Constante Amenaza; Part 2

CAPITULO 23

***

2 semanas después.

***

 

Narra Liz.

 

Me levanto de la cama sintiendo que me duele todo el cuerpo, Albert no está pero la puerta del baño está cerrada, así que sospecho que se debe de estar duchando o afeitando, me levanto y me pongo su camiseta que le quité ayer antes de ir a la cama. Camino en silencio y cuando abro la puerta sólo sonríe mientras se afeita frente al espejo.

–¿Admirando la vista?

–Una espectacular – digo divertida.

–Creo que mis camisetas te quedan mejor a ti que a mi – Se sigue afeitando, pero me mira por el espejo.

–¿Te parece?

–Me calienta la sangre verte así, amor.

Sonrío y me acerco a él, me apoyo en el lavabo mientras lo miro. Me besa y luego continúa en lo suyo.

—¿Te puedo confesar algo? – pregunto sonriendo.

–Claro.

–Me encantas – se ríe bajito y se lava la cara.

–Te amo – susurra.

Se seca el rostro con la camiseta que llevo puesta, me levanta haciendo que me siente en el lavabo.

–Eres increíble – susurra en mis labios cuando siente que no llevo nada bajo su camiseta.

Me besa las mejillas y me muerde, según él mis mejillas son mordisqueables, palabra que no existe.

–Hoy tengo que ir a una sesión de fotos – se queja mientras lo abrazo con mis piernas y brazos, sus manos acarician mi cintura.

–Te va a ir increíble.

–Yo quiero estar contigo – hace un puchero y sonrío divertida.

Lo abrazo aún más fuerte, es que amo a este chico. Me hace sentir libre, además de que me deja ser como soy y confiamos tanto el uno al otro que nos conocemos y confiamos en que el otro confía en el otro. Entonces prácticamente somos libres estando juntos.

–Sí, pero nosotras tenemos que salir con Mary para ayudarlas con la planificación de su boda.

–Cierto – admite haciendo un puchero – Voy a preparar el desayuno.

–¿Algo bueno?

–Lo mejor para ti – muerde mi barbilla.

–Mmm.

–Te doy tu espacio – dice sonriendo y yo lo aprieto contra mi cuerpo.

–Primero un besito.

–Con gusto.

Me muerde el labio inferior y luego me besa como si fuera el pétalo de una rosa, es como si temiera romperme cuando en realidad ahora deseo que me tome de pies a cabeza, pero mejor dejamos eso para la noche, mientras más deseo es mejor.

Me doy una ducha y cuando salgo del baño encuentro ropa en mi cama, ya me tiene mi outfit del día. Sonrío y me visto, me maquillo y me peino. Cuando voy a la cocina ya tiene el desayuno servido, pero él no está por ningún lado, sé que está con nuestra hija porque puedo escuchar su risa. Voy a buscar a mi hijo que comienza a llorar, de seguro fue la risa de Emily lo que lo despertó.

–Hola bebé – digo sonriendo.

–Mami – sonrío, porque fue la primera palabra que aprendió, la de Emily fue “galleta" y después papá.

Lo visto y lo llevo conmigo, Emily y Albert todavía están en la habitación, los paso a ver y están los dos acostados en el piso y tomándose fotos. Es que los amo por esto y más, me miran y se ríen juntos, se que algo me están ocultando porque tengo ese sexto sentido que adquieren las mamás, o algo así fue lo que me dijo mi mamá. Pero si que conozco a mi hija y me está ocultando algo, además Albert siempre que oculta algo se sonroja.

–Vamos a tomar desayuno.

–Vamos en 5, estamos teniendo una charla padre e hija – dice Albert.

Ruedo los ojos y les cierro la puerta, me voy con Asher que lleva su cabeza apoyada en mi hombro, es tan tranquilo mi bebé, aunque se potencia cada que llega Christie. Ahí se vuelve demonio, pero no le digo nada, porque cuando llega la mamá de la niña a mi me pasa lo mismo.

Me siento en uno de los taburetes y le doy pecho a mi hijo mientras que yo como tostadas con aguacate.  Luego llegan los otros miembros de mi familia y podemos desayunar juntos.

***

–Esto de revisar la banquetearía es lo que más me gusta – dice Sam.

Vamos llegando al salón donde confirmaremos que es lo que se va a servir durante la fiesta, luego de la ceremonia del casamiento de Mary y Andy. Tenemos que ir con mi hermana a cada lado, fue un encargo de Andy porque él no quiere ir a recorrer toda la ciudad con mi hermana tan indecisa.

–Nada de mariscos, de seguro, les aseguro que nadie quiere andar en el hospital con Seba, Sophie o Emy por intoxicación – les menciono.

–Eso seguro, nadie va a andar en el Hospital ese día – dice Mary.

Nos sentamos en la mesa que nos indicaron. Hay muchas cosas en la mesa de demostraciones, todas se ven deliciosas.

–Liz, acompáñame a ver que hay – me dice mi hermana. Yo me levanto de la silla y la sigo.

Llegamos y hay variedades de cosas, pero el olor del jamón me descompone el estómago. Maldición, ojalá y el baño esté donde lo recuerdo.

Las chicas llegan corriendo al baño.

–¿Qué mierda fue eso? – pregunta Rosie preocupada.

–¿Liz, te llegó Andrés? – pregunta Sophie tan ansiosa como desesperada.

–O sea, debería haber sido hace tres días, pero no creo que sea por lo que ustedes piensan.

–Como mierda no va a ser por lo que pensamos si tienes sexo todos los putos días…– reclama mi amiga.

–Hasta en la oficina tienen sexo – añade Rosie.

–Hagamos una prueba – Mary saca un test de su cartera.

–¿Por qué andas con un test de embarazo en la cartera? – le pregunta Luisa.

–No tengo ni la menor idea, solo lo encontré cuando tuve que pasar mi carnet de identidad – responde Mary relajada, como si el hecho de llevar un test de embarazo fuera de lo más normal del mundo.

–Ok.

Tenemos que esperar pacientemente 5 minutos, pero en nosotras no hay nada de paz, todas estamos dando vueltas de un lado a otro, o sea, no es como que estar embarazada en este punto sea algo malo pero igual me preocupa porque de verdad que tener un hijo me estresa, nunca pasa lo que uno espera, o sea, el embarazo de Asher fue terrible, lloraba todo el tiempo y eso no fue agradable. En realidad creo que no quiero estar embarazada sólo por síntomas y así.




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