Construcciones Paralelas - Libro I - Obsidian Heights

Arco V: El Resurgir de Obsidian Heights | Tuerca I: Reconstrucción entre Ruinas

El Ala Nexus se había convertido en un panorama desolador. Los conductos de vapor que antaño daban vida a la ciudad y alimentaban las imponentes máquinas ahora estaban rotos y oxidados, expulsando pequeñas nubes de vapor que parecían lamentos en el aire. Las calles, llenas de escombros y miradas acusadoras, reflejaban el corazón herido de Obsidian Heights.

En el centro de esa devastación, Aiden Falken, vestido con su uniforme de Jefe Ingeniero, dirigía a un equipo de trabajadores desde una plataforma improvisada. Su voz resonaba clara y firme mientras daba instrucciones.

—¡Con cuidado con ese conducto! Si está demasiado presurizado, podría estallar. Necesitamos restaurar la red primaria antes del anochecer. Mantengan el flujo estable, o Nexus entero podría colapsar.

Los ingenieros, algunos veteranos y otros nuevos reclutas, trabajaban con rapidez, aunque sus movimientos denotaban un peso adicional: el descontento ciudadano. Desde los bordes de la zona de trabajo, un grupo de residentes observaba con escepticismo y murmullos de desaprobación.

—¿Son estos los que nos trajeron a este desastre? —se oyó decir a una mujer mayor, cruzada de brazos.

—Ellos construyeron esta ciudad —respondió un hombre junto a ella. —Pero también la dejaron caer.

Aiden escuchó esos comentarios, y aunque su expresión se mantuvo estoica, las palabras calaban hondo. Sabía que los ingenieros del Ducado habían sido vistos durante mucho tiempo como intocables, como los artífices de un progreso que ahora se había convertido en un arma de doble filo.

Cerca de la escena, Dahlia Vogel observaba todo con atención. Su libreta estaba llena de apuntes, pero su mirada también captaba las emociones de los ciudadanos. Con cada palabra anotada, buscaba construir un relato que pudiera equilibrar la narrativa, mostrando los esfuerzos de reconstrucción y dando voz a quienes habían sufrido.

Por la tarde, Dahlia se acercó a Aiden, quien revisaba un mapa del sistema de vapor.

—El ambiente está tenso —comentó ella, su voz suave pero directa.

Aiden asintió sin levantar la vista.

—Lo sé. Pero no puedo culparlos. Todo lo que hemos construido también los ha traicionado.

Dahlia colocó una mano en su brazo, un gesto breve pero significativo.

—Entonces asegúrate de que también seas tú quien les devuelva la esperanza. Estoy trabajando en un artículo para La Voz del Vapor, pero necesito algo de ti. ¿Puedes hablar con ellos, explicarles lo que estamos haciendo aquí?

Aiden la miró, sus ojos reflejando tanto agotamiento como determinación.

—No soy un orador, Dahlia. Pero haré lo que pueda.

Esa misma noche, Aiden subió a una plataforma improvisada frente a un grupo de ciudadanos que habían permanecido en el lugar, algunos curiosos, otros claramente hostiles. Con una linterna de vapor iluminando su rostro, tomó aire y comenzó a hablar.

—Soy Aiden Falken, Jefe Ingeniero de Obsidian Heights. Durante mucho tiempo, nuestra misión fue construir una ciudad que representara el progreso y la innovación. Pero también entiendo que hemos fallado. Nuestros sistemas, nuestras máquinas, fueron usadas como herramientas de opresión y destrucción. Y aunque no puedo cambiar el pasado, estoy aquí para garantizar que trabajaremos por un futuro mejor.

El silencio que siguió fue denso, pero entre la multitud, una joven aplaudió. Luego, otro ciudadano. Pronto, los aplausos crecieron hasta llenar el aire, aunque todavía quedaban rostros que permanecían inmóviles, reacios a aceptar el cambio tan pronto.

Dahlia capturó el momento desde un costado, escribiendo rápidamente: "En las ruinas del Nexus, el Jefe Ingeniero comienza a reconstruir no solo la ciudad, sino también la confianza de su gente".

Al finalizar el día, Aiden regresó al Taller Escarlata, sus manos cubiertas de grasa y su corazón cargado de preocupaciones. Dahlia lo encontró allí, con una taza de café en la mano.

—Lo hiciste bien hoy —dijo, sentándose junto a él.

—Aún queda mucho por hacer —replicó Aiden, tomando un sorbo de café y dejando que el calor lo reconfortara brevemente.

—Es un comienzo —afirmó Dahlia. Y en ese momento, ambos compartieron un silencio cómplice, sabiendo que el camino hacia la redención de Obsidian Heights apenas comenzaba.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.