Conspiración

Mónica

Mónica

—me niego a trabajar en este caso si involucra a la agente Méndez— dijo el agente Iván Hernández, un hombre de 32 años quien era completamente fiel a la ley

—ojalá pudiéramos negarnos, por desgracia fueron órdenes de nuestro superior, así que debemos hacerlo si no queremos ser degradados— explicó el policía Alberto Fuentes, participaría en este caso usando sus habilidades como informático, era joven al igual que los agentes Oswaldo y Adriana, llevaba poco tiempo que se había graduado como ingeniero en computación por lo que esperaba que sus habilidades fueran de utilidad —a mí tampoco me agrada el hecho de tener que trabajar junto a ella, pero no podemos hacer nada para evitarlo

—escuchen, solo debemos aceptarlo, no sé, igual y hasta podría agradarnos cuando terminemos con esto— mencionó con tono conciliador la última de los agentes que trabajarían en el caso, Mónica Castañeda, una agente que llevaba poco tiempo trabajando en la fiscalía debido a que había sido trasladada desde el estado de Colima, sabía el porqué de la desconfianza en esa agente debido a que en ese lugar nada se mantenía en secreto, absolutamente todo se transmitía por medio de chismorreos

—te ves tan tranquila, hasta parece que disfrutaras de participar en este caso— señaló el oficial Fuentes

—vamos, para nadie es secreto que esta persona de aquí esta super enamorada de Oswaldo— mencionó Iván, la mujer lo miró con algo de reproche, aun así, no pudo rebatir la afirmación, se había sentido atraída al mencionado agente desde el primer día que lo conoció, sin embargo, nunca había cruzado más de dos palabras con él, siempre habían trabajado en casos separados, hasta este día

—bueno, ella es la única que está aquí por su propia voluntad, tu y yo lo que queremos es salir de esto— dijo Alberto resoplando, en verdad no quería formar equipo con esa mujer 

—entonces vete, créeme que nadie te detendrá y me harías un favor al no tenerte cerca— mencionó la agente Adriana entrando por la puerta de la oficina con Oswaldo detrás de ella 

—ganas no me faltan Méndez, pero eso sería complacerte y me niego a hacer algo que te alegre— los dos oficiales se encararon mirándose con desprecio, a pesar de que Adriana era bastante más baja que Alberto no titubeo al regresarle la mirada

—¡ya basta!, no toleraré este comportamiento en ninguno de ustedes, así que es mejor que aprendan a comportarse como un equipo—  solo esas palabras de un enojado agente Altamirano pudo hacer que los dos oficiales guardaran silencio —lo mismo va para los demás, si tienen algo en contra de trabajar juntos en este caso, les sugiero que se retiren de la oficina— los dos agentes restantes solo negaron con la cabeza con resignación

—y bien, ¿averiguo algo en la escena? — cuestionó Iván tomando asiento en una de las sillas que se encontraban ahí, los demás siguieron su ejemplo exceptuando a Oswaldo y Adriana

—debo decir que fue un golpe bastante bien ejecutado, en el recinto no pudimos encontrar mucho de utilidad, aun así, tenemos una pequeña pista acerca de uno de los perpetradores gracias al testimonio de uno de los sobrevivientes, uno de ellos es asiático—

—wow, que buena pista, con eso de que hay pocos asiáticos en el estado— el sarcasmo y su manera de hacer sentir mal a los demás era una de las grandes habilidades de Hernández

—es lo mismo que Adriana dijo, el plan ahora es revisar el metraje de las cámaras de seguridad de los lugares cercanos al centro de convenciones, como hoteles y restaurantes, también revisaremos las de seguridad que la policía tiene localizadas en las inmediaciones necesitamos toda la información que podamos recabar— Oswaldo dio las primeras órdenes del grupo con mucha firmeza, tenían que hacerlo rápido y eficazmente, después miró a su amiga haciéndole una pequeña seña con la cabeza, ella asintió para después dirigirse a la puerta

—yo iré a revisar las cámaras con los negocios cerca de ahí, sirve que así estos sujetos no se distraen por tener trabajando junto a ellos a alguien como yo— dijo tomando una chamarra junto a un par de llaves —por cierto, un gusto en conocerte agente Mónica, llevaba tiempo queriendo trabajar contigo, espero no seas como esos dos de allá—  señaló a los hombres que seguían ahí, quienes solo la miraron de mala manera

—el gusto es mío, he escuchado muchas cosas de ti, solo espero que sean mentiras— respondió mirándola extendiendo su mano, la otra mujer observo la mano que le ofrecía para después estrecharla

—honestamente no todo es mentira, así que, si escuchas algo más, cuéntamelo, yo te diré si es verdad o no— le sonrió para después salir del lugar, tenía que continuar con la investigación 

—bien, oficial Alberto necesito que revises todas y cada una de las cámaras del recinto, tanto dentro como afuera, tengo la esperanza que no cubrieron sus huellas de manera correcta— pidió al hombre que se encontraba sentado, él solo lo miro asintiendo para después salir hacia el centro de convenciones con el equipo electrónico que necesitaría para esa tarea —Iván, necesito que tu regreses al hospital, interroga a todos los testigos que puedas, siempre y cuando estén en condiciones de hablar, ya que, puede que algunos se encuentren muy afectados por lo que ocurrió, ¿está claro? — 

—considéralo hecho jefe, regresare en un par de horas— el agente Hernández se despidió de su compañera con un gesto de su mano y salió de la oficina, una vez la puerta se cerró Oswaldo se dejó caer en su silla con un gesto de cansancio



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En el texto hay: policias, romance, accion

Editado: 23.07.2020

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