a cumplir sus órdenes, el joven agente percibió esa mirada, sin embargo no le tomo importancia, la mayoría de policías hacia lo mismo, no les agradaba que alguien más joven que ellos les diera órdenes, con sus 26 años recién cumplidos era uno de los agentes más importantes del estado, desde que era un adolescente su sueño había sido trabajar en el departamento de justicia, ahora que se encontraba cumpliendo ese deseo, no quería fallar en su tarea.

Después de conducir por unos minutos llegó al hospital, bajo de su auto entrando al complejo, donde la mayoría de los doctores estaban vueltos locos debido a la cantidad de heridos que habían arribado, se dirigió hacia una enfermera que pasaba cerca de él, y después de intercambiar unas palabras, lo guió a la habitación de uno de los hombres sobrevivientes

—señor Martínez, soy el agente Oswaldo Altamirano, estoy aquí para hacerle un par de preguntas acerca del incidente de esta tarde— se acercó al trabajador, quien solo mostraba raspones y algunos moretones en su cuerpo, el hombre lo miró de pies a cabeza antes de soltar alguna palabra

—lo siento agente, pero no seré de mucha ayuda, no vi casi nada del incidente, cuando me di cuenta de lo que ocurría uno de los atacantes disparó hacia nosotros, uno de mis compañeros o más bien el cadáver cayó sobre mí, ocasionando que me golpeara contra una mesa y el suelo, puedo decir que lo que ocurrió fue horrible, solo escuchaba gritos y pasos… corrían por todos lados y mis compañeros… oh por dios… mis compañeros están muertos— relató el sujeto tomando su cabeza entre sus manos, se veía bastante afectado por lo que había sucedido, Oswaldo se acercó a él palmeando su hombro murmurándole palabras de alivio

 —esto no funcionara, debemos ir a interrogar a alguien que no esté traumado por el asunto, este no nos sirve— escuchó salir de la boca de una mujer, se giró hacia la puerta y vio a su amiga de la infancia, Adriana Méndez, estaba recargada en el alféizar con sus brazos cruzados, el agente la miró con desaprobación, ella nunca tenía tacto para esas cosas, todo lo contrario a él, aun así ella era la persona en que más confiaba sin importar lo que hacía —no me mires de esa manera, sabes que es verdad, venga despídete de tu nuevo amigo y vamos por alguien cuyo cerebro funcione de manera que debe hacerlo— dijo dándole la espalda para retomar el camino hacia otro testigo, Oswaldo se disculpó de manera rápida con el hombre y salió de la habitación para seguir a su amiga

—no debiste ser tan dura con el hombre, acaba de vivir un infierno—

—¿y crees que es el único?, lo más seguro es que los demás están igual, aun así, espero que alguien funcione con normalidad, mala noticia, no nos dejarán interrogar a los benditos presidentes municipales, no creen que sea seguro— ambos agentes continuaron caminando por los pasillos del hospital hasta que una voz los obligó a detenerse

—¿ustedes son quienes investigan lo que ocurrió esta tarde? — preguntó un joven acercándose a ellos, no parecía tener más de 20 años y mostraba una herida en su hombro

—así es, ¿Cómo supiste a que veníamos? — respondió el agente mirándolo con atención

—los escuche hablando con el hombre de esa habitación—

—¿Por qué nos detienes?, ¿tú sabes algo o viste algo? — interrogó la agente Méndez sacando una libreta para anotar lo que el joven dijera, eso era algo más en lo que se diferenciaban, ella siempre estaba preparada con material para lo que sea que necesitará, al contrario de él que solía olvidar sus pertenencias donde sea que fuese 

—pude ver algo antes que esos hombres dispararan contra mí, estaba limpiando el piso cuando vi a un par de hombres entrar a la zona perteneciente al staff, después de un rato salieron, pero ahora vestían pasamontañas y cargaban con armas, al verme no dudaron en dispararme, afortunadamente la bala salió limpiamente por mi hombro— contó acariciando el vendaje en su hombro, Adriana anoto lo más relevante mientras Oswaldo pensaba en lo que acababa de escuchar

—viste a los hombres antes de cubrirse el rostro, ¿Cómo eran?, ¿recuerdas alguna seña particular? — cuestionó el agente interesado por descubrir algo más



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En el texto hay: policias, romance, accion

Editado: 23.07.2020

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