Conspiración

Mónica V

Mónica V

Mónica no había podido dormir muy bien esa noche, entre el ataque que sufrieron, el accidente de su compañera y el hecho de que por fin tuvieran un sospechoso, llenaba tanto su mente que dejaba poco espacio para pensar en otra cosa, otro tema que no podía dejar de deambular por su mente, era su compañera Adriana, la mujer había hecho todo los posible por alejar a los atacantes y cuando lo logró, otro auto se estampó contra ella enviándola al hospital, el solo volverlo a recordar le hacía llenarse de impotencia, Alberto y Mónica solo observaron como el auto daba un par de vueltas antes de detenerse, sin poder hacer algo para evitarlo, Alberto quiso ir tras el atacante, pero la seguridad de Adriana era prioridad.

Todos esos pensamientos le hacían dar vueltas por la cama en la que dormía, incapaz de seguir así, se levantó con dirección al baño, seguramente un baño caliente haría el intento de relajarla un poco, la oscuridad aún predominaba en el cielo cuando Mónica entró a la cocina, según el reloj, no había podido dormir ni dos horas, llenó una taza de café para después entrar a la oficina, el trabajo debia continuar a pesar de lo ocurrido, con lo único que no contaba, era con que ya había alguien frente a una computadora 

—no debes preocuparte padre, Adriana está bien, solo fue un pequeño accidente— decía el agente Oswaldo sin quitar la mirada de la computadora, Mónica se acercó a su lado, para comenzar a trabajar en lo que habían descubierto

—aún así, es una irresponsabilidad lo que hizo, y no es la primera vez que conduce en estado de ebriedad, ¿que no piensa en daño que le hace a su futuro matrimonio?— cuestionó la voz de una mujer al otro lado de la pantalla, la agente Mónica fijó su mirada en las dos figuras con las que hablaba Oswaldo, un hombre y una mujer bastante parecidos al agente que hablaba con ellos

—como si nos dejaran olvidar ese detalle— musitó el joven mas para si mismo que para los demás —ire a verla en un par de horas y le trasmitire su mensaje—

—muy bien, aprovecha eso y tambien dile que la fecha de la boda se va a adelantar—

—¿qué?, ¿por que? — exclamó Oswaldo bastante molesto 

—fue idea de los padres de Adriana, no pueden consentir que su hija intente arruinar una unión tan importante con su comportamiento inmaduro, además...— Oswaldo cortó abruptamente la comunicación cerrando su laptop, ocultando su rostro entre sus manos

—los padres siempre son difíciles, sobre todo cuando sobreponen sus propios deseos sobre los de sus hijos— dijo Mónica en un intento de consolar al joven a su lado —mis padres dejaron de hablarme por un año entero después de saber que no estudiaría contabilidad como ellos y decidiera ser policía—

—teníamos doce años la primera vez que se comenzó a hablar acerca de un matrimonio, aceptamos creyendo que sería sencillo, en ese momento éramos solo niños— comenzó a relatar Oswaldo, la mujer a su lado lo miraba con atención, quería saber acerca del pasado del hombre, y así entenderlo mejor —en ese entonces solo una cosa teníamos seguro en nuestro futuro, terminariamos casandonos, pero conforme crecimos, fue más difícil aceptar lo que ocurriría, sobre todo por qué nos convertimos en dos personas completamente diferentes y, aunque no lo parezca, ya no estamos tan unidos como antes—

—yo creo que aún son los mejores amigos que alguna vez fueron, y tal vez, lleguen a ser felices juntos— dijo Mónica sin poder evitar sentir un nudo en la garganta, claro que no quería que Oswaldo se contrajera matrimonio con Adriana, pero tampoco quería ver a Adriana en prisión, o que los abuelos del joven murieran por dejar de tratarlos

—lo único que lograremos es ser infelices juntos, Adriana nunca dejará de amar a Diego y yo… estoy enamorado de ti— reveló Oswaldo causando que Mónica casi derramara el café que bebía, seguramente la falta de sueño le estaba jugando una mala pasada, pero el hombre frente a ella la miraba con toda la seriedad del mundo

 —¿es verdad lo que dices?—

—había algo diferente en ti la primera vez que te vi, no sabía la razón, pero al verte me volvía a sentir como un niño enamorado, fue Adriana quien me ayudó a comprender mejor lo que sentía— mientras Oswaldo explicaba lo recién dicho, Mónica continuaba mirandolo, mientras en su interior sentía tanta felicidad que parecía que iba a explotar, aunque había una nube negra en esa felicidad y era, que el hombre frente a ella, estaba a punto de casarse con su mejor amiga —¿estas bien Mónica?, parece que tu mente está en otro lado— 

—estoy bien, es solo que me tomaste por sorpresa— señaló la mujer intentando no tartamudear

—si te estoy haciendo sentir incómoda por mis comentarios, solo dimelo y me detendré— dijo Oswaldo desviando su mirada hacia el suelo, Mónica solo atinó a abrazar fuertemente al hombre, a quien sintió tensarse por el contacto 

—también estoy enamorada de ti Oswaldo, solo pensaba en algo que me dijo Adriana hace unos días— 

—lamento no poder hacer nada para evitar esa boda— dijo Oswaldo correspondiendo al abrazo de la mujer, duraron en esa posición por varios minutos hasta ser interrumpidos por el sonido del teléfono de Oswaldo, quien lo tomó para leer el mensaje que había llegado —Adriana ya despertó, debemos ir a verla—

—le diré a Iván y a Alberto que cuiden del sospechoso, y que más tarde continuen con el interrogatorio— indicó Mónica antes de salir de la oficina para continuar con la investigación, ya despues habria tiempo para pensar acerca de sentimientos y relaciones imposibles.



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En el texto hay: policias, romance, accion

Editado: 23.07.2020

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