Conspiración

Alberto III

Alberto III

El más joven del equipo de investigación salió un momento de la sala donde se encontraban interrogando al primer y, hasta ahora, único sospechoso de la matanza en el centro de convenciones, el hombre llamado Mauricio continuaba negando haber participado, una parte del joven creía en el, pero el asunto de la persecución aun lo inquietaba, había tratado de llamar al mismo número, el cual Mauricio alegaba pertenecer a su hermano, pero parecia que habia sido cancelado, eso aumentaba las sospechas hacia el corredor

—¿seguiras mintiendo acerca de la llamada?, Diego y Adriana nos confirmaron que eres hijo único— escuchó Alberto la voz de Iván seguido de un par de balbuceos del sospechoso, el agente más joven ahogó un bostezo mientras caminaba hacia la cocina por algo de café, mientras lo tomaba su mente comenzó a divagar con rumbo a su familia, a la cual llevaba años sin ver, no se arrepentia de la decisión de alejarse de ellos, pero en ocasiones, no podía evitar preguntarse si todo habria sido diferente de no haber entregado a su padre a las autoridades, de inmediato negó con la cabeza, ese hombre jamas cambiaria y Alberto no podía continuar viviendo con el ambiente violento que inundaba su hogar, a pesar de lo dicho por su madre, quien después del arresto, lo había corrido de la casa por arruinar, lo que ella consideraba, una familia normal y feliz

—¿como estara mamá?— se preguntó en voz baja mientras la mano que no sostenía la taza de café, jugueteaba con su teléfono celular, sentía un gran impulso para llamarla y saber acerca de su bienestar, después de todo, ahora Alberto se encontraba trabajando en un caso peligroso, si algo salía mal podía morir y su madre nunca lo sabría, aunque no estaba seguro de si ella quisiera hablar con él, soltó el aparato con pesadez antes de levantarse de la mesa y comenzar a deambular por el departamento, aparte del estudio en el que solían trabajar y la habitación en la que dormía, no conocía más de ese lugar

—¿te vas a dedicar a solo pasear por ahí?— la voz de su compañero Iván lo tomó por sorpresa haciéndolo casi tirar la taza de café

—demonios Iván, deberías hacer  algún ruido antes de hablar— dijo Alberto —¿ya dijo algo?—

—no, ese sujeto me tiene harto, tuve que salir antes de comenzar a golpearlo— se quejó el mayor caminando hacia la cocina seguido por su compañero

—tal vez eso significa que es inocente— 

—es posible, pero algo me dice que sabe más de lo que dice, tal vez no participó en el tiroteo, aún así, estoy seguro que participó de alguna manera— señaló mientras bebía el contenido de su propia taza 

—si el tiene algo que ver en esto, ¿crees que sus compañeros también?— cuestionó el menor tomando asiento frente a Iván, el aludido se quedó pensativo por un rato antes de finalmente responder

—es una posibilidad, esos sujetos obtienen dinero de recursos ilegales, robos, carreras ilegales, en ocasiones han lidiado con asuntos de drogas por lo que  no podemos simplemente excluir el asesinato—

—si te soy honesto, no creo que ellos estén involucrados, no parecían esa clase de persona cuando los conocí— defendió el menor recordando a los dos compañeros de Adriana, el mayor al cual la chica consideraba como una figura paterna y el menor, quien seguramente era capaz de dar su propia vida antes de lastimar a Adriana

—hasta que Mauricio no confiese, todo es especulación— señaló Iván terminando su café y levantándose de la mesa —por cierto, antes estabas deambulando por el departamento, puedes continuar, no le diré a nadie que estabas husmeando—

—no estaba husmeando, solo paseaba, además no puedes decir que no tienes curiosidad por conocer este lugar completamente—dijo Alberto a la defensiva

—claro que sí, pero no por ello quiero andar entrando a las habitaciones de los demás—

—no entraremos a los cuartos, solo quiero ver el estudio, Adriana siempre deja la puerta abierta, por ello supongo que no tiene algo que ocultar— Iván asintió a lo dicho y los dos agentes entraron al estudio, una vez dentro pasearon su mirada por los alrededores, no había nada fuera de lo normal, una computadora apagada sobre el único escritorio del lugar, un librero repleto de todo tipo de libros, una televisión en un rincón conectado a una consola de videojuegos y bastantes fotografías, las cuales captaron la atención de los dos hombres

—jamas habia visto a la familia de Adriana junta— señaló Iván con la mirada clavada en lo que parecía un retrato familiar con una Adriana adolescente, una mujer mayor bastante parecida a ella, el director general de la fiscalía y otra joven mayor a la agente

—no sabía que Adriana tenía una hermana— musitó Alberto mirando la fotografía

—su nombre es Andrea, lo último que supe de esa chica fue que trabajaba en Suecia, es una abogada bastante exitosa en ese país, ella y Adriana no parecen llevarse mal—

—para ser alguien que no la soporta, sabes mucho de su familia— señaló el joven curioso

—mi familia también es muy cercana a ellos, conozco a Oswaldo y a Adriana desde que eran niños, por eso estoy enterado de ese tipo de cosas— explicó Iván apartando la mirada de la fotografía familiar para continuar examinando las demás 

—¿entonces tu tambien entraste a la fiscalía por tu familia?— 



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En el texto hay: policias, romance, accion

Editado: 23.07.2020

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