Constelación De Dos

CAPÍTULO 14. Visita inesperada.

La semana parecía transcurrir más ligera, como si una brisa nueva hubiera comenzado a despejar el aire en Oríndel.
Noam no solo había regresado a clase, sino que poco a poco mostraba señales de estar mejor. No era algo grande ni repentino, sino pequeños destellos: una sonrisa que se asomaba, un "gracias" más sincero, y la disposición a sentarse junto a Aiven sin retraerse tanto.

Aiven no lo sabía, pero Noam había guardado con cuidado un detalle que Aiven le había dado sin pensar: la dirección de su casa, que Aiven le había enviado por mensaje un día para compartir algo que había olvidado en clase.

Esa misma tarde, mientras Aiven estudiaba en su cuarto, escuchó un timbrazo inesperado.
Se sorprendió. No esperaba visitas.

Al abrir la puerta, se encontró con Noam, que estaba un poco incómodo pero decidido.

—Hola —dijo Noam con voz baja—. Pasaba por aquí... y pensé en pasar a saludar.

Aiven no pudo evitar sonreír, un poco nervioso.

—Claro, pasa.

Dentro de la casa, el aire olía a sudor y a madera.
Aiven estaba en la sala, con el pelo todavía mojado de la ducha, sin camiseta y con pantalones deportivos.
Sus músculos se marcaban con naturalidad, una señal clara de que estaba dedicando tiempo a sí mismo, a su cuerpo.

Aiven lo miró un poco sorprendido, pero se relajó al ver que Noam parecía genuinamente más tranquilo.

Sentados en el sofá, con la luz cálida de la tarde filtrándose por la ventana, las palabras comenzaron a fluir de manera más natural.
Noam habló un poco sobre lo que había sentido últimamente, sin entrar en detalles dolorosos, pero dejando entrever que estaba luchando por salir adelante.

—No es fácil —dijo—, pero creo que estoy mejorando.

Aiven escuchaba atento, sin interrumpir, admirando la fuerza silenciosa que Noam mostraba.

—Gracias por no rendirte conmigo —dijo Noam, mirando a Aiven con una mezcla de gratitud y algo parecido a la amistad.

Aiven sonrió, sintiendo que esa conexión que habían comenzado a construir estaba tomando una forma real y significativa.

La visita terminó con promesas de verse más, de apoyarse sin presiones.
Noam salió dejando la puerta un poco abierta, como invitando a que el futuro trajera más momentos así.

Aiven cerró la puerta y se quedó un rato mirando el lugar donde Noam había estado, sintiendo que algo había cambiado.

No era solo compañía. Era un vínculo que comenzaba a ser importante.



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En el texto hay: #romance, #amistad, #bl

Editado: 26.08.2025

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