Construcciones Paralelas - Libro I - Obsidian Heights

ARCO II | Tuerca VIII: La Caída del Centinela

El Ala Zenith estaba vestida de gala. Las torres de acero brillaban bajo un cielo cargado de humo industrial, iluminadas por reflectores que anunciaban la demostración pública de los Centinelas de Obsidiana. La ciudad había sido convocada al evento, y una multitud se congregaba frente a una explanada elevada, ansiosa por ver la tecnología que prometía una era de estabilidad y seguridad.

En el centro del escenario, Lady Seraphine Lorne, impecablemente vestida, saludaba con una sonrisa serena que ocultaba su naturaleza calculadora. A su lado, Eris Vex, con un porte marcial, observaba la multitud con una mezcla de orgullo y tensión. También estaba presente Silas Karev, forzado a participar como un rostro visible del avance tecnológico. En sus manos sostenía un dispositivo de control remoto para las barreras de seguridad que protegían el evento, pero su expresión reflejaba un conflicto interno que no podía ocultar.

—Hoy, marcamos un nuevo comienzo para nuestra ciudad —anunció Seraphine, su voz amplificada por los altavoces. —Los Centinelas de Obsidiana no solo garantizarán nuestra seguridad, sino también nuestra prosperidad.

La multitud aplaudió, aunque con un entusiasmo medido. En los bordes de la explanada, algunos grupos de ciudadanos intercambiaban miradas de escepticismo y descontento. Entre ellos se encontraba Dahlia Fogel, disfrazada para mezclarse con el público, observando y tomando notas.

En las sombras de un edificio cercano, Scarlet Mist observaba el evento a través de los lentes de su máscara. Su servoarmadura estaba en condiciones precarias tras las reparaciones recientes, pero estaba decidido a cumplir su misión. Activó un comunicador discreto para coordinarse con Dahlia y preparar su intervención.

—Mantente lista. Esto va a escalar rápido —dijo Scarlet.

Dahlia, con la cámara oculta en su bolso, respondió: —Lista para captar todo. La verdad saldrá hoy.

Mientras tanto, Karev observaba con tensión el escenario. Cuando Scarlet Mist lanzó un pequeño dispositivo hacia los Centinelas, Karev reconoció de inmediato que se trataba de un pulso electromagnético. En un impulso desesperado, desactivó las barreras de seguridad usando el control remoto, permitiendo que el pulso alcanzara su objetivo. Los Centinelas comenzaron a tambalearse, sus sistemas luchando por adaptarse al sabotaje.

Seraphine giró hacia Karev con una expresión de furia contenida. —¿Qué estás haciendo?

—Algo que debería haber hecho hace mucho —murmuró Karev antes de alejarse rápidamente del escenario.

El caos estalló cuando algunos Centinelas comenzaron a descontrolarse, atacando indiscriminadamente a la infraestructura circundante. La multitud entró en pánico, dispersándose mientras los guardias trataban de contener la situación. Eris Vex, reconociendo la gravedad del problema, organizó a sus fuerzas para proteger a los civiles.

En medio del desorden, Scarlet Mist se enfrentó directamente a Eris. El combate fue brutal, con ambos demostrando habilidades igualadas por su determinación. Scarlet logró esquivar varios ataques, pero su servoarmadura empezó a fallar bajo la tensión del enfrentamiento.

—¡No puedes ganar esto! —gritó Eris, lanzando un golpe que apenas esquivó Scarlet.

—No es una victoria lo que busco —respondó Scarlet, utilizando un último dispositivo de humo para crear una distracción y escapar.

Dahlia, habiendo capturado todo en su cámara, encontró a Scarlet en un callejón cercano, visiblemente herido y tambaleándose. Sin dudarlo, lo ayudó a escapar, usando las sombras como cobertura ante el caos suscitado.

En las horas siguientes, las consecuencias del sabotaje comenzaron a resonar en toda Obsidian Heights. El Artículo de Dahlia, publicado en la edición matutina de “La Voz del Vapor”, combinada con el caos causado por los Centinelas, provocó una ola de descontento entre los ciudadanos. En respuesta, el Consejo de Lores declaró a Scarlet Mist como enemigo público número uno y redobló sus esfuerzos para reforzar el control sobre la ciudad.

Lady Seraphine, furiosa por el fracaso parcial del evento, convocó una reunión de emergencia con los lores más leales a su causa. Mientras tanto, Karev desapareció del radar, sabiendo que su traición lo había puesto en la mira.

En su escondite, Scarlet Mist reflexionó sobre el costo de su acción. Su servoarmadura estaba casi destruida, y su cuerpo lleno de heridas le recordaba lo cerca que había estado del fracaso absoluto. Sin embargo, la semilla de la resistencia había sido plantada, y los ciudadanos comenzaban a movilizarse contra el régimen.

Lo ocurrido en el Ala más segura de la ciudad no había sido una victoria completa, pero había encendido una llama que sería imposible de apagar. El día cerraba con una tensión creciente, dejando a Obsidian Heights al borde de una transformación radical.

FIN DEL ARCO II




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