Constante Amenaza; Part 2

EXTRA 1:

CONSTANTE PELIGRO

 

 

Narra Albert

 

Me levanto de la cama y pido a Dios que no llegue el día que con Liz tanto hemos evitado. Pero pasa que mi hija es una “Santa, Diabla", o sea, tal y como dice Romeo Santos, mi hija viene a ser la Santa y la Diabla, en cualquier momento puede llegar la que tu menos esperas. Por eso es que vivimos con ese temor desde que nuestra hija cumplió los 15 años, en cualquier momento puede llegar Damián Fox. D.F a quien hemos tratado de localizar por cielo, mar y tierra, pero siempre se nos escapa del radar y no tenemos idea de su paradero.

–Otro día – susurra mi esposa.

Escuchamos My Head & Mi Heart, ya sabemos que nuestra hija está despierta y me debe de estar odiando por volver a cambiar la hora de su alarma, pero es que se tarda demasiado en estar lista, es como Liz cuando no quiere ir a trabajar, sólo que mi hija nunca quiere ir a estudiar y creo que cuando ella se levante temprano sin alarma va a ser porque se va a escapar a alguna locura.

–Esperemos que no pase nada.

Nos levantamos de la cama, ayer fue mala idea salir a beber con Chris, la cabeza me duele a morir.

 

Narra Emily.

 

Voy revisando redes sociales mientras los chicos discuten por lo que será el partido de fútbol el viernes, aunque los chicos no juegan porque son demasiado estúpidos como para hacerlo, igual ven todos los partidos. Por nuestro lado nosotras somos las porristas y creo que sólo por nosotras los chicos vienen a ver los partidos. Sigo caminando sin problema alguno porque realmente me importa un reverendo pepino lo que ellos discutan, más importante viene a ser que mi cantante favorito lanzará un nuevo álbum luego de que había desaparecido.

De pronto siento que choco con algo y antes de caer los gemelos me sostienen, más que el dolor por chocar con algo siento el dolor de la medicina volver a circular por mi cuerpo. Siento a todos mis primos alertas, me vuelvo a levantar sin problema, tomo mi postura autoritaria que heredé de mamá. Miro a ver con qué o quién choqué, veo a un chico más alto que yo y por mucho, con lo primero que impacto es con sus ojos, son tan oscuros que asustan y causan curiosidad.

–Mira por dónde caminas, niña.

–¿Qué? ¿No vas a pedir disculpas? Casi me caigo por tu culpa – digo casi indignada y tratando de parecer que no me importa en absoluto su presencia

–Si, no importa.

Se va y me deja así, como si nada llega y se va. Los chicos me miran y saben que puedo armar un escándalo, porque nadie me llega a tratar así. No, pues yo soy Emily Irwin Dallas.

 




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