Constante Amenaza; Part 2

CAPITULO 7

***

7 meses después

***

 

Narra Liz.

 

No hay nadie en el edificio a excepción de mí. Estoy buscando los últimos papeles que faltan y luego tengo que correr para ir a buscar a mi hija, esto de ir a un lado a otro me está matando y necesito esos papeles porque son fundamentales para el trámite que tengo que realizar.

–Tú – su timbre de voz ya me pone de los nervios – encerraste a mi papá, separaste a mis padres, eres una puta malvada y espero ojalá tu hija no sea como tú, me debes parte de la vida de tu hija. Mi papá tenía planes de matarla y matarte, pero hice que mis padres se alejen de ti, no quería que eso pasara y ahora tú los estás haciendo pasar por la peor de las condenas, lo encierras, haces que poco y más se pudra en la cárcel, mis padres jamás habían estado tan alejados y resulta ser que yo no sabía nada, haces todo a escondidas, siempre ocultas cosas e ignoras otras...

–No voy a dejar que me sigas insultando y reprochando las cosas Albert, deberías de informarte antes de abrir la boca, permiso – lo empujo a la salida, cierro la puerta detrás mío – Tengo cosas que hacer – paso a su lado, subo a mi auto. 

 

Narra Albert.

 

¿Cosas que hacer? No entiendo. ¿Qué me informe? Sigo sin entender. Necesito hablar con mamá.

Es extraño que Liz aun siga adelante mío, su departamento no queda ni cerca de donde está conduciendo. Estaciona frente a la casa de mis padres y ya estoy que me bajo a reprocharle, pero mis padres aún no saben que estoy en la ciudad. De casa, sale mi mamá. ¿Con una bebé? No entiendo. Liz baja del auto, saluda a mi mamá y toma en brazos a la pequeña. 

Okey, siento que me he perdido de muchas cosas ¿En qué momento pasó todo esto? Suben al auto, las voy a seguir, me mata la curiosidad.

Después de conducir 30 minutos aproximadamente, se detiene frente a un edificio federal.

 

Albert, deja de seguirnos, estoy cansada de que solo cometas errores, hijo. Liz me contó lo que le dijiste en la oficina, definitivamente deberías haber preguntado, antes de decirle todo eso. 

No hago más de contestar, mi mamá me reprocha y corta la llamada como si nada, ni siquiera alcancé a entender todo lo que dijo. Dios. Ahora mi mamá me corrige. No entiendo nada.

Del edificio sale Liz abrazada con... ¿Mi papá?

Mi mamá baja con la bebé en brazos abraza a mi papá y juegan con la pequeña. Se suben al auto. Los volveré a seguir. Me sorprendo al llegar a la casa de la familia Dallas. Bajan del auto y la mayoría de la familia, recibe a mis padres como si fueran los mejores amigos.

Hay un chico, lo conozco, saluda a Liz con un beso en los labios y toma en brazos a la niña. Todos se saludan e ingresan a la mansión.

Suena una notificación en mi celular.

 

Desconocido.

 

Si quieres, puedes pasar a celebrar el cumpleaños de mi hija, no hay ningún problema. Por cierto, soy Elizabeth.

 

No creo que ir sería apropiado, mamá dijo que los dejara tranquilos, eso haré. Aunque debo hablar con Liz. 

 

*Podría ser en la tarde*

Luego del cumpleaños

*En su departamento*

Si.

 

Narra Liz.

 

–¿Qué pasa? Amor ¿Te sucede algo? – Marcus se sienta a mi lado. 

Es la celebración del cumpleaños de mi hija y ni por casualidad he estado con ella. El incidente de hace un momento aun ronda por mi cabeza, no puedo negar que igual tenía cierta razón y siempre han dicho que la verdad duele, pero lo que dijo no es del todo cierto e igual me dolió. Además, me sentí patética contándole todo a Juliette, pero la verdad es que ella ha hecho de confidente y es muy buena.

–Nada, es solo que, me preocupa Emily – sigo creyendo que las mentiras piadosas son buenas.

–¿Por qué? – Marcus es tan dulce.

–El tema de que la alergia la someta a tener menos defensas, es tan pequeña y ya ha estado hospitalizada 2 veces por lo mismo, no la quiero tener en una burbuja, no quiero tenerla encerrada, se lo que se siente estar así.

–Amor, yo te dije que siempre iba a estar para ti, siempre voy a apoyarte y ayudarte en lo que sea.

–Marcus, no nos engañemos, nos vamos a casar solo por el interés y para entrelazar las empresas, nada más – sé que lo quería por una cosa, pero como que él no entendió los parámetros.

Me abraza, sé que el siente algo por mí, pero yo no quiero nada de él, hago esto solo por contrato. Firmé un contrato con su papá y lo voy a cumplir.

–Está bien, pero ya sabes, haré lo posible por tu corazón, además, en un mes nos casamos – me recuerda uno de los hechos que tenía para olvidar.

–¡Liz! – inconfundibles los gritos de Sam.

–¿Qué quieres Sam? – digo alejándome de Marcus.

–Amiga, tu hija está loca – ruedo los ojos.

–¿Qué pasó? Sam, mi hija tiene solo un año.

–Se ríe de todo, esa marciana se lo pasa riendo – protesta Sam y yo ruedo los ojos.

Vamos al comedor, ahí están mis amigos, mi familia, pero sin embargo, siento que algo me falta para ser absolutamente feliz.

–Liz.

–Dime Charles – veo que Emily está en la cuna con los gemelos, que tienen 7 meses.

–Gracias.

–No se merecen.

–Sí, te hiciste cargo de mi Hospital, sé que dirigirlo es absolutamente difícil, además tenías 2 responsabilidades más, tu empresa y mi nieta.

–Juliette también ayudó, ella cuidó a Emily.

–Y fue un placer estar con mi nieta, lamento que ahora nos vayamos de regreso a Miami, voy a extrañar a esa reina – dice Juliette, besa a Charles.

–No restringen su amor frente a mí, no quiero llamar a Cupido – digo bromeando.

Nos reímos. Tomo en brazos a Emily, Alex le paso a pegar con un juguete en su frente y mi hija es tan exagerada que poco más y grita por el solo golpe. Salgo al jardín con Emily entre mis brazos, amo a mi bebé con todo mi ser, es algo de lo que no me arrepiento.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.