La sala del Consejo de Lores, ubicada en el nivel más alto de la Torre Zenith, era una amalgama de opulencia y funcionalidad. Las paredes estaban adornadas con grabados que representaban los avances tecnológicos del Ducado, mientras que la mesa central, de acero pulido y cristal, proyectaba la imagen de un poder absoluto. Caelan Rivault, con su postura tranquila pero resuelta, observaba a los demás miembros del Consejo mientras se acomodaban en sus asientos.
El ambiente estaba cargado de tensión. En el centro de la mesa, Lady Seraphine Lorne, impecable como siempre, sonreía con la confianza de alguien que ya había planeado el curso de la reunión. A su lado, Lord Alistair Vaughn se mantenía en silencio, sus ojos evaluando cada movimiento con precisión calculada.
Cuando el monarca tecnocrático, Lord Magnus Tynwald, abrió la sesión, su voz era fría y calculadora. —Hemos recibido informes de disturbios crecientes en el Ala Umbra. La implementación de los Centinelas de Obsidiana es inminente. La pregunta es si estamos preparados para responder a las implicaciones de su despliegue.
Lady Seraphine tomó la palabra con un gesto elegante. —Los Centinelas son nuestra mejor opción para garantizar la estabilidad. Su despliegue inmediato enviará un mensaje claro a cualquier elemento subversivo: el Ducado no tolerará desorden.
Caelan se inclinó hacia adelante, su voz tranquila pero firme. —Milady, no estamos hablando de simples mecanismos de seguridad. Estos Centinelas tienen capacidades que podrían alterar la autonomía de los ciudadanos. Antes de tomar decisiones tan extremas, necesitamos evaluar cuidadosamente sus efectos a largo plazo.
—Rivault, tu idealismo es admirable, pero poco práctico —replicó Seraphine con una sonrisa que no alcanzó sus ojos. —Estamos en un momento crítico. Dudar ahora solo debilitará nuestra posición.
El intercambio se intensificó, con otros lores interviniendo a favor o en contra. Lord Vaughn, rompiendo su habitual silencio, hizo una declaración que sorprendió a varios.
—Podemos estar de acuerdo en que la estabilidad es esencial, pero también debemos considerar las consecuencias políticas y sociales de desplegar tecnología tan avanzada sin el debido respaldo popular.
Seraphine lo interrumpió con frialdad. —El pueblo no necesita comprender cómo funciona la tecnología. Solo necesita obedecer.
El debate continuó durante horas, exponiendo las fisuras dentro del Consejo. Al final, se decidió que la demostración pública de los Centinelas se llevaría a cabo en el Ala Zenith, un evento destinado a mostrar el poder del Ducado y aplacar cualquier disidencia.
Mientras tanto, en una cafetería discreta del Ala Lumen, Dahlia Fogel se reunió con Lord Alistair Vaughn. El lugar, frecuentado por funcionarios menores y burócratas, ofrecía el anonimato necesario para una conversación delicada.
Vaughn, siempre meticuloso, se inclinó hacia adelante y bajó la voz. —Señorita Fogel, he escuchado rumores sobre un evento clave en el Ala Zenith. Un nuevo grupo de agentes del Ducado, los Centinelas de Obsidiana, serán demostrados públicamente en una exhibición que pretende consolidar el control del Ducado.
Dahlia tomó notas rápidas en su libreta. — ¿Centinelas de Obsidiana? Espere, ¿por qué me cuenta esto?
Vaughn sonrió apenas. —Porque la transparencia siempre ha sido un arma poderosa. Y porque creo que el pueblo merece saber cuál es el precio real de esta estabilidad que nos venden.
Dahlia se detuvo por un momento, evaluando sus palabras. Vaughn podía ser una fuente valiosa, pero también un hombre con sus propias agendas. —Publicaré lo que deba publicarse. Pero si esto es una trampa…
—No lo es. Lo descubrirá por usted misma, señorita Fogel —aseguró Vaughn antes de levantarse. —Solo asegúrese de estar preparada. Una vez que las verdades salgan a la luz, no hay vuelta atrás.
Dahlia observó cómo se alejaba, su mente llena de preguntas. La demostración de los Centinelas no era solo un evento tecnológico; era un movimiento político, y probablemente un campo de batalla. Ella sabía que la verdad tenía un precio, y estaba a punto de averiguar cuál sería el suyo.
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Editado: 21.12.2024